Fabio Panetta, vicedirector del Banco de Italia, pronunció un discurso de apertura centrado en las monedas digitales del banco central (CBDC) en la Conferencia del Centro SUERF/BAFFI CAREFIN en Milán el jueves 7 de junio.

A diferencia de las criptomonedas, "un pasivo que no pertenece a nadie", el vicegobernador hizo hincapié desde el principio en que una CBDC sería un pasivo del banco central, respaldado por sus activos.

Al abordar primero las CBDC como un posible medio de pago, Panetta consideró sus ventajas como "en el mejor de los casos, poco claras" en comparación con los mecanismos de pago digital existentes ofrecidos por el sector privado.

Donde Panetta vio una justificación potencial clave para la emisión de las CBDC fue para reducir los costos en la producción, el transporte y la eliminación de efectivo. Citó estimaciones de que estos costos ascienden a cerca de medio punto porcentual del PIB en la UE anualmente, alrededor de €76 mil millones, una cifra equivalente a casi la mitad del presupuesto anual de la UE.

Panetta agregó que si se combina con la tecnología de contabilidad distribuida (DLT), las ganancias potenciales de eficiencia de costos de una CBDC podrían ser aún más significativas.

Considerando el uso potencial de las CBDC como una reserva de valor, Panetta destacó que además de los costos de almacenamiento prácticamente nulos, una CBDC podría funcionar como un activo con "características únicas", sin riesgos de crédito y liquidez. Como tal, podría preferirse a otros medios de almacenamiento de riqueza, incluidos los depósitos bancarios.

Sin embargo, Panetta matizó las preocupaciones de que un cambio de los depósitos bancarios a una CBDC necesariamente amenazaría al sistema financiero en su conjunto, a pesar de que podría exprimir la rentabilidad del margen de interés neto (NIM) que respalda los modelos crediticios de los bancos.

En cambio, hizo hincapié en que las CBDC podrían innovar los marcos operacionales existentes e impulsar al mercado hacia un "modelo bancario estrecho" que necesitaría considerarse de nuevo.

Panetta elevó notablemente la trazabilidad y la privacidad -"probablemente el tema más importante"- relacionado con las CBDC, como una cuestión "política" para la sociedad en su conjunto, más allá del ámbito exclusivo de los bancos centrales.

El mes pasado, el Banco de Inglaterra emitió dos documentos de trabajo del personal dedicados a la cuestión de las CBDC. El primero presentó varios análisis de riesgo para las CBDC, y encontró que no había ninguna razón para creer que la introducción de una CBDC tendría efectos adversos en el crédito privado o en la provisión total de liquidez a la economía.

El segundo documento sugirió, como Panetta, que la adopción de las CBDC podría suponer una amenaza de competencia para los bancos comerciales, haciéndose eco de un informe de marzo del Banco de Pagos Internacionales (BIS) que también sugiere que "en tiempos de estrés financiero, es probable que los inversores nacionales consideren las CBDC atractivas en relación con los depósitos bancarios, con muchos posibles efectos secundarios... para la estabilidad financiera".