El presente 2016 era llamado a ser el año de la resolución del principal problema que aqueja a la red de Bitcoin actualmente y que tiene en vilo a la gran mayoría de entusiastas de las criptomonedas: la escalabilidad de la red.

Luego de debates bastante acalorados donde la retórica y el culto a la personalidad salieron a relucir más que el análisis técnico, se anunciaron los mapas de ruta de diversos clientes como Bitcoin XT, Bitcoin Classic, Bitcoin Core y Bitcoin Unlimited. A pesar de la amplia gama de alternativas y el panorama positivo que existía, estamos cerca de cerrar el año con una cruel realidad: ninguna de estas alternativas contó con el apoyo necesario de la comunidad para lograr activarse en la red.

Muchos análisis podemos hacer a este cuadro en el que nos encontramos hoy, sin embargo debemos dejar por sentado unas cuantas verdades al respecto, que aunque pudieran parecer exageradas, hoy la realidad nos las dice: se ha perdido un poco la confianza en la criptomoneda y ningún equipo de desarrolladores se comportó a la altura de las exigencias.

Las incontables discusiones entre desarrolladores, inversores, mineros y usuarios en general en las redes sociales han dado sus frutos y hoy tenemos una comunidad dividida donde se ha perdido el interés en escalar la red de Bitcoin y las propuestas de los clientes han sido ignoradas tanto por simple rechazo político/ideológico como por los fallos técnicos que varias de éstas han presentado.

Quizás no nos habíamos percatado de ello antes, no habríamos siquiera imaginado que podría suceder, pero ante la dificultad de SegWit de lograr su activación en el protocolo –causa que luce tambaleante y para muchos ya está perdida- hoy vemos cómo el cliente que cuenta con el mejor equipo técnico y la propuesta con mayor apoyo en la comunidad, simplemente no es suficiente.

La inesperada desaceleración de SegWit

Segregated Witness es sin duda la propuesta más ambiciosa, mediática y que contaba con mayor apoyo por parte de la comunidad de mineros y usuarios de Bitcoin. Con un inicio prometedor en su período de señalización que apuntaba a activarse en el tiempo estipulado, hoy la red de nodos nos sorprende con un porcentaje mucho menor al esperado en casi un mes (entró en el protocolo el 15 de noviembre).

Con poco más de un tercio de los nodos de la red y solo 20% de los bloques minados, SegWit luce lejano aún en lograr sus objetivos de conseguir activarse en el protocolo, pasar a ser el nuevo estándar en la red y así resolver sus problemas de escalabilidad. Esto sin duda ha tomado por sorpresa a defensores y detractores de Bitcoin Core, equipo de desarrolladores que al parecer considera ceder en esta propuesta y planificar un hardfork.

En medio de este proceso de señalización surgieron con mayor fuerza críticas sobre la seguridad de la implementación de esta técnica de almacenamiento de datos en los bloques, que si bien alimentó el debate una vez más, seguramente pudo haber advertido a diversos usuarios antes de decidir actualizar sus nodos a la versión 0.13.1 de Bitcoin Core.

Cualesquiera que sean las causas que han ralentizado considerablemente la activación de SegWit, salen a la luz conjeturas que no habían sido confirmadas: el apoyo a Bitcoin Core no es suficiente y dicho equipo de desarrolladores no está tan organizado como parecía.

Fallas en Bitcoin Unlimited

La alternativa con mayor apoyo luego de Bitcoin Core, es precisamente la de Bitcoin Unlimited, la cual propone utilizar límites flexibles de tamaño variable en los bloques en la red. Sin embargo diversos han sido los cuestionamientos hacia esta propuesta en el campo técnico, específicamente en el manejo de las transacciones entre nodos que ejecuten tamaños diferentes de bloques.

Como si fuese poco, reciente un detalle técnico salió a relucir en el código de Bitcoin Unlimited, el cual fue debatido por la comunidad en la red social Reddit y causó mayor zozobra entre los usuarios que no comulgan con esta propuesta.

En específico, el código de Bitcoin Unlimited presenta una característica llamada “Sticky Gate” que podría crear una ventana de tiempo considerable en la que un atacante pueda causar daños bastante importantes a la red. Esta observación en el código fue reconocida por los desarrolladores de Bitcoin Unlimited y actualmente se encuentran debatiendo sobre la mejor solución posible.

Aun así, este detalle técnico pone en duda la calidad técnica de la propuesta de Bitcoin Unlimited –la cual ya lucía arriesgada de por sí- de manejar una red con bloques de diversos tamaños que no presenten inconvenientes al momento de registrar transacciones.

2016: un año perdido

Al igual que pasó con Bitcoin XT, la propuesta de Bitcoin Classic se desvaneció no por detalles técnicos, sino por inmaduros y técnicamente irrelevantes sucesos en el ecosistema de Bitcoin. Hablo específicamente de la aparición de Craig Wright como supuesto Satoshi Nakamoto, que posteriormente estigmatizó a Gavin Andresen en la comunidad y terminó por hundir esta propuesta a la escalabilidad.

Una vez que quedó libre el camino para Bitcoin Core, el retraso en el complimiento de su hoja de ruta y las absurdas peleas en la comunidad de desarrolladores fueron erosionando la confianza de muchos usuarios de Bitcoin. Algo que no habíamos previsto y que solo evidenciamos hoy a finales de diciembre con el modesto apoyo a SegWit.

Lo que inicialmente fue una “satanización” a las propuestas de hardforks para aumentar el tamaño de los bloques y palear temporalmente el congestionamiento de la red, hoy empieza a verse un poco desde otra perspectiva. Esto sin duda debido a las circunstancias de poca receptividad a las propuestas de Bitcoin Core.

Pero lo que lastima a la comunidad de usuarios de Bitcoin en general, es enfrentar hoy una división inútil que ha llevado no solo a desprestigiar a varios de sus desarrolladores más valiosos (en cualquiera de los diferentes clientes), sino además a no poder juntar siquiera el apoyo necesario para sacar del atolladero a una red que cada día es más lenta, más costosa y con un horizontes lleno de incertidumbre.

Lo que muchos usuarios esperábamos que fuese el año definitivo para dar un paso adelante en la escalabilidad de la red Bitcoin, está a punto de cerrar con un presente más confuso y pesimista que no solo nos devuelve al 2015, sino que también nos amenaza a que en el 2017 cometamos los mismos errores.