Pablo Echenique, diputado aragonés por Podemos, tenía 7,552 bitcoins en la casa de cambios MT.Gox cuando esta quebró en febrero de 2014. A principios de esta semana, la empresa de origen japonés anunció el fin de la tramitación de las solicitudes de los afectados tras comprobar los registros de sus wallets. Así, el número tres de Podemos aparecía en un documento en el que se le reconocían los  bitcoins que tenía y reclamaba. Eso sí, la empresa dice que las deudas se saldarán “parcialmente”.

La quiebra de MT.Gox

En febrero de 2014 quebraba una de las mayores casas de cambio de criptomonedas del mundo. 127.000 clientes vieron como unos 800.000 bitcoins (352 millones de euros por aquel entonces) desaparecían de sus monederos electrónicos. La empresa dijo que había sufrido un ataque informático, que les habían robado. La teoría que siguió la justicia japonesa al detener al  fundador de la empresa, Mark Karpeles, es que este había defraudado a los clientes y se había llevado el dinero.

Los afectados llevan años luchando, de forma individual o agrupados en plataformas, para recuperar parte de lo perdido. A  finales de mayo el fideicomiso declaró que 414 millones de dólares reclamados eran legítimos. La cantidad reclamada por Echenique se encuentra entre las deudas aprobadas. Ahora bien, el mismo fideicomiso advirtió que solo habían podido rastrearse 91 millones de dólares, cantidad que se repartirá entre los demandantes.

MT.Gox y la regulación nipona

El impacto que generó la quiebra de la casa de cambios japonesa sirvió de detonante para que el país nipón se plantease la regulación del mercado de monedas virtuales. El mismo día que el fideicomiso del caso anunciaba las cantidades a devolver, las autoridades legislativas japonesas aprobaban una ley para regular las casas de cambio en su territorio.

De acuerdo con el texto de la nueva ley, las empresas que operen en este sector deberán exigir la identidad real de los usuarios, adaptarse a las normativas vigentes para minimizar el riesgo de fraude y colaborar con las autoridades en la investigación de movimientos monetarios relacionados con actividades ilícitas.

Echenique declara sus bitcoins

Pablo Echenique entró en la vida política “oficial” en 2014 como eurodiputado. Entonces hizo una declaración pública de sus bienes en la que incluía 4,515 bitcoins y 27,90 litecoins. El número tres de Podemos se enorgullecía del nivel de detalle y la transparencia que esto demostraba.

Cuando dejó su cargo de eurodiputado para presentarse a las elecciones del parlamento aragonés actualizó su declaración de bienes, en la que seguían constando los 4,515 bitcoins. El documento publicado por MT.Gox en el que se reconocen los 7,552 bitcoins reclamados por Echenique ha hecho saltar algunas alarmas.

¿Por qué no declaró todos los bienes que poseía? Según declaraciones de Podemos recogidas por Heraldo.es, “los bitcoins que aparecen en la declaración de bienes son otros, corresponden a otra empresa”, y afirman que Echenique no declaró el patrimonio depositado en MT.Gox porque “lo daba por perdido”.

Aunque Echenique sí que cumplimentó un formulario web para solicitar la devolución del dinero, ya hemos visto como los damnificados en la quiebra no van a recibir todo el capital perdido.

Echenique, el político futurista

Así que en definitiva nos encontramos ante un error sin importancia, un apunte contable ignorado u olvidado. Algo tan irrisorio, que ni siquiera la prensa de derechas española lo ha utilizado como arma arrojadiza. Aunque yo recomendaría a la gente de Podemos que apuntasen hasta cuanto se gastan en papel higiénico; hay demasiada gente esperando a que den un paso en falso.

Y de todas formas, no declarar un dinero que se da por perdido y que se ha obtenido de forma legal no es equiparable a no declarar una cuenta en Suiza o en Panamá porque se te olvide que eras secretario en una empresa.

Quedémonos, de entre toda la confusión que puede generar esta noticia, con el hecho de que tenemos en las Cortes españolas a un político moderno. Un político futurista tanto en su imagen (inimaginable hace unos años, igual que los pantalones cortos en el Parlamento) como en su mentalidad.

Un político al que cuando le preguntemos sobre su postura respecto a Bitcoin, por lo menos podemos estar seguros de que no nos contestará “¿El bit… qué?”.