El Tío Sam ha presentado una polémica demanda en contra de , el Guardián de , por sus supuestas prácticas anticompetitivas. El Departamento de Justicia de los Estados Unidos informó este pasado martes 20 de octubre que Google, una de las empresas tecnológicas más grandes del mundo, enfrenta una acusación por abusar de su posición dominante para consolidar su “monopolio” en el mercado de motores de búsquedas y de la publicidad en línea. Esta demanda, ciertamente, es la mayor ofensiva de reguladores estadounidenses contra una gigante tecnológica en muchos años.  ¿Deberíamos simpatizar con Google? O, ¿debemos aplaudir esta acción judicial? 

La compañía considera que se trata de “una demanda sumamente defectuosa” que no ayudaría al consumidor. Bueno, no sé si esta es la mejor actitud para comenzar. Las Big Tech son el nuevo villano ahora y una actitud arrogante o demasiado defensiva podría resultar contraproducente. Las respuestas de niño ofensivo por parte de la empresa podrían interpretarse como prepotencia. ¿Acaso Google siente que está por encima de todo? 

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No hay que ser un genio para saber que en estos casos la mejor estrategia es ganar la simpatía del público con actos de humildad. El público probablemente quiere escuchar que las autoridades competentes tendrán la plena colaboración de la compañía. Google podría decir que todo es un gran malentendido y ellos están dispuestos a explicar con todo lujo de detalles su modelo de negocios. Y, de esta manera, se podrá demostrar que su dominio del mercado es consecuencia de la calidad de sus servicios y no de prácticas anticompetitivas.  

La estrella que cae en desgracia es un viejo favorito del público. Es decir, todos quieren ver al gigante caer. Entonces, a veces lo mejor es pretender ser un indefenso ratoncito. La estrategia del gigante ofensivo es posible que complique las cosas. entendió esto perfectamente, cuando bajó la cabeza y metió la cola entre las piernas. De este modo, logró salir airoso de sus problemas. 

Esta denuncia podría ser la punta del témpano. Si cae Google, seguramente irán por las demás Big Tech. Todas son compañías sumamente dominantes en sus respectivos mercados. Y bien sabemos que aquí no hay monjas.

Ahora bien, ¿es sano comenzar una cacería de brujas en el sector tecnológico ahora? No podemos olvidar que este es el sector económico más importante en estos momentos. Las famosas FAANG están a la cabeza de la cadena alimenticia. ¿Es prudente esta ofensiva ahora? ¡En plena crisis económica! ¡En plena pandemia!

Por un lado, uno siente la inclinación de simpatizar con Google. Después de todo, todos, a diario, usamos sus productos. De hecho, Google representa más del 92% del mercado mundial de motores de búsquedas. Google Chrome controla 66% de la navegación web y casi tres cuartas partes de los teléfonos inteligentes utilizan el sistema operativo Android de Google. No podemos decir que el servicio es malo. En efecto, Google es genial. Pero, de pronto, ese es el problema. Usamos tanto Google que nos cerramos a la posibilidad de usar otras herramientas. ¿Es Google en realidad un producto superior? O, ¿su omnipresencia nos predispone a pensar que es superior solo porque es lo que siempre usamos? 

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¿Es buena idea depender tanto de una sola compañía? ¿Acaso es falso que Google es una especie de Guardián de Internet? La respuesta es no. Pero, por otro lado, el Gobierno sabe poco de tecnología. Es probable que, en su torpeza, termine perjudicando en vano a una excelente compañía con medidas arbitrarias. 

¿Es Google un monopolio? En otras palabras, ¿los usuarios no tenemos otras opciones? La verdad es que sí existen otras opciones. Para comenzar, hay otros motores de buscadores y hay otras navegadoras web. Los usuarios no usamos más estas opciones, porque somos perezosos. Es el poderoso efecto red de Google. Pero, ¿es esto opresión monopolística? 

En el reino de los teléfonos inteligentes, el todo poderoso sistema Android de Google y la tienda Google Play sí no conceden muchas libertades. En este caso, no hay muchas opciones porque todo viene con el teléfono sí o sí. Entonces, es , Google, o vivir en una cueva y comunicarse con señales de humo. 

En fin, no es fácil. Ahora bien. ¿Por qué este caso es relevante para ? Pienso que como los bitcoiners nos sentimos obligados a tomar el lado de Google, por el rechazo natural que sentimos por la regulación y el escrutinio gubernamental. Sin embargo, la comunidad cripto valora mucho los modelos descentralizados. Seguramente, hay muchos proyectos allá afuera usando tecnología , pero no los usamos porque somos unos Google zombies. 

Lo que quiero expresar aquí en este artículo es que este debate es tan importante que no podemos cometer el error de simplificarlo dividiéndonos en dos bandos contrarios: Los pro-google y los anti-google. Eso es lo que normalmente ocurre. Es blanco o negro. Regulación totalitaria o Salvaje Oeste. Pero esto no ayuda en mucho. De pronto, lo mejor es buscar, entre todos, la solución más justa para todas las partes. Es perfectamente posible definir unas reglas del juego más justas en el campo tecnológico.  

Los mejores negocios son monopolios en sus mercados. Y, en este caso, cuando digo “monopolio” me refiero específicamente a participación de mercado. Nadie quiere ser el quinto supermercado de la cuadra. O el décimo restaurante árabe del Centro Comercial. Claro que la meta es buscar dominio en un mercado determinado. Nadie quiere estar en un negocio con poca participación en un mercado gigantesco. 

¿Es Bitcoin un monopolio dentro del mercado cripto? No lo creo. Pero todos sabemos lo insufrible que puede llegar a ser un monopolio “opresivo”. La única compañía telefónica del lugar, el único medio de comunicación disponible, el único proveedor de combustible. Malos servicios, pero nos podemos escapar por el abuso del poder. 

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El caso es el último gran caso de este estilo que recuerdo. Fueron tiempos difíciles para Microsoft, pero no fue el fin. Microsoft se adoptó. Y hoy Microsoft no es la Microsoft de Bill Gates. La compañía de hoy es tan diversa que ya casi nadie sabe lo que realmente hace. Sin embargo, la firma está mejor que nunca. Windows todavía es un sistema operativo muy popular, pero hoy tenemos otras opciones. Y sus problemas legales quedaron en la historia. 

¿Regulación o no regulación? En estos casos, a veces la opción es una tercera vía. Creo que lo mejor es escuchar a todos los lados del debate primero y no apresurarse a tomar bandos. Hay que reconocer los méritos de Google. Pero no podemos excluir las compañías más pequeñas. Y Google con su enorme tamaño podría estar golpeando a los más pequeños injustamente. ¿Está Google abusando de su poder para frenar la innovación por parte de otros? No sé. Hay que conocer los detalles. Con el tiempo, tendremos acceso a más información de este importante caso.