El tan esperado marco de regulación de las criptomonedas publicado por el Departamento del Tesoro del Presidente Joe Biden este mes intentó esbozar un plan para gestionar la floreciente industria de las criptomonedas. Desgraciadamente, la evaluación del departamento no ha conseguido plasmar más sustancia que una mera declaración de intenciones.

Mientras que la administración de Biden parece estar adoptando un "enfoque de todo el gobierno" hacia la supervisión del sector de las finanzas descentralizadas (DeFi) y sus efectos en la economía tradicional, se centran predominantemente en la defensa contra los eventos negativos - como el crimen financiero - y no facilitan los eventos positivos, como las oportunidades de creación de riqueza que el cripto ofrece a los estadounidenses excluidos del sistema bancario tradicional.  

El nuevo marco fue un seguimiento de la orden ejecutiva de Biden en marzo, titulada "Garantizar el desarrollo responsable de los activos digitales". Los funcionarios se centraron predominantemente en perseguir a los blanqueadores de dinero y los esquemas Ponzi en todas las jurisdicciones. Esto no es ninguna sorpresa, teniendo en cuenta que se desarrolló mientras las criptomonedas caían en los meses de verano. Entre ellos, el colapso de Terraform Labs, que condujo a una orden de arresto de la Interpol contra su fundador, Do Kwon; la quiebra de Celsius Network; y el colapso de los precios de las criptomonedas.  

No obstante, estos acontecimientos sirvieron para sacudir a los malos actores que estaban en el mundo de las criptomonedas con fines delictivos o de interés propio. Un conjunto eficaz de leyes relacionadas con las criptomonedas que impidan las actividades ilícitas y promuevan las transacciones financieras de igual a igual haría maravillas para la imagen pública de las criptomonedas. El marco de Biden, que es más reactivo que proactivo, no logra eso.  

Como nación, no estamos de acuerdo en muchas cosas hoy en día. Principalmente queremos que Estados Unidos siga siendo una superpotencia económica mundial, pero diferimos en cómo hacerlo. Las stablecoins y otras criptomonedas desmantelan el poder de las monedas federales y permiten a los individuos acumular riqueza de forma independiente, que es exactamente la razón por la que al gobierno federal no le gustan.  

La literatura del marco de Biden sugiere que la moneda digital es clave para asegurar el futuro de Estados Unidos como líder económico. Pero si otorga el poder sobre las criptomonedas a las mismas autoridades que ejercen el poder sobre las finanzas tradicionales, el statu quo no va a cambiar. En lugar de establecer el "gemelo digital" del dólar estadounidense, el gobierno haría mejor en encontrar una manera de coexistir con las monedas alternativas.  

Es hora de ir más allá de la aplicación de las regulaciones existentes e instituir nuevos programas que integren la tecnología blockchain en las áreas más necesitadas de disrupción, como la sanidad y las grandes empresas, aunque no nos pongamos de acuerdo en cómo abordar las monedas.

Por ejemplo, mantener los registros médicos en una cadena de bloques -como ya hace el avanzado sistema de salud electrónica de Estonia- racionalizaría y aseguraría los datos de salud de cada persona desde el nacimiento hasta la muerte, y cada médico o farmacéutico tendría acceso a un historial preciso para tomar la mejor decisión. La recopilación de datos médicos anonimizados y no corrompidos va a conducir a una mejor investigación, mejores tratamientos y una atención sanitaria más rentable.  

Del mismo modo, poner los registros de propiedad y de negocios en una cadena de bloques (blockchain) llevaría a una mayor responsabilidad de las grandes y opacas corporaciones que hacen audaces afirmaciones de caridad y sostenibilidad. Esta transparencia permitiría a los consumidores tomar decisiones más informadas sobre a quién compran y con quién hacen negocios.

El gobierno federal también debería fomentar la tecnología blockchain invirtiendo en proyectos de blockchain a gran escala e incentivando a las empresas que la utilizan para servir mejor al público.

En el futuro, esperemos que tanto el gobierno federal como los estatales cooperen para redactar una verdadera legislación sobre la industria de las criptomonedas, no sólo para mitigar sus daños, sino para fomentar su potencial. Las criptomonedas y otros activos digitales tienen la capacidad de ofrecer oportunidades de creación de riqueza a enormes franjas de estadounidenses no bancarizados, de acabar con los monopolios y de hacer que los Goliats ricos rindan cuentas de sus negocios en un grado nunca visto. El marco de Biden es un tibio comienzo, pero tenemos un largo camino que recorrer.  

Guy Gotslak es el presidente y fundador de la plataforma CryptoIRA My Digital Money (MDM). Es licenciado en ciencias e ingeniería informática por la UCLA y tiene un MBA por la Northwestern University.

Este artículo es para fines de información general y no pretende ser ni debe ser tomado como un consejo legal o de inversión. Los puntos de vista, pensamientos y opiniones expresados aquí son únicamente del autor y no reflejan ni representan necesariamente los puntos de vista y opiniones de Cointelegraph.