En el mundo de las criptomonedas, es súper común que los expertos se pongan a analizar los gráficos del pasado para adivinar lo que pasará en el futuro. Trazan líneas por todos lados y dicen: '¡Mira, esto pasó antes, así que seguro se vuelve a repetir!'. Es como si el mercado fuera una rueda que siempre gira igual.
Por ejemplo, si después del último halving el precio se multiplicó por 20, muchos piensan que esta vez será igualito. ¡Como si el futuro estuviera escrito! Pero la cosa no es tan simple. Cada situación es única y fijarse solo en lo que pasó antes puede llevarnos a equivocarnos.
Arma de doble filo
Hay que tener mucho cuidado con las predicciones. Mucha gente las utiliza para inflar el ánimo y mantener el optimismo alto, especialmente aquellos que viven de esto. Por eso, a menudo se hacen predicciones descabelladas que se presentan como hechos casi innegables.
Las predicciones pueden ser una herramienta de doble filo. Por un lado, ofrecen una visión de lo que podría ser el futuro, pero por otro, pueden generar expectativas poco realistas. En el ámbito financiero, y más aún en el volátil mundo de las criptomonedas, es fundamental mantener un enfoque equilibrado.
La prudencia y el análisis crítico son esenciales para navegar por estos mercados. Los inversores deben estar conscientes de que ninguna predicción puede garantizar resultados futuros y que siempre existe un grado de incertidumbre.
La ley de rendimiento decreciente y el futuro de Bitcoin
¿Recuerdas cuando el precio de Bitcoin subió muchísimo después de los primeros halvings? Muchos expertos lo esperaban y acertaron. Sin embargo, hay algo que parecemos olvidar: cada vez que sube, no lo hace de la misma forma.
Imagínate que cada vez que haces ejercicio, esperas correr el doble de rápido que la vez anterior. Pues con Bitcoin pasa algo parecido. Aunque suele subir después del halving, no siempre lo hace tanto como la vez anterior.
¿Por qué pasa esto? Es como una montaña rusa, al principio sube muy rápido y emocionante, pero luego se va desacelerando. Los expertos llaman a esto "ley de rendimiento decreciente".
¿Qué significa esto para el futuro? Si seguimos este patrón, aunque el precio de Bitcoin siga subiendo después del próximo halving, es posible que no lo haga tanto como esperábamos.
Por ejemplo, en 2017, el precio máximo de Bitcoin alcanzó un valor aproximadamente 20 veces superior al máximo histórico del ciclo anterior. Sin embargo, en 2022, este incremento fue de apenas cuatro veces aproximadamente.
Bitcoin: ¿Hacia los 250.000 dólares en 2025?
Para alcanzar los 250,000 dólares en el próximo año, Bitcoin necesitaría un crecimiento porcentual similar al del ciclo anterior, pero en un contexto económico más desafiante. Sin embargo, es importante considerar que la ley de rendimientos decrecientes sugiere que a medida que el mercado madura, el crecimiento exponencial se vuelve cada vez más difícil de sostener.
¿Por qué es tan difícil? En pocas palabras, a medida que Bitcoin se vuelve más popular y su valor aumenta, se necesita más dinero para mover el mercado. Esto significa que los inversores deben estar dispuestos a poner más capital en juego.
Difícil, pero no imposible
Los años 2020 y 2021 estuvieron marcados por una inyección de liquidez sin precedentes a nivel global. Ante la crisis sanitaria y económica, los bancos centrales de las principales economías implementaron políticas monetarias expansivas, reduciendo las tasas de interés y comprando activos a gran escala.
Esta masiva inyección de dinero en el sistema financiero tuvo un impacto significativo en los mercados financieros, impulsando la inflación y provocando una reevaluación de activos tradicionales. Bitcoin, como activo de inversión, se benefició de este entorno monetario relajado, experimentando un crecimiento exponencial durante este período.
Ahora bien, es poco probable que veamos una repetición de este fenómeno en 2025. Las presiones inflacionarias actuales, exacerbadas por la desglobalización, la geopolítica y otros factores, han llevado a los bancos centrales a adoptar una postura más restrictiva. El objetivo principal ahora es evitar una espiral inflacionaria.
Por lo tanto, las políticas monetarias expansivas del pasado han sido reemplazadas por medidas más restrictivas, lo que limita el espacio para nuevas inyecciones de liquidez a gran escala. Si bien podríamos ver una política monetaria menos restrictiva en el futuro, una política tan flexible como antes no parece viable por el momento.
Podemos incurrir en el error de considerar la línea que observamos en el gráfico como una fuerza omnipotente que sigue un camino predeterminado. Sin embargo, esta percepción es errónea. Los compradores de Bitcoin son individuos que habitan en un mundo real, sujeto a las limitaciones inherentes a cualquier sistema económico. Para que Bitcoin alcance los 250,000 dólares, se requieren condiciones específicas y una movilización de recursos financieros significativa. Estamos hablando de sumas exorbitantes, un hecho que debe abordarse con cautela y respeto. No se trata de una tarea trivial.
El escenario optimista
Los más optimistas sobre Bitcoin ven un futuro prometedor, apuntando a factores como la creciente aprobación de los fondos cotizados en bolsa (ETF) y el creciente interés de grandes instituciones financieras. Con más inversores profesionales entrando al mercado, la demanda de Bitcoin podría aumentar exponencialmente, incluso alcanzando los 250,000 dólares en 2025.
Esta fuerte demanda podría superar la tendencia de que los precios suban cada vez más lentamente a medida que alcanzan niveles más altos.
Curiosamente, es común observar que las proyecciones extremadamente alcistas sobre el precio de Bitcoin son más frecuentes entre los inversores minoristas. Estos suelen tomar decisiones de inversión influenciados por las emociones y las tendencias del mercado a corto plazo.
Por el contrario, los inversores institucionales tienden a adoptar una perspectiva a largo plazo y consideran exitosas las inversiones que superan los rendimientos de índices de referencia como el S&P 500. Si bien existen excepciones, este contraste es una tendencia generalizada en el ámbito de las criptomonedas.
Conclusión
En pocas palabras, que Bitcoin llegue a los 250,000 dólares en 2025 es un objetivo ambicioso y desafiante. No es algo que se logra de la noche a la mañana, sino que implica una serie de factores que deben alinearse. Es un escenario plausible, pero no está garantizado. De hecho, se requieren condiciones de mercado específicas y un conjunto de factores favorables para que esto ocurra.
Aclaración: La información y/u opiniones emitidas en este artículo no representan necesariamente los puntos de vista o la línea editorial de Cointelegraph. La información aquí expuesta no debe ser tomada como consejo financiero o recomendación de inversión. Toda inversión y movimiento comercial implican riesgos y es responsabilidad de cada persona hacer su debida investigación antes de tomar una decisión de inversión.