El debate sobre el consumo de energía de Bitcoin se está calentando más rápido que el planeta, y las empresas se enfrentan a la presión del público y de los accionistas sobre las inversiones en Bitcoin (BTC).

Según un informe de Citigroup Inc., Bitcoin consume 66 veces más electricidad que en 2015. Añadió que las emisiones de carbono asociadas a la minería probablemente se enfrentarán a un escrutinio cada vez mayor, según Bloomberg.

Esta afirmación está respaldada por una nueva investigación de Mastercard -que acaba de publicar su propia Calculadora de Carbon- que muestra que el 54% de las personas creen que la preservación del medio ambiente es más importante ahora que antes de la crisis.

Los analistas de Citigroup también afirmaron que:

“A medida que el valor de Bitcoin aumenta, también debería hacerlo su consumo de energía.”

Sin embargo, el uso de electricidad de la red está aumentando mucho más lentamente que el precio, que se ha multiplicado aproximadamente por 170 en el mismo periodo.

El informe de Citigroup, que cita cifras del Centro de Finanzas Alternativas de la Universidad de Cambridge, afirma que la demanda global de energía por parte de la red de Bitcoin alcanzó una cifra anualizada de 143 teravatios por hora. Esto es aproximadamente un 4% más alto que la generación total de electricidad de Argentina en 2019.

El Índice de Consumo de Electricidad de Cambridge de Bitcoin actualmente estima que el consumo anual de electricidad de Bitcoin se encuentra en algún lugar entre el de Suecia y Malasia, con 141,6 TWh por año.

El informe sugirió que China podría tomar medidas enérgicas contra la minería debido a las preocupaciones ambientales:

“La minería y el uso de estas "monedas" es indudablemente intensivo en energía y podría enfrentarse a un mayor escrutinio regulatorio a medida que se expande su adopción, especialmente si Estados Unidos continúa aumentando su criptohuella y el líder del mercado, China, toma medidas contra la minería de Bitcoin si impacta negativamente en sus objetivos climáticos.”

El impacto medioambiental de Bitcoin ha sido objeto de un intenso debate, en el que se han refutado muchos argumentos al respecto o, al menos, se ha demostrado que son mucho más complicados de lo que sugieren sus oponentes. A finales de marzo, el cofundador de Coin Metrics, Nic Carter, elaboró una refutación bien documentada de algunas de estas afirmaciones clave.

En ella, afirmaba que hay una abundancia de energía en las cuatro provincias chinas en las que se produce la mayor parte de la minería de BTC, y gran parte de ella procede de la energía solar, eólica e hidroeléctrica. Además, el gobierno chino restringe la energía retirando el exceso de energía de la red o del consumo público, a menudo para mantener los niveles de precios.

Para aumentar las ganancias, los mineros suelen utilizar la energía más barata disponible. Existe una migración anual a la provincia de Sichuan para aprovechar la energía hidroeléctrica barata durante la temporada de lluvias. Los estudios sugieren que entre el 39% y el 76% de la minería de Bitcoin utiliza energía renovable.

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