Declarar un fondo en el momento no es una de las cosas más prudentes que se pueden hacer. De hecho, no es la más sensata de las aventuras. El fondo es fácil de ver en retrospectiva. Sin embargo, es virtualmente imposible de ver por adelantado. Claro que el inversor idiosincrático suele sufrir de un optimismo irracional. O sea, es alcista siempre. Por fe y convicción. Entonces, todo baja se interpreta como un revés pasajero. En consecuencia, toda baja es una oportunidad para comprar la caída (“Buy the dip”). Ese sesgo pseudo-religioso es responsable de muchas compras imprudentes. Porque se suele declarar un fondo de manera muy prematura. Esta ilusión de certeza que se vende en Twitter con tanta frecuencia en torno a Bitcoin hace que muchos inversores pierdan mucho dinero.

Esas llamadas a comprar la caída y todas las declaraciones apresuradas del fondo deben tomarse en serio. No es cuestión de sentir una vibración cósmica de la nada y, de pronto, comprar impulsivamente motivado por una corazonada. Los inversores tienen como un ejemplo de lo que no se debe hacer a Bukele y Michael Saylor. Ambos llegaron muy tarde a la jugada. Ambos compraron caro. Ambos se representan como protestas de la causa. Ambos van por ahí enseñando sus malas prácticas a los demás como verdades sagradas. No muy buena idea. Especular con deuda y dinero ajeno. Comprar caro y con falsas expectativas. E invertir de manera idiosincrática dejando los aspectos financieros a un segundo plano. No muy buena idea.

Cuando el precio de un activo baja significativamente, eso no necesariamente implica que el activo en cuestión está barato. Porque lo que realmente define “barato” o “caro” en un activo no es el precio de ayer, sino el precio de mañana. Muchos bitcoiners se basan en las pasadas glorias de Bitcoin para hablar del futuro con una seguridad de hierro. Sin embargo, hay que tener mucho cuidado con eso. La duda nos suele llevar al avance y al progreso. Mientras que la fe suele llevarnos a la ruina. Si el precio de Bitcoin mañana alcanza los $30K, entonces, Bitcoin hoy está barato. Claro que, si el precio de Bitcoin mañana alcanza los $15K, entonces, Bitcoin hoy está caro. El hecho de que durante el año pasado el precio de Bitcoin superó los $60K y hoy está mucho más bajo, de hecho, no es muy relevante para el posible comprador de hoy.

El inversor se ve en la obligación de pronosticar. Es decir, compra con una expectativa. Vende con una expectativa. Porque su ganancia yace en esa diferencia entre el precio de compra de hoy y el precio de venta de mañana. Por ende, los sentimientos optimistas en torno al futuro son esencialmente alcistas. Y los sentimientos pesimistas en torno al futuro son esencialmente bajistas. Por lo general, el fondo ocurre durante un giro de sentimiento. O sea, se marca un antes y un después definitivo, porque las circulaciones han cambiado de modo claro y permanente. Lo que realmente cambia es nuestra visión del futuro.

No pensemos en el precio del Bitcoin en relación a sus precios del pasado. Ahora pensemos en la situación macroeconómica del próximo año 2023 en relación al día de hoy. ¿Estaremos mejor o peor que ahora? Producción, geopolítica, liquidez, empleo, política monetaria, inflación, ingresos, etc. ¿Cuál es la percepción de los inversores en torno a esa diferencia entre el hoy y ese mañana? ¿Se trata de un avance o un retroceso? ¿Podemos ver un giro de sentimiento?

En relación al futuro precio de Bitcoin, la opinión de un bitcoiner comprometido no es tan relevante como la opinión del nobitcoiner. ¿Por qué? Porque la futura demanda no depende de los que ya compraron. Esa demanda depende de los que aún están por comprar. ¿Qué opinan ellos de Bitcoin en las actuales circunstancias? Debemos recordar que no es necesario que muchos vendan para que el precio baje. La falta de compradores puede causar un desplome.

Bitcoin es muy diferente a una compañía. En el caso de una compañía, hay activos subyacentes e ingresos. En el caso de una compañía, se puede hablar de valor y precio como algo distinto. Porque el precio de mercado de una compañía, debido a circunstancias pasajeras, puede estar por debajo de sus activos subyacentes y sus ingresos. Entonces, un inversor a largo plazo que ya ha comprado a un buen precio puede reposar tranquilo, porque sabe que recuperará su inversión. Tarde o temprano, gracias a los activos subyacentes e ingresos de la compañía, se generará una ganancia. Y esa ganancia no depende del precio de mercado en el corto plazo. Ese no es el caso de Bitcoin.

Bitcoin es un código en una red de computadoras. Y un código es una abstracción. Son números y letras. No hay valor intrínseco. No hay activos subyacentes. No hay ventas o ingresos. Lo que se tiene con Bitcoin es un valor monetario. Porque Bitcoin no es otra cosa que una tasa de cambio que se define por la oferta y la demanda.

¿Quiénes compran Bitcoin? Libertarios, anarcocapitalistas y conservadores son compradores idiosincráticos. Compran con una agenda política en mente. Este es un grupo muy ruidoso en las redes sociales. Sin embargo, ese grupo ya compró y no es lo suficientemente numeroso como para llevar el precio de Bitcoin a los niveles que aspiramos. También están los usuarios de conveniencia. Me refiero a la gig economy, la economía gris, comerciantes, cambistas y remeseros que usan Bitcoin como forma de pago y como una solución no-bancaria para hacer transacciones. Este grupo aporta mucho volumen. Pero esta actividad no incrementa mucho el precio, porque normalmente se vende con la misma frecuencia que se compra.

Por supuesto que el sector más importante para el precio de Bitcoin es el de los inversores que compran por inversión. Se trata de la silenciosa mayoría que compra Bitcoin con objetivos meramente financieros. Este grupo no es tan tolerante con las pérdidas como el grupo del bitcoiner idiosincrático. A este sector le duele su bolsillo. Y poner el pan en la mesa es más importante que el número de seguidores en Twitter. Este grupo es el rey y señor del precio de Bitcoin.

Es posible que el lector superficial que busca un sí o un no definitivo en relación a la pregunta del titular se sienta decepcionado con este artículo. Para respuestas más cómodas y sencillas, se puede recurrir a Twitter y a Youtube. Siempre hay alguien allí dispuesto a decir lo que los demás quieren escuchar para obtener visitas.

Ahora bien, es posible que nuestro mínimo actual de $17K (+/-) haya sido nuestro fondo. Sin embargo, si eso, con el tiempo, demuestra ser cierto, nos podemos considerar sumamente afortunados. Porque, debido a los actuales niveles de volatilidad e incertidumbre, una nueva capitulación debido a la falta de compradores no sería tan improbable como los alcistas señalan. De hecho, no es mala idea estar preparados para dicho escenario. 

Aclaración: La información y/u opiniones emitidas en este artículo no representan necesariamente los puntos de vista o la línea editorial de Cointelegraph. La información aquí expuesta no debe ser tomada como consejo financiero o recomendación de inversión. Toda inversión y movimiento comercial implican riesgos y es responsabilidad de cada persona hacer su debida investigación antes de tomar una decisión de inversión.

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