Entre los numerosos objetivos de la tecnología de Bitcoin, encontramos que la eliminación de terceras partes en muchas operaciones comerciales, que hasta entonces eran necesarias; es precisamente su principal fin. Por supuesto, para ello se necesitaba de un registro histórico de transacciones no modificable y una red de nodos robusta para almacenar dicho registro y protegerlo de ataques. Pero además de estas y otras caracterísiticas, la rapidez era también uno de sus objetivos.

Menciono “era” porque en la actualidad existen ciertos planteamientos que de una u otra forma van restando importancia a la rapidez de la red al colocar otras ventajas y características de la red - como seguridad, portabilidad y privacidad- con una ponderación superior en el concepto y visión de lo que es o debería ser Bitcoin.

Bautizado por su creador como una Sistema de Efectivo Electrónico Punto-a-Punto, Bitcoin es la solución sin dudas a los pagos en Internet y, por supuesto, también en el mundo físico a través de dispositivos ligeros que posean conexión a la red. Como todo sistema de dinero en efectivo, debe ser confiable, privado y rápido; o de lo contrario no es del todo eficiente.

Después de diversos años funcionando en las sombras de la Deep Web y entre una comunidad hasta entonces pequeña, la red Bitcoin claramente cumplía con estas exigencias de un sistema de efectivo electrónico. No fue sino más adelante cuando el aumento progresivo del número de usuarios y de su adopción como tecnología de pagos, fueron generando en su comunidad la necesidad de garantizar la escalabilidad de la red para, al menos, asegurar mantener la misma efectividad en el futuro.

Palabras más y palabras menos, hoy nos econtramos con una red lenta que sigue en espera de una solución técnica que cuente con el consenso necesario para, al menos, ofrecer nuevamente transacciones rápidas y con menores costos de transacciones.

Las estadísticas hablan por sí mismas

Antes de dar un vistazo a las gráficas, recordemos que la red Bitcoin almacena las transacciones en “bloques” de datos que se van “acuñando” cada 10 minutos, y que dependiendo de la cantidad de datos de una transacción, las comisiones de pago a los mineros de la red pueden ser más costosa que otras. Y en base a esto último, los usuarios pueden decidir cuánta comisión pagar a los mineros para que su transacción sea registrada lo más rápido posible en uno de los próximos bloques que serán acuñados en la red.

Con esto claro, actualmente con el crecimiento del número de usuarios y de transacciones encontramos diversos “cuellos de botella” que generan retrasos en la confirmación de las mismas y por ende aumentos significativos en las comisiones de red para los mineros. Entre los diversos efectos surgido de este fenómeno, el número de transacciones esperando a ser confirmadas por la red ha venido progresivamente en aumento en los últimos meses.

Tal como se observa en la pasada gráfica, en los últimos meses la cantidad de transacciones a espera de ser confirmadas ha aumentado significativamente y, aunque no es norma general, en muchos casos se ha tardado hasta días en llegar a ser confirmadas por la red.

Pero si hablamos de rapidez, debemos tomar en cuenta el tiempo sin dudas. Con lo cual, en este apartamos debemos tomar en cuenta la duración promedio en que las transacciones son confirmadas actualmente en la red Bitcoin para determinar cuán rápido o lento es actualemente la red. En la siguente gráfica, también provista por el portal Blockchain.info, observamos cómo desde el pasado mes de octubre la media ha pasado a estar por encima de los 10 minutos; un indicador que nos dice que hoy es mucho menos probable que una de nuestras transacciones sea incluida en el próximo bloque a ser acuñado.

Por supuesto, la lentitud que hoy observamos en la red Bitcoin bien puede ser que no cause mayores problemas en aquellos usuarios que estén dispuestos a pagar comisiones más altas a la red para que sus transacciones sean confirmadas lo más pronto posible. Sin embargo, el gran grueso de los usuarios de Bitcoin no puede ofrecer comisiones más altas a la red para ganar tiempo valioso y disponer de sus fondos lo más pronto posible.

Pero debemos recordar que esta tecnología es también una solución para muchísimas personas que viven en países con economías inestables y con monedas fiduciarias devaluadas, donde llegar a realizar una transacción en bitcoins muchas veces puede ser más costosa que con otras alternativas.

Todo esto, a groso modo, ha generado un importante aumento de los costos de transacciones que también se refleja de forma excepcional en los registros históricos de Bitcoin.

Tal como se observa en la gráfica, en este 2017 la cantidad de fees diarios que se ha pagado a los mineros ha superado los 100 BTC durante casi todos los días. Generando no solo que tengamos una red Bitcoin mucho más lenta, sino también mucho más cara de usar.

La importancia de una red rápida

Más allá de las consideraciones que tengamos sobre la red Bitcoin, estos indicadores no pueden ser tomados a la ligera ni mucho menos ser usados para justificar su actual funcionamiento. Si bien en la mayoría de los casos Bitcoin es mucho más rápido y barato que diversas plataforms de pagos, sobre todo las de pagos trasfronterizos, es también muchísimo más lento y costoso que muchas soluciones de pago instantáneo.

Las microtransacciones o micropagos, otra de las ventajas que la red ofrecía y que en algún momento llegó a utilizarse para varias aplicaciones, es hoy una cosa del pasado que lamentablemente no puede ser costeable debido a las altas comisiones que deben ser pagadas para realizar precisamente pagos de un costo ínfimo.

Es por ello que, entre todo este panorama, hoy surgen voces que señalan a Bitcoin como “oro digital” y “activo para resguardo de valor” antes que “efectivo digital”. Todo esto por supuesto justifica la lentitud de la red y le ubica como una herramienta cuyo uso se inclina hacia grandes aplicaciones donde las grandes cantidades de dinero y la poca urgencia en las transacciones sean comunes. Pareciera ser que nos queremos aostumbrar, si no lo estamos ya, a una red Bitcoin lenta, costosa y que debe ser abandonada como solución para pagos instantáneos.

No es innecesario recordar que tecnología Bitcoin debe su valor a la utilidad que esta red pueda ofrecer a su comunidad de usuarios. Y si con el tiempo se va disminuyendo esta grupo de ventajas, no debería sorprendernos que también el precio de la criptomoneda en los mercados llegue a caer a medida que otras opciones más rápidas, eficientes y menos costosas surjan como alternativa.

En búsqueda de soluciones

Como ya hemos visto, la saturación actual está causando problemas que no solo afectan a los usuarios de Bitcoin, sino que también es una desventaja para aquellas personas que también quieren utulizar la red y que al conocer estas características podrían sentirse menos atraídos a ella.

No obstante, la comunidad de usuarios ya ha identificado estos problemas y ha ofrecido soluciones para garantizar mayor rapidez y menor costo por transacciones. Lamentablemente, el consenso en la comunidad no ha sido alcanzado y todavía no se han ejecutado ninguna de estas alternativas. Segregated Witness, la opción más llamativa y que cuenta con mayor apoyo, no ha logrado siquiera que la mitad de los mineros de la red le respalden al día de hoy.

Pero más allá de alimentar el debate interno por las opciones de escalabilidad, mi invitación es a observar la realidad actual de la red Bitcoin y a admitir que se cuenta con un problema más importante respecto a la rapidez de la red. Intentar ocultar estos lunares con las ventajas de Bitcoin no solo logrará que estos obsáculos no lleguen a superarse, sino que con el tiempo Bitcoin empiece a perder valor como tencología de pagos, y por ende como activo financiero.