por Adam Dubove

 

No hay día que pase sin una notica sobre algún banco investigando la aplicación de la blockchain al sector financiero tradicional. Aunque el bitcoin siempre ha sido mirado con recelo desde las instituciones bancarias, la tecnología en la que se apoya la moneda digital se ha convertido en la niña mimada de los banqueros. O al menos eso es lo que nos quieren hacer creer.

 

La última semana, el Banco de Inglaterra ha agregado una nueva página al entusiasmo por la cadena de bloques. El pasado viernes 16 de septiembre, el banco central inglés anunció que renovará su sistema de liquidación de pagos interbancarios para poder implementar en un futuro tecnología basada en la blockchain.

“El nuevo servicio de Liqudiación Bruta en Tiempo Real debe ser capaz de comunicarse con una gama de nuevas tecnologías que están siendo utilizadas en el sector privado, incluyendo libros contables distribuidos, [cuando] alcancen una masa crítica”, señaló la entidad en un documento publicado el viernes.

Ese mismo día, Ripple, un startup con sede en San Francisco que ofrece una plataforma de pagos para bancos basada en una blockchain, anunció una nueva ronda de financiamiento en la que recaudó US$55 millones. La compañía informó de la participación de Standard Chartered, Accenture, y el Siam Commercial Bank, entre otras empresas, en la serie B de financiamiento.

El BNY Mellon es uno de los principales exponentes del amor del sector financiero con la blockchain. El banco con sede en Nueva York forma parte, junto con otras 40 instituciones financieras, del consorcio que lidera R3 para investigar y experimentar sobre bases de datos distribuidas para los mercados globales.

A comienzos de septiembre, el banco neoyorquino —que distribuye una moneda digital interna basada en bitcoin como recompensa a sus desarrolladores de software— reveló que está trabajando en un sistema  basado en la tecnología blockchain para respaldar las operaciones financieras en las que interviene.

Estas son apenas algunos de los acontecimientos de las últimas semanas. Muchos más anuncios seguramente están por venir.

Aunque aún lejos de ser adoptadas en forma masiva, el incipiente crecimiento de las criptomonedas ha sido suficiente para despabilar al sector financiero de un extenso letargo tecnológico. Bitcoin representa una amenaza al statu quo bancario y, preocupados por mantener su posición privilegio, los banqueros han decidido que algo debían hacer al respecto.

La actitud que han adoptado de enfocarse en una “blockchain sin bitcoin” no es precisamente una innovación. Más bien es el paso lógico de un sector reacio a innovar y a manejarse con transparencia. El gran avance de bitcoin y su blockchain ha sido la creación de una moneda que no es manipulable, que no requiere de permisos para ser operada, y que no depende de un organismo centralizado, ya sea un gobierno o un banco. Esa es la gran amenaza que representa bitcoin para el sector.

Andreas Antonopuolos, autor de Mastering Bitcoin y una de las voces más respetadas por los bitcoiners, enmarca a la reacción del sistema finaciero dentro de las cinco etapas del duelo. La primera es la negación. “Empiezan con que bitcoin es irrelevante. Bitcoin se rehúsa a morir durante [los siguientes] tres años, entonces ya no puedes decir más que es irrelevante”, explica Antonopuolos. “Entonces pasan al enojo. Y argumentan: bitcoin es peligroso”. Ahora, sostiene, nos encontramos en la tercera etapa: la negociación. En esta fase es cuando escogen la parte menos controvertida del bitcoin para incorporarlo en su modelo.

Pero Antonopuolos “no puedes partir la tecnología blockchain” y dejar a un lado [la moneda digital] bitcoin “para decir ‘¡Oh si, esto es revolucionario!’ Porque no lo es. La blockchain por si sola no es revolucionaria”, dice Antonopuolos.

Para Wences Casares, CEO de Xapo, los bancos simplemente están actualizando su sistema actual por un más moderno, pero que “no tiene nada de revolucionario”. “Eso se llama una base de datos privada, y ha exisitido durante mucho tiempo. La novedad de bitcoin es que es un libro contable decentralizado, y que no requiere confianza. En el momento que lo haces tuyo se llama base de datos privada”, afirma.

Que no sea revolucionaria no implica que haya que descartar rápidamente el raro intento de los bancos por innovar. Sin dudas, una implementación —aunque sea parcial— de la cadena de bloques mejorará el sistema arcáico vigente. Esta infografía elaborada por MasterCard ilustra a la perfección de lo que estamos hablando. Nos muestra que probablemente hasta el uso de palomas mensajeras sea más eficiente y menos costoso que la tecnología actual.

Pero si el objetivo del sector financiero es neutralizar el crecimiento de bitcoin, están destinados a fracasar. Las “blockchains privadas” que planifican usar los bancos —si es que en algún momento son implementadas— tienen una función diametralmente opuesta al bitcoin. Son una nueva capa de pintura para un coche que siempre defrauda a sus pasajeros, son un remedio paliativo para un paciente terminal. En esencia, una nueva cerradura al potencial que bitcoin busca liberar.

 

Sobre el Autor: Adam Dubove es un periodista argentino. Ha escrito para Infobae, Perfil, Revista Fortuna y Cointelegraph.com, entre otros medios. Fue Director de Traducciones en PanAm Post

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