Bitcoin (BTC) ha experimentado un aumento del 41% en el consumo de energía de un año a otro, a pesar de las grandes mejoras en la eficiencia energética y una mezcla de energía más diversa y sostenible, pero existe la preocupación de que el aumento pueda hacer que los reguladores tomen medidas contra la minería de criptomonedas

Los datos proceden de un informe del tercer trimestre de 2022 elaborado por el Consejo de Minería de Bitcoin (BMC), que representa a 51 de las mayores empresas mineras de bitcoin del mundo.

El informe encontró que la minería de bitcoin consume el 0.16% de la producción mundial de energía, un poco menos que la energía consumida por los juegos de ordenador, según el BMC, una cantidad que consideró como "una cantidad intrascendente de energía global."

La minería de bitcoin también emitió el 0.10% de las emisiones de carbono del mundo, lo que el BMC consideró "insignificante".

El aumento en el consumo de energía de bitcoin se produce mientras el hashrate de la red aumentó un 8.34% en el tercer trimestre de 2022 y un 73% interanual, a pesar de que se producen menos bloques y de la presión de los precios a la baja.

La firma de análisis de datos de blockchain Glassnode cree que el "aumento del hashrate se debe a la entrada en funcionamiento de hardware de minería más eficiente y/o a que los mineros con balances superiores tienen una mayor participación en la red".

Aunque el informe también afirma que la eficiencia de la minería de bitcoin ha aumentado un 23% interanual y un 5,814% en los últimos ocho años, un mayor aumento del consumo energético general podría enojar a los reguladores que examinan el asunto.

La presión sobre los mineros de bitcoin está aumentando por parte de los ecologistas que afirman que su consumo de energía es perjudicial para el medio ambiente. Greenpeace está llevando a cabo la campaña "cambia el código, no el clima" para animar a la red Bitcoin a pasar a Proof-of-Stake. Sin embargo, la cuenta oficial solo ha acumulado 1,100 seguidores hasta ahora.

El 18 de octubre, la Unión Europea publicó una documentación en la que se esbozaba un plan de acción para aplicar el Acuerdo Verde Europeo y el Plan REPowerEU, en el que ambos planean vigilar de cerca las actividades de minería de criptomonedas y sus efectos medioambientales.

El Observatorio y Foro Europeo de Blockchain (EUBOG) también sugirió que la UE podría adoptar medidas de mitigación para disminuir los impactos adversos sobre el clima causados por el sector de los activos digitales.

Esta sugerencia ya se ha puesto en práctica en cierta medida, ya que la UE ha pedido a sus Estados miembros "que apliquen medidas específicas y proporcionadas para reducir el consumo de electricidad de los mineros de criptoactivos" para combatir el grave recorte de la energía suministrada desde Rusia.

El impulso a una regulación más estricta se produce a pesar de que la UE rechazó en marzo una propuesta que habría aplicado una prohibición total a la minería de criptomonedas.

En cuanto a Estados Unidos, los movimientos reguladores parecen ir un paso por detrás de su homólogo de la UE.

En septiembre, la Oficina Científica de la Casa Blanca publicó un documento de 46 páginas que analizaba las implicaciones climáticas y energéticas de las criptomonedas. Sin embargo, se llegó a conclusiones contradictorias y todavía no hay ningún plan significativo en marcha.

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