Según una nota de Reuters publicada el lunes, el Tribunal Constitucional de la República Centroafricana (RCA) dijo que la compra de la ciudadanía, la residencia electrónica y la tierra utilizando su moneda digital Sango respaldada por el gobierno es inconstitucional debido a la falta de valor de mercado en las nacionalidades. A principios de julio, el gobierno de la República Centroafricana presentó su centro de criptomonedas Sango para atraer a los entusiastas de todo el mundo, impulsar la adopción de Bitcoin e implementar nuevos marcos reguladores de las criptomonedas. La blockchain Sango se basa sobre la cadena de bloques de Bitcoin, de forma similar a una solución de capa dos.

Parte del programa incluye un programa de ciudadanía por inversión, en el que los ciudadanos extranjeros pueden comprar efectivamente la ciudadanía en la RCA por USD 60,000 en criptomonedas con una cantidad equivalente de tokens Sango mantenidos como garantía y devueltos después de cinco años. Del mismo modo, la residencia electrónica se puede comprar por USD 6,000 con tokens Sango bloqueados durante tres años. También es posible comprar una parcela de 250 metros cuadrados en la RCA por USD 10,000 en tokens Sango que se devuelven una década después.

El gobierno de la RCA dice que cada token Sango estará respaldado fraccionadamente por Bitcoin, que adoptó como moneda de curso legal en abril. Cada Sango puede adquirirse por USD 0.10 durante las primeras fases de su oferta inicial de monedas (ICO), con el objetivo de alcanzar un precio de cotización de USD 0.45 en la ronda final. La oferta total del token es de 210 millones. Hasta ahora, se han reclamado menos de 20 millones de tokens Sango, y los responsables han ampliado el primer ciclo de la venta en aproximadamente cinco semanas.

Los inversores acaudalados suelen inscribirse en programas de segunda ciudadanía basados en la inversión para realizar actividades comerciales, mitigar los impuestos y facilitar los viajes. Sin embargo, el producto interior bruto de la República Centroafricana ha disminuido constantemente desde que alcanzó su punto máximo a mediados de la década de 1960. Su pasaporte actual permite viajar sin visado entre 17 de los 198 países del mundo.

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