El lunes, Coinbase, el cuarto exchange de criptomonedas más grande del mundo por volumen de operaciones, anunció la creación de una novedosa biblioteca criptográfica, Kryptology, como compendio de herramientas para los desarrolladores de blockchain. Entre ellas se incluyen API seguras, auditadas y fáciles de usar, así como un repositorio de problemas comunes y lecciones aprendidas a lo largo de la historia de las criptomonedas.

Sin la criptografía, las criptomonedas como Bitcoin serían líneas digitales de código que cualquiera puede copiar/pegar. Sería fácilmente replicable y falsificable, lo que daría lugar a problemas importantes como el doble gasto de la moneda. Entre los avances recientes se encuentra la firma Boneh-Lynn-Shacham, o BLS, que permite a los remitentes no negar la validez de sus transacciones, al tiempo que garantiza la seguridad de sus datos. Otra adopción reciente es el algoritmo Shamir Secret Sharing, o SSS. El SSS divide un valor secreto entre varios participantes, llamados accionistas, que deben trabajar juntos para reconstruir el secreto. La configuración es ideal para almacenar las claves privadas de entrada a los fondos de finanzas descentralizadas, o DeFi, y los contratos inteligentes que bloquean una gran suma de dinero.

Luego están las pruebas de conocimiento cero, que garantizan que los mensajes encriptados puedan transmitirse y validarse sin revelar los datos personales subyacentes, lo que las hace ideales para su uso en aplicaciones DeFi complejas. Por último, el diseño de nuevas curvas elípticas, como Pasta, también podría mejorar potencialmente las billeteras de criptomonedas.

Una de las principales áreas de innovación criptográfica es la de las monedas de privacidad, que pueden permitir a los usuarios eludir el rastreo por parte de las empresas forenses de blockchain y evitar que participantes externos vean los detalles de sus transacciones. Las fuerzas de seguridad han rechazado este tipo de tecnología debido a su capacidad para promover actividades ilícitas.

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