Nathan Thompson,  principal redactor técnico de Bybit, ha compartido con Cointelegraph en Español, su opinión acerca de la posibilidad de que las monedas digitales de los bancos centrales marquen el fin de la data privada.

De acuerdo a Thompson, a medida que las economías del mundo se digitalizan, se va dejando atrás el dinero en efectivo para adoptar el pago con tarjeta o a través del móvil, llevando así a los bancos centrales a plantearse emitir dinero fiduciario digital.

Según un informe del Banco de Pagos Internacionales, el 80% de los bancos centrales de todo el mundo están estudiando la posibilidad de utilizar monedas digitales y la mitad ya están llevando a cabo experimentos o planes piloto. “Un escenario interesante sería la creación de una moneda “agnóstica” en cuanto a blockchain se refiere, es decir, que pudiera existir en blockchains públicos, como Ethereum”, mencionó Thompson.

“De esta forma se podría hacer trading con ella como activo cripto respaldado por un banco central. En el caso de un dólar de Hong Kong digital, la alta demanda podría hacer subir el precio por encima de la emisión 1:1 según las reservas de la Autoridad Monetaria de Hong Kong (HKMA). Esto crearía un mercado abierto para las monedas digitales de los bancos centrales (CBDC) en el que se podría invertir y hacer trading según los fundamentos de cada banco. ¡Que gane el mejor balance!”, explicó.

A pesar de su propuesta, Thompson también comentó  que por más divertido e interesante que pueda sonar, resulta ser un escenario poco probable. “Blockchains como Ethereum están descentralizadas, lo que las hace inadecuadas para los bancos centrales, centralizados por naturaleza. Como señala un artículo publicado recientemente en ICT Express, es más probable que los bancos centrales opten por una cadena de bloques “con permiso”, que requiere autorización para su uso, que por una “sin permiso”, a la que puede unirse cualquiera”, agregó.

En este sentido, Thompson señaló que incluso las monedas digitales de los bancos centrales se enfrentarían a los mismos retos de escalabilidad y rendimiento que han perseguido a Ethereum en los últimos años. Por otro lado, también citó el artículo del ICT Express donde se menciona que el rendimiento y la escalabilidad son los dos principales retos de las CBDC basadas en cadenas de bloques. Además, señaló en referencia, y  para tomar en cuenta que incluso con las mejoras de la tecnología del libro de transacciones del blockchain, que han permitido acelerar las transacciones de 3,000 a 20,000 por segundo, mientras que la red de Visa puede procesar 76,000 transacciones por segundo.

Dicho esto, Thompson también cree que otro de los retos es que la moneda digital de un banco central tendría que funcionar como el dinero en efectivo, es decir, permitir el cambio aunque ambas partes estuvieran sin conexión.

“La solución más obvia serían las billeteras de hardware (dispositivos que almacenan las claves de las cripto sin conexión), pero ¿cómo distribuirlas entre las poblaciones pobres y rurales? Al fin y al cabo, el sentido de las monedas de los bancos centrales es que estén a disposición de todos”, comentó Thompson.

“Si los bancos son capaces de superar estos problemas, el escenario más probable es que, además del efectivo normal, se emitan CBDC existentes en una cadena de bloques a la que solo puedan acceder los residentes del país”, añadió.

Asimismo, señaló que si este sistema entrase en juego, no solo requeriría algún tipo de identidad digital, sino que también daría a la autoridad centralizada acceso a cada una de las transacciones realizadas en el blockchain. “Pueden llamarme escéptico, pero creo que es improbable que la ciudadanía acepte perder su privacidad tan fácilmente”, señaló el redactor técnico de Bybit.

Precedentes peligrosos

Según Thompson, un informe de Reuters el cual señalaba que Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal, tenía “comentarios generalmente positivos” acerca de un dólar digital suscitó la indignación en Twitter entre usuarios que entendieron el comentario como el presagio de un futuro distópico de control gubernamental total. “La preocupación en torno a la privacidad no es infundada. Dado que las CBDC utilizarían los aspectos de la tecnología de blockchain que son inmutables y verificables, la cuestión de quién tiene acceso a esa información es crucial”, señaló.

“La HKMA propone un sistema escalonado en el que las transacciones pequeñas siguen siendo privadas y las muy grandes están sujetas a supervisión, como en el sistema actual”, detalló Thompson. Sin embargo, explicó que a diferencia del dinero en efectivo, una vez que un usuario se inscribe en una cadena de bloques gubernamental con permiso, ya no puede anular su inscripción.

“Los desarrolladores de las CBDC aseguran que no hay de qué preocuparse, pues respetarán la privacidad de los usuarios y cumplirán las normas. Pero ¿y si llega un nuevo gobierno al poder?”, preguntó.

Cabe destacar que a principios de este año, el Gobierno canadiense utilizó el sistema financiero para contrarrestar el impacto de manifestantes no violentos. A partir de ese suceso, Thompson cree que con la moneda digital de un banco central, sería muy fácil llevar a cabo acciones semejantes.

“La privacidad debería ser el principal motivo de preocupación. A lo largo de la historia, cuando a los gobiernos se les ha dado poder sobre su pueblo, han acabado empleando”, manifestó Thompson, quien llamó a recordar la operación de espionaje ilegal a escala nacional emprendida en Estados Unidos por la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) en la década del 2000, y dijo que para tener una oportunidad de éxito, se tendría que hacer trading transfronterizo con las monedas digitales de los bancos centrales en cadenas de bloques descentralizadas y sin permisos.

“Esta situación podría ser una victoria para los bancos emisores y el mercado. Sin embargo, los diseños con permiso actuales no ofrecen muchos incentivos para que los ciudadanos renuncien a su privacidad, y si un gobierno quiere instaurarlos a pesar de todo, la coerción podría ser su única opción”, concluyó.

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