Cointelegraph
Gustavo GodoyGustavo Godoy

Los ETF de cripto no frena la volatilidad

¿Por qué los ETF cripto no frenan la volatilidad, impulsada por especulación, regulaciones y grandes tenedores?

Los ETF de cripto no frena la volatilidad
Opinión

La llegada de los fondos cotizados en bolsa (ETF) de criptomonedas fue recibida con un optimismo desbordante en los mercados financieros. Se esperaba que estos vehículos de inversión, al facilitar el acceso institucional y de inversores minoristas tradicionales al espacio de los activos digitales, aportaran una nueva capa de madurez y, fundamentalmente, estabilizaran la inherente volatilidad del mercado cripto. 

Ahora, la teoría era que una mayor participación de actores institucionales, con estrategias de inversión a largo plazo y una menor propensión a las operaciones especulativas impulsivas, actuaría como un ancla, reduciendo las fluctuaciones drásticas de precios. Sin embargo, la realidad ha demostrado ser más compleja. A pesar de la adopción de estos ETF, el mercado de las criptomonedas sigue siendo un caldero de movimientos de precios rápidos e impredecibles, lo que nos lleva a analizar las causas y consecuencias de esta persistencia de la volatilidad.

La principal razón por la que los ETF no han logrado domar la volatilidad reside en la naturaleza fundamental del mercado de criptomonedas en sí mismo. Este mercado es, por diseño, un ecosistema descentralizado y global, operativo las veinticuatro horas del día, los siete días de la semana. Carece de los mecanismos de "circuit breaker" o interrupciones de negociación que son comunes en los mercados de valores tradicionales y que están diseñados para frenar las caídas bruscas. La liquidez, aunque ha mejorado, sigue siendo relativamente superficial y fragmentada en comparación con los mercados de activos tradicionales, lo que significa que incluso órdenes de compra o venta de tamaño moderado pueden generar movimientos de precios significativos.

Además, el mercado de criptomonedas está profundamente influenciado por una serie de factores que van más allá de los fundamentos económicos o el flujo de capital institucional. La especulación sigue siendo un motor dominante. Una gran parte de la actividad de trading está impulsada por el sentimiento, el "FOMO" (miedo a quedarse fuera) o el "FUD" (miedo, incertidumbre y duda), amplificados por las redes sociales y las noticias de última hora. Los ETF, si bien proporcionan una vía para la inversión institucional, no aíslan al mercado de estas dinámicas inherentes al espacio digital.

Otro factor crucial es la correlación creciente de las criptomonedas con activos de riesgo tradicionales. Lejos de ser un refugio seguro o un activo completamente descorrelacionado, las criptomonedas, y Bitcoin en particular, a menudo se mueven en sincronía con los índices tecnológicos o los activos de crecimiento en los mercados de valores tradicionales. Esto significa que cuando el sentimiento de "aversión al riesgo" se apodera de los mercados globales, las criptomonedas tienden a caer junto con otros activos más volátiles.

La llegada de inversores institucionales a través de los ETF podría incluso haber acentuado esta correlación, ya que estos inversores a menudo gestionan sus carteras de manera holística, asignando capital a las criptomonedas dentro de su marco general de riesgo y rendimiento, lo que los hace susceptibles a los mismos factores macroeconómicos que afectan a sus otras tenencias.

Los inversores institucionales, si bien aportan legitimidad, también son inherentemente sensibles a la incertidumbre regulatoria. Las prohibiciones en ciertas jurisdicciones, las acciones legales contra plataformas de intercambio o los debates sobre la clasificación de los activos digitales pueden desencadenar ventas masivas, incluso si los fundamentos tecnológicos o de adopción permanecen inalterados. Los ETF no pueden proteger a los activos subyacentes de estos shocks regulatorios externos.

Además, la concentración de la propiedad en el mercado de las criptomonedas sigue siendo un problema. Un número relativamente pequeño de "ballenas" (grandes tenedores de criptomonedas) puede ejercer una influencia considerable en el precio a través de grandes operaciones de compra o venta. Aunque los ETF han diversificado el universo de inversores, el impacto de estos grandes jugadores en la liquidez y el precio sigue siendo significativo. Sus movimientos, a menudo coordinados o estratégicos, pueden generar oleadas de volatilidad que los flujos de ETF por sí solos no pueden contrarrestar eficazmente.

Claro que, para los inversores minoristas, la volatilidad sigue siendo una barrera de entrada importante, a pesar de la simplicidad que ofrecen los ETF. Las caídas bruscas de precios pueden erosionar rápidamente el capital, desincentivando la participación a largo plazo y manteniendo un perfil de inversor más especulativo. 

Para las instituciones, aunque los ETF facilitan la exposición, la volatilidad inherente al mercado subyacente sigue presentando desafíos en términos de gestión de riesgos y requisitos de capital. La percepción de riesgo se mantiene alta, lo que podría limitar el tamaño de las asignaciones de capital que los inversores institucionales están dispuestos a hacer, incluso a través de vehículos regulados como los ETF.

En resumen, si bien los ETF de criptomonedas han sido un paso crucial hacia la maduración y la accesibilidad del mercado, su impacto en la reducción de la volatilidad ha sido, hasta ahora, limitado. La naturaleza descentralizada, la influencia de la especulación, la correlación con los activos de riesgo tradicionales, la sensibilidad regulatoria y la concentración de la propiedad son factores poderosos que continúan impulsando movimientos de precios volátiles. Los ETF facilitan la participación, pero no alteran fundamentalmente las fuerzas subyacentes que rigen el mercado cripto.

Ahora, podríamos considerar la posibilidad de que la persistencia de la volatilidad, lejos de ser un fracaso de los ETF, sea en realidad un indicador de la salud y el dinamismo continuo del mercado de criptomonedas. 

En un giro paradójico, si los ETF hubieran logrado reducir drásticamente la volatilidad, esto podría haber sido una señal de que el mercado se ha "comoditizado" demasiado rápido, perdiendo parte de su potencial de crecimiento explosivo. 

La volatilidad, en este contexto, no sería simplemente riesgo, sino también una manifestación de la exploración de precios inherente a una clase de activos incipiente y transformadora. La ausencia de movimientos extremos podría indicar una falta de innovación o un estancamiento en la adopción, mientras que los picos y valles son el resultado natural de un mercado que aún está descubriendo su valor, sus aplicaciones y su lugar en el sistema financiero global. 

Es decir, que la volatilidad es el precio que se paga por el potencial de crecimiento exponencial y la disrupción. Visto así, la no-mitigación de la volatilidad por parte de los ETF no sería un defecto, sino una confirmación de que el mercado cripto sigue siendo un espacio de vanguardia con un potencial sin explotar, donde las "reglas antiguas" de estabilidad aún no se aplican completamente, y quizás nunca lo hagan, al menos no en la misma medida que en los mercados tradicionales.

Aclaración: La información y/u opiniones emitidas en este artículo no representan necesariamente los puntos de vista o la línea editorial de Cointelegraph. La información aquí expuesta no debe ser tomada como consejo financiero o recomendación de inversión. Toda inversión y movimiento comercial implican riesgos y es responsabilidad de cada persona hacer su debida investigación antes de tomar una decisión de inversión.