Elizabeth McCaul, miembro del Consejo de Supervisión del Banco Central Europeo (BCE), ha pedido una vigilancia adicional de las criptoempresas que operan en un Estado sin fronteras, al margen de los intentos típicos de supervisión.

En una entrada de blog publicada el 5 de abril, McCaul afirmó que actualmente no existe un marco regulador o de supervisión adecuado para las criptoempresas, pero que el colapso de FTX ayudó a arrojar luz sobre el problema. Pidió a los responsables políticos que abordaran las posibles lagunas en los marcos existentes que podrían provocar quiebras bancarias, citando los colapsos de Silicon Valley Bank y Signature Bank en Estados Unidos.

"En el mundo de las criptomonedas [...] El propio concepto de fronteras y jurisdicciones está siendo cuestionado", dijo McCaul. "¿Cómo podemos supervisar empresas que no tienen fronteras físicas? Tenemos que pensar más en imaginar cómo será la coordinación internacional y cómo puede ser eficaz para regular el mundo de las criptomonedas".

Según McCaul, el marco que regula las criptomonedas propuesto por el Consejo de Estabilidad Financiera y el Comité de Supervisión Bancaria de Basilea está "en su fase inicial" y se espera que entre en vigor para 2025. Las leyes pendientes, incluido el marco Markets in Crypto Assets, podrían complementar eficazmente las del BCBS en Europa, pero probablemente no abordarían por completo la supervisión de las criptoempresas que no tienen sede.

"Exchanges como FTX realizan sus operaciones aprovechando una estructura de grupo, mientras que MiCA se aplica únicamente a nivel de entidad individual. En mi opinión, los grandes operadores como FTX o Binance necesitan un enfoque consolidado, aunque ello requiera ajustes en la legislación vigente".

El BCE está investigando actualmente el posible impacto de un euro digital en el sistema financiero de la Unión Europea, incluidas las cuestiones políticas y la forma en que el token podría ofrecer soluciones de pago a los usuarios minoristas. En enero, Fabio Panetta, miembro del Comité Ejecutivo del BCE, se dirigió al Parlamento Europeo para esbozar un plan para la utilización de un euro digital junto con el efectivo en los pagos minoristas.

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