El conocido partidario del oro y oponente de Bitcoin, Peter Schiff, ha reconocido sus equivocaciones en algunas de sus predicciones con respecto al precio de Bitcoin. El amigo Peter es muy activo en criptotwitter y le encanta la polémica. Este escarabajo del oro es conocido por su rechazo a Bitcoin. Irónicamente, muchos bitcoiners piensan que Bitcoin y el oro están estrechamente emparentados. Schiff siempre está prediciendo la debacle de Bitcoin. Sin embargo, muchos sueñan con el día de que Schiff se cambie a nuestro cambio. Sería como la historia de San Pablo que después de ser un gran opositor del cristianismo pasó a ser uno de sus más fervientes defensores. ¿Es Peter Schiff nuestro San Pablo? 

No, Peter Schiff no se cambió a nuestro bando. Es una fantasía para muchos. Pero una cosa es admitir una equivocación en una predicción y otra muy distinta es convertirse en un promotor de Bitcoin. Lo que ocurre es que en cripto hay mucho fanatismo. Los fanáticos deben obtener afirmaciones todo el tiempo y las críticas revuelven sus inseguridades. Por esta razón, no toleran a personas como Peter Schiff. 

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Todos sabemos, por ejemplo, que Warren Buffett es un inversor muy conservador. Pero el solo hecho de que un inversor tan exitoso como él no crea en Bitcoin vuelve loco a más de uno. La primera reacción es descalificar. Max Keiser, por ejemplo, lo llamó idiota por no invertir en Bitcoin. Incluso, mencionó que Warren estaría poniendo su reputación en juego por no invertir en Bitcoin. Irónicamente, cuando Berkshire Hathaway, la compañía de Buffett, compró acciones en una compañía minera, Max y otros comenzaron a construir una elaborada fantasía en torno a Warren abandonado el dólar y adoptando el oro. Es decir, es solo cuestión de tiempo para que adopte Bitcoin. Las locuras de niños con demasiada imaginación. 

Max Keiser y Anthony Pompliano son particularmente propensos a sacar esas conclusiones. Es decir, se imaginan unas novelas de la nada. En lo personal, me importa tres pepinos lo que piense Peter Schiff sobre Bitcoin. Bitcoin no es un culto. No tenemos que evangelizar a todo el mundo para que regrese el mesías y tener nuestro día del juicio. Bitcoin no es para cualquiera. No es buena idea para cualquiera. Y es válido no invertir en Bitcoin. Solo los fanáticos son los que quieren meter a Bitcoin en la garganta de todo el mundo. 

Si Peter Schiff está en el closet y está usando a su hijo para no admitir que en realidad ama a Bitcoin, ese es su problema y en realidad no me importa. Esta es la rebuscada conjetura de Anthony Pompliano que es aficionado a estas ficciones. Ahora bien, resulta ser que Spencer Schiff, joven estudiante universitario de 18 años e hijo de nuestro Peter Schiff, es un inversor de Bitcoin. Peter Schiff lanzó una patética encuesta de macho en Twitter midiéndose con su propio hijo. 

Según el tweet del 7 de septiembre de Peter Schiff, el 81% de los más de 46,000 usuarios de Twitter que respondieron su encuesta preferían el consejo de un “estudiante de 18 años que nunca ha tenido un trabajo” al de un hombre con más de 30 años de experiencia como profesional de las inversiones. Para sorpresa de nadie, criptotwitter apoyó a Spencer Schiff abrumadoramente. 

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Ciertamente, Peter Schiff tiene experiencia. Pero, ¿qué tipo de experiencia? Porque la experiencia a menudo es la enemiga del progreso. Los escarabajos del oro son inversores ultraconservadores. Peter Schiff lleva más de 30 años acertando con el oro, pero equivocándose en todo lo demás. Los partidarios del oro llevan décadas anticipando el colapso del dólar. ¿Cómo está el dólar hoy? Critican el manejo de la economía. Critican a los bancos centrales. Critican el dinero fiat. No hablan de tecnología. Ellos son reaccionarios. Solo quieren un retorno al patrón oro. Son esencialmente pesimistas. El oro es una apuesta al miedo. Peter Schiff lleva 30 años acumulando prejuicios y sesgos. 

En el mundo de las inversiones, el optimismo ofrece mayores rendimientos que el pesimismo. En los años 70, por ejemplo, muchos comenzaron un movimiento llamado “la vuelta al campo”. La idea era dejar las ciudades y trabajar en una granja. Muchos hablaban de un colapso económico total. La idea de la granja no era solo un sueño romántico de una mejor vida cerca de la naturaleza. También se trataba de una estrategia económica. En el fin de todo, en la granja, por lo menos, habría comida. Los escarabajos del oro siempre están hablando del próximo desastre. 

Ahora bien, uno puede hacer un ejercicio sumamente sencillo. $1.000 en oro hace 30 años vs $1.000 en el S&P 500 hace 30 años. ¿Quién gana el pesimismo o el optimismo? El oro es el activo del pesimismo por excelencia. Los libertarios y los ultraconservadores adoran el oro más por razones políticas que por razones económicas. Bitcoin tiene más suerte con los capitalistas de riesgo que con los escarabajos del oro. ¿Por qué? Porque los sujetos que se pasean por Silicon Valley en busca del próximo Facebook no están con los miedos de Peter Schiff. 

Es lógico que los escarabajos del oro como Peter Schiff sientan un rechazo natural por Bitcoin. Estos sujetos todavía no aceptan el dólar y todavía añoran el patrón oro. Según ellos, el siglo XIX fue la época dorada del progreso. Una criptomoneda es simplemente pedir demasiado para los que todavía defienden una tecnología neolítica. 

Es decir, es comprensible el rechazo de una banda de ultraconservadores por algo tan nuevo como Bitcoin. Pero, ¿por qué tantos bitcoiners tienen un fetiche con el oro? Solo hay que comparar las dos comunidades. Uno puede ir a una conferencia cripto y luego ir a una conferencia de los partidarios del oro. También se puede realizar un estudio comparativo de las dos demografías. Es más, se pueden hacer encuestas. ¿Por qué compras oro? ¿Por qué compras Bitcoin? 

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No hay que ser un genio para saber que Bitcoin y el oro son dos cosas muy distintas. La familia Schiff lo demuestra. Peter Schiff es el oro. Spencer Schiff es Bitcoin. El joven rebelde desafiando al padre obtuso y prejuicioso. Experiencia mis bambalinas. Debido a la vena libertaria que vive en muchos Bitcoiners se quiere forzar una supuesta hermandad entre el oro y Bitcoin. Muchos usan la narrativa del oro en el espacio cripto en una retórica de pesimismo antisistema. ¿Tiene sentido? 

Sin embargo, si ignoramos la política por un momento y vemos la evidencia. Bitcoin es más sobre creer en el futuro que creer en el pasado. Es más innovación que conservadurismo. Es más oportunismo que pesimismo. Es más fe que miedo. El futuro es de Spencer Schiff, el joven que compró Bitcoin en contra de los consejos de su padre.