La crisis venezolana es muy conocida, pero muy incomprendida. Es una crisis compleja y en muchos aspectos, contradictoria. La crisis política lleva muchos años, pero la crisis económica en su grado más agudo lleva poco menos de 5 años. El país ha vivido una etapa de autodestrucción de dos décadas y durante estos últimos años la hiperinflación está dado el toque de gracia. El aparato productivo está en cenizas, pero el Gobierno sigue imprimiendo dinero a diestra y siniestra. Eso por supuesto ha causado un aumento impresionante de los precios. Estamos hablando de más de 50% mensual. El Bolívar, la moneda oficial, no vale nada. El Gobierno ha dañado la economía terriblemente y la población se ha refugiado en el dólar para protegerse. Bitcoin, por supuesto, tiene un rol sumamente importante en todo esto. Pero su rol no es exactamente el que muchos bitcoiners en el extranjero le atribuyen. Hablemos del dólar y Bitcoin en Venezuela

Venezuela nunca ha sido un país particularmente productivo. De hecho, siempre ha sido un país muy pobre. Sin embargo, tuvo la suerte de ganarse la lotería del petróleo. La exportación de petróleo, sobre todo durante la posguerra, proporcionó riquezas materiales. Pero, en el fondo, el país nunca logró la madurez económica, institucional, social y cultural para ser verdaderamente productivo. Nunca pudo superar el modelo rentista, porque no invirtió el dinero del petróleo en construir un aparato productivo fuerte. En su lugar, despilfarro todo su dinero en gasto público. Entonces, Venezuela está bien cuando el precio del petróleo es alto, y está mal cuando el precio es bajo. Por otro lado, la población es adicta a las dádivas del Gobierno debido a décadas de costumbre. En otras palabras, el Gobierno no puede parar de imprimir dinero por razones políticas. Si imprime dinero, hay inflación. Pero si no imprime dinero, los gobernantes pierden apoyo político. El actual Gobierno ha escogido imprimir dinero descomunalmente. 

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En los mercados internacionales, el precio del petróleo está relativamente bajo. Eso afecta especialmente a Venezuela por varias razones. En primer lugar, el petróleo venezolano requiere altos costos de refinamiento, porque es un petróleo sumamente pesado. Esto aumenta considerablemente los costos de producción. Además, limita su clientela, porque existe una infraestructura adaptada a ese tipo de petróleo en particular y no es fácil construirla de la noche a la mañana en otro lado. En segundo lugar, Venezuela es muy ineficiente y produce muy poco petróleo. Muchos de los países exportadores de petróleo no están en crisis, porque han podido compensar la baja de los precios con mayor producción. Venezuela no ha podido producir más debido a la ineficiencia, a la corrupción y a la falta de inversión. Es por eso que tenemos a una Venezuela en crisis y a un golfo pérsico floreciente. 

El Gobierno del fallecido Hugo Chávez tuvo la gran suerte que comenzar con los precios del petróleo sumamente elevados. Eso le dio fuerza económica, pero su estilo autoritario y sus ideas socialistas polarizaron muchísimo a la población, causando una terrible crisis política. Los empresarios entraron en pánico con la “revolución” de Hugo Chávez y comenzaron a sacar su dinero del país. Entonces, para impedir la fuga de capitales se impuso un control cambiario. Es decir, la compra de dólares se vio restringida. Entonces, surgió el mercado negro del dólar. Venezuela produce muy poco y casi todo debe importarse. Con la llegada de Chávez, se necesitó importar mucho más, porque muchos empresarios se vieron obligados a cerrar sus fábricas y negocios debido al cerco del Gobierno. Sin embargo, el Gobierno compró a los sectores más pobres de la población con subsidios y empleos públicos, intercambiando dinero por lealtad.  

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Con el colapso de los precios del petróleo, el modelo implementado por Chávez obviamente no se puedo sostener. Después de su muerte, su sucesor, Nicolás Maduro, lo ha intentado, pero ha fracasado en proporciones épicas. Sin el dinero del petróleo, el gigante gasto público del Gobierno ha causado un cuadro hiperinflacionario asombroso. El dólar en el mercado negro sube prácticamente a diario y la población utiliza el dólar como moneda de referencia para fijar los precios. En la mayoría de los casos, se usa el dólar solo como unidad de cuenta. Es decir, en la práctica, el intercambio sigue siendo en bolívares. Sin embargo, en los últimos meses se ha venido usando más los billetes actuales de dólar como medio de intercambio por razones de conveniencia. 

El dólar en Venezuela es omnipresente. Como referencia o como medio de intermedio, está presente en todos lados. Y toda la población forma parte del mercado negro del dólar. A pesar de la prohibición oficial, hasta el Presidente alienta su uso. Con la crisis, la mayoría de los bienes han perdido valor, pero la comida no. Entonces, tenemos dos Venezuelas. La Venezuela mayoritaria que se está muriendo de hambre. Y la Venezuela con dólares que se compone de comerciantes prósperos, políticos corruptos, receptores de remesas y personas que de algún modo u otro reciben divisas extranjeras por su trabajo o inversiones. La hiperinflación afecta particularmente al rubro de los alimentos. Pero, de hecho, termina afectando a todo lo que se cotiza en bolívares. El país está dolarizado y todos los venezolanos se levantan todas las mañanas como primer casa preguntando el precio del dólar en relación al bolívar. Han surgido páginas especializadas para la consulta del precio. Y existen varios tipos de precios. 

El venezolano promedio tiene dólares, pero debe vender periódicamente pequeñas cantidades para cubrir sus gastos en bolívares. El primer paso es consultar el precio del día y luego buscar a un comerciante amigo para realizar la compraventa. El comercio en Venezuela es dominado principalmente por comerciantes de origen árabe y chino. Como mencioné antes, existen varios precios. Existe el dólar en las diferentes páginas. Pero también existe el dólar Cúcuta, que básicamente es el precio del dólar en la frontera con Colombia. Y existe el dólar bitcoin, que es el precio promedio del dólar en la plataforma Localbitcoins. Es decir, muchos comerciantes utilizan Localbitcoins para comprar bitcoins con bolívares y luego venderlos de inmediato para obtener dólares en Panamá o Estados Unidos. Este método se utiliza principalmente para grandes cantidades y se considera más líquido que otros métodos. Es por eso se cotiza ligeramente por debajo del precio en las páginas especializadas. La comodidad tiene un costo. 

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Muchas personas en el ecosistema cripto se equivocan con Venezuela. Es cierto que, debido al bajo costo eléctrico, la minería es relativamente popular en ciertos grupos. Sin embargo, se equivocan cuando dicen que la mayoría de los venezolanos escogen Bitcoin para refugiarse de la inflación. Ellos defienden esta teoría con los datos del volumen que se registran en la plataforma Localbitcoins como prueba. Sin embargo, esto no es del todo cierto, porque Bitcoin todavía es muy volátil para este fin. Una minoría sí compra Bitcoin para invertir. Pero el refugio natural de los venezolanos contra la inflación sigue siendo el dólar. Bitcoin es demasiado arriesgado. El dólar es estable. Los grandes números en Localbitcoins se logran porque Bitcoin se utiliza como un puente para obtener dólares dentro del mercado negro. Lo que comúnmente se llama el dólar bitcoin. De hecho, el dólar y Bitcoin son grandes amigos en Venezuela. Son complementarios. Bitcoin en Venezuela está estrechamente relacionado con el mercado del dólar. 

El control cambiario, no la crisis, es el mejor amigo de Bitcoin en Venezuela. Algo muy similar está sucediendo en Argentina. El Gobierno argentino implementó un control cambiario y, al día siguiente, el volumen de transacciones en Localbitcoins se fue al cielo. Bitcoin es autocontrol y libertad mucho más que estabilidad monetaria. Entonces, es natural que se utilice para cruzar fronteras. Por razones dogmáticas, muchos bitcoiners en los países desarrollados ven lo que quieren ver en el caso venezolano y argentino. Ven Bitcoin como la moneda antisistema y antiinflacionaria. Sin embargo, los hechos demuestran que esta visión está incompleta. Bitcoin es muy útil como una herramienta de liberación. Es antiautoritaria. Decir que es principalmente una solución ante la inflación es una visión sumamente limitada y, de hecho, algo errada. Bitcoin es mucho más. 

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