OpenAI, la empresa detrás de ChatGPT, podría no estar funcionando tan bien como su valoración de $80 mil millones haría creer a la mayoría de los analistas, según algunos expertos en inteligencia artificial (IA).
Carlos Pérez, autor y fundador de Intuit Machines, expresó su sospecha de que "OpenAI está en una posición precaria en su liderazgo percibido en el espacio de la IA" en una publicación del 1 de marzo en la plataforma social X. Continuó opinando que "hay varios indicadores que muestran que su ejecución se está desmoronando".
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Al explicar su posición, Pérez citó numerosos posibles factores de impacto, incluido el precio no competitivo, el potencial de rendimientos decrecientes, la percepción de la ausencia —o apatía— del cofundador de la empresa, Ilya Sutskever, la rotación de empleados y una "pobre ejecución".
Pobre ejecución
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Los comentarios de Pérez llegan poco después de informes de que Elon Musk ha presentado una demanda contra OpenAI y su CEO, Sam Altman.
La demanda de Musk, según informó recientemente Cointelegraph, afirma que OpenAI, una empresa que él cofundó, ha incumplido su promesa de mantenerse "abierta" —un término que se refiere al desarrollo de soluciones tecnológicas que luego se ponen a disposición de la comunidad de código abierto.
Según la demanda, OpenAI "se apartó de sus principios fundamentales de avanzar en la inteligencia artificial de código abierto (AGI) en beneficio de la humanidad" cuando colaboró con Microsoft.
¿El próximo WeWork?
Gary Marcus de la Universidad de Nueva York, autor más vendido y experto en IA que recientemente testificó ante el gobierno de los Estados Unidos sobre los peligros de la IA, opinó sobre los sentimientos de Pérez con una comparación irónica con WeWork.
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WeWork, una startup unicornio valorada una vez en casi $50 mil millones, finalmente declaró bancarrota. Muchos expertos atribuyen la caída de la empresa al hecho de que su crecimiento fue en gran medida impulsado por asumir deudas.
El crecimiento de OpenAI ha sido, en última instancia, impulsado por su servicio ChatGPT y las inyecciones de efectivo de su socio corporativo, Microsoft.
AGI, pero ¿para quién?
Según la carta de la empresa, su enfoque principal es desarrollar AGI —máquinas que serían capaces de realizar cualquier tarea que un humano pudiera hacer con los recursos adecuados— en beneficio de la humanidad.
Sin embargo, Musk afirma que la empresa en realidad ya no está trabajando en AGI para beneficiar a la humanidad, y como tal, está solicitando que los tribunales emitan una orden judicial que obligue a OpenAI a dejar de "explotar" AGI con fines de lucro.
Esto podría resultar complicado para los tribunales ya que no hay una definición legal o científica de lo que, exactamente, constituye la tecnología AGI o incluso la tecnología adyacente a AGI.
En un escenario donde los tribunales determinen que OpenAI debe cesar sus servicios, la empresa podría perder sus principales fuentes de ingresos, así como su ventaja como pionero en el mercado.
Además, los servicios de terceros construidos sobre los modelos de OpenAI probablemente se verían impactados catastróficamente. En el mundo de las criptomonedas, por ejemplo, cerrar ChatGPT podría acabar con un número significativo de servicios de negociación automatizados, bots de servicio al cliente y herramientas de análisis alimentadas por IA.
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