La seguridad en las transacciones financieras es necesaria. Tradicionalmente, el dinero fiat es percibido como la forma más segura para efectuar transacciones. Sin embargo, con la proliferación de las criptomonedas, surge una disyuntiva crucial: ¿el efectivo es lo más seguro, o las nuevas formas digitales ofrecen más confiabilidad? Para ahondar sobre el tema, Julián Villarraga, conocido como “Sargento Cripto”, especialista en seguridad financiera y formador en inversiones digitales, conversó con Cointelegraph en Español.
“Es fundamental abordar la dicotomía entre el dinero físico y el digital con una perspectiva equilibrada. La noción de que uno es intrínsecamente seguro y el otro inherentemente riesgoso es una simplificación errónea. Ambos presentan ventajas y vulnerabilidades distintas que merecen un análisis detallado”, aseguró el conocedor.
Vulnerabilidades de seguridad: Dinero fiat vs. criptomonedas
Considerando la naturaleza digital y la dependencia tecnológica de las criptomonedas, es pertinente analizar las principales vulnerabilidades de seguridad que el dinero físico, en su tangibilidad, logra evitar. Tal como señala el experto, “al ser tangible y no depender de plataformas o claves, puede parecer más 'seguro' para muchos”.
“Esta independencia de la infraestructura digital protege al efectivo de riesgos inherentes al ciberespacio, como ataques informáticos, fallos de software y la necesidad de conectividad a internet. En entornos sin acceso a la red o en situaciones de fallas tecnológicas, el efectivo mantiene su funcionalidad básica”, mencionó Villarraga.
Sin embargo, el dinero físico no está exento de riesgos significativos, según detalló: “El efectivo también es muy vulnerable: se puede robar, extraviar o falsificar fácilmente. Y si lo pierdes, no hay cómo rastrearlo ni recuperarlo”. Esta tangibilidad que le otorga cierta percepción de seguridad es, a su vez, su mayor debilidad en términos de protección contra la pérdida y el robo.
Las criptomonedas, por otro lado, aunque operan en un entorno digital, ofrecen trazabilidad, resistencia a la censura y la eliminación de intermediarios. No obstante, su seguridad depende en gran medida de la educación y la diligencia del usuario en la protección de sus claves privadas y la adopción de medidas de seguridad robustas como la autenticación multifactor.
El experto advirtió que el panorama delictivo evoluciona constantemente: "hoy en día no sólo hay estafas en el mundo cripto. También vemos robos de identidad para vaciar cuentas bancarias, fraudes por mensajes falsos del banco, y hasta clonación de tarjetas. La delincuencia evoluciona con la tecnología, y por eso no se trata de escoger entre lo físico o lo digital, sino de cómo proteger lo que tenemos”. Por lo tanto, la clave no reside en la elección entre lo físico o lo digital, sino en la implementación de estrategias de protección efectivas para ambos.
La recomendación por parte del conocedor es clara: “No 'dar papaya' con nuestra seguridad digital, especialmente con el manejo de contraseñas, correos, dispositivos y accesos. También debemos diversificar la forma de custodiar nuestros activos: usar una parte en efectivo para emergencias, otra en banco y otra en cripto con buena custodia. Como siempre digo: 'no pongas todos los huevos en la misma canasta', Así se disminuyen riesgos y se gana flexibilidad frente a cualquier situación".
Accesibilidad en escenarios de fallas tecnológicas
En escenarios de fallas tecnológicas como apagones, caídas de internet o ciberataques, la accesibilidad del dinero físico y las criptomonedas presenta contrastes significativos. El efectivo, al ser tangible, mantiene su accesibilidad en situaciones donde la infraestructura digital falla. Como ejemplificó el conocedor, “el efectivo puede ser fundamental en ciertos momentos, sobre todo cuando se trata de compras básicas o fallas eléctricas”.
En contraposición, las criptomonedas, al depender de la tecnología y la conectividad a internet para realizar transacciones, ven severamente limitada su accesibilidad en tales escenarios. Plataformas bloqueadas por mantenimiento, o hackeos a entidades financieras, son ejemplos de cómo las fallas tecnológicas pueden impactar la operatividad de los activos digitales.
Sin embargo, el dinero físico también presenta limitaciones en términos de accesibilidad en otras circunstancias. “No puedes enviar efectivo a otro país en minutos ni almacenarlo con seguridad absoluta”, destacó. Las criptomonedas, bien custodiadas, ofrecen soluciones eficientes para transferencias transfronterizas y almacenamiento digital seguro.
El conocedor en seguridad financiera, subrayó la importancia de la adaptación a la evolución tecnológica: “Por eso es tan importante que cada ciudadano se actualice y se eduque sobre estas nuevas formas de economía. Negarse a aprender es quedarse atrás, y eso puede salir muy costoso”.
Para Villarraga, la diversificación se erige nuevamente como una estrategia clave para la seguridad económica. “Ten una parte de tus recursos en efectivo, otra en una cuenta bancaria confiable, y otra en activos digitales como Bitcoin, Ethereum o stablecoins. Pero hazlo con estrategia, no por moda”, recomendó.
Protección contra fraudes: Irreversibilidad vs. verificación física
La irreversibilidad inherente a muchas transacciones con criptomonedas contrasta directamente con las verificaciones físicas asociadas al dinero en efectivo en cuanto a la protección contra fraudes.
“Las criptomonedas se construyeron bajo el principio de la descentralización y la inmutabilidad. Eso quiere decir que, una vez hecha una transacción, no se puede revertir, lo cual es una ventaja para evitar fraudes o manipulaciones por parte de intermediarios”, comentó Villarraga. Esta característica, si bien robustece la integridad de la transacción, también implica que los errores del usuario son definitivos, y la recuperación de fondos enviados incorrectamente es prácticamente imposible.
Esta irreversibilidad ha sido explotada por estafadores: “Eso ha sido aprovechado por muchos estafadores, que engañan a personas prometiéndoles duplicar el dinero, hacer inversiones rápidas o que simplemente les piden que 'prueben con una transferencia pequeña' y luego desaparecen”, agregó.
Ante esta realidad, la precaución y la verificación exhaustiva son cruciales, planteó Villarraga, “toda transacción, sea bancaria o cripto, debe hacerse con calma, verificación y conciencia. Hay que revisar a quién se le transfiere, en qué plataforma se está operando, y si hay señales de alerta, como urgencia para pagar o promesas exageradas”.
El dinero en efectivo, por su parte, permite una verificación física inmediata, según Villarraga "puedes revisarlo visualmente, tocarlo, sentirlo”. Sin embargo, esta verificación no elimina el riesgo de billetes falsos, robos o engaños. Además, en caso de robo, el efectivo perdido es irrecuperable.
Para concluir, Villarraga enfatizó que la migración de la delincuencia hacia el ámbito digital es una tendencia actual: “Hoy, incluso los delincuentes están migrando a fraudes digitales. Ya no se enfocan únicamente en atracos físicos: ahora se especializan en robar datos, clonar identidades y vaciar cuentas”. Por lo tanto, la seguridad, tanto en el ámbito de las criptomonedas como en el del dinero tradicional, depende fundamentalmente de la educación financiera, los hábitos de seguridad y la prudencia del usuario.
"Tanto en cripto como en dinero tradicional, la seguridad depende del conocimiento, la preparación y la prudencia del usuario. Aprender, no improvisar. Informarse antes de actuar. Y sobre todo, no dejarse llevar por el entusiasmo sin validar”, sentenció Villarraga.
Aclaración: La información y/u opiniones emitidas en este artículo no representan necesariamente los puntos de vista o la línea editorial de Cointelegraph. La información aquí expuesta no debe ser tomada como consejo financiero o recomendación de inversión. Toda inversión y movimiento comercial implican riesgos y es responsabilidad de cada persona hacer su debida investigación antes de tomar una decisión de inversión.