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Esta semana quise destacar la reciente confesión de Andre Cronje en Medium, que provocó un buen debate y un poco de molestia de los miembros del equipo de Uniswap. Esta discusión en particular ocurrió porque se quejó de que los desarrolladores sólo bifurcan el código de alguien más y lo lanzan ellos mismos. Para aquellos que no son conscientes de la ironía, esto es básicamente lo que SushiSwap, un miembro del ecosistema de Yearn, le hizo inicialmente a Uniswap.

Más importante aún, Cronje también se quejó de lo que él percibe como una comunidad de DeFi empoderada y el concepto de regalar tokens sin la participación de un fundador.

El argumento de Cronje se puede resumir de la siguiente manera: los usuarios de DeFi son en gran parte especuladores a quienes se les paga por usar los proyectos y ven la acción del precio como la señal definitiva de su éxito. No importa qué tipo de trabajo realice el desarrollador, la comunidad siempre se preocupará de que el número suba y personalmente responsabilizará al desarrollador si eso no ocurre.

Por último, Cronje advirtió que no hay que regalar tokens. Los costos de desarrollo de Yearn aparentemente exceden el valor de los pocos tokens que ha cultivado. Esencialmente, el lanzamiento de un producto que atrajo cientos de millones de dólares al ecosistema lo hizo más pobre.

Una comunidad difícil de complacer

La categorización de Cronje de la comunidad DeFi puede aplicarse a todo el ecosistema de las criptomonedas. También creo que es sólo una consecuencia natural del hecho de que existen tokens para enriquecerse. ¿Alguna vez te unirías al chat de Discord o Telegram para, digamos, Bank of America? ¿Costco? ¿Coca-Cola?

Definitivamente existen algunas personas que se divierten interactuando con estas grandes marcas. Sin embargo, en general, sin una participación financiera en la compañía no te importa lo que hace a diario o mensualmente. ¿Crees que podría haber alguna vez una comunidad entusiasta detrás de Swift, la capa de infraestructura bancaria? ¿No? Añádele a eso un token que pueda ofrecer grandes ganancias y por arte de magia, veras como nace el Swift Army.

Sospecho que hay un sesgo de supervivencia inversa que está provocando las quejas de Cronje. La mayoría de los poseedores de tokens son apáticos cuando las ganancias son buenas, pero grandes pérdidas podrían frustrarlos tanto que podrían empezar a desquitarse con los desarrolladores.

El caso de la inversión de riesgo

Los inversores profesionales son una raza totalmente diferente. Un buen capitalista de riesgo nunca ignorará o dejará de acreditar al equipo de una compañía de cartera por sus éxitos. También es probable que tengan la experiencia de saber que el precio no es igual a los fundamentos, lo que significa que prestarán apoyo a los proyectos en los que creen incluso cuando las pérdidas aumenten.

En cuanto a la situación económica de Cronje, hay otra importante lección que aprender de los inversores profesionales. Contrariamente a las expectativas de la mayoría de las personas, los capitalistas de riesgo a menudo quieren que los fundadores tengan salarios altos y mucho patrimonio. Lo último que quieren es que los promotores se preocupen en cómo pagar el alquiler cuando deben dedicar el 110% de su tiempo a la startup.

Los ideales como un lanzamiento justo, sin pre-mina, propiedad comunitaria, etc. suenan muy bien en papel, pero en la práctica pueden simplemente no ser tan efectivos como la gente piensa. Ciertamente, hay un equilibrio que se puede encontrar aquí, ya que los fundadores codiciosos son igualmente perjudiciales para el éxito de un proyecto. Pero no creo que desechar hasta lo bueno sea la respuesta.

La comunidad de Yearn podría decidir en última instancia ofrecer a Cronje un gran salario para agradecerle sus continuos esfuerzos, lo que sería un gran testimonio de la eficacia de las organizaciones autónomas descentralizadas (DAO). Pero esta decisión también pondría de manifiesto que no tiene sentido reinventar la rueda de la iniciativa empresarial buscando equivocado un ideal de justicia. Los capitalistas de riesgo pueden ser muy valiosos, y recompensar a los fundadores es tanto pragmático como justo.

Prefiero invertir en un proyecto financiado por empresas que sea honesto sobre lo que es que unirme a un "lanzamiento justo" donde el fundador termina tirando la alfombra de un proyecto de USD 24 millones (temporalmente).

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