Epic Games, la desarrolladora de videojuegos detrás del popular juego para PC y consolas Fortnite, ha anunciado una ronda de financiación de USD 2,000 millones con la que planea acelerar la visión de la compañía para dejar su huella en el metaverso. La operación, que aún está sujeta a las aprobaciones normativas habituales, elevaría la valoración de mercado de Epic a USD 31,500 millones.

Esta ronda incluye una inversión respectiva de mil millones de dólares del inversor existente Sony Group Corporation y de KIRKBI, el holding detrás de LEGO Group. Sony, la empresa detrás de la familia de consolas PlayStation, también invirtió USD 200 millones en Epic en abril de 2021.

Según un comunicado, los tres socios planean combinar conocimientos y tecnologías para influir en el futuro del entretenimiento y el juego digital mediante el desarrollo de nuevas iniciativas de producción virtual y experiencias digitales de los aficionados en los deportes y los juegos.

Tim Sweeney, director general y fundador de Epic Games, declaró que esta inversión servirá para "crear espacios donde los jugadores puedan divertirse con sus amigos, las marcas puedan construir experiencias creativas e inmersivas y los creadores de contenido puedan construir una comunidad y prosperar".

La recaudación de capital se produce tras el anuncio de Epic y LEGO Group de asociarse para hacer del metaverso un lugar "seguro y divertido para los niños y familias". La intención es proporcionar a los niños acceso a "herramientas que les permitan convertirse en creadores seguros" en un espacio digital positivo y amigable.

Epic Games también ha desarrollado Unreal Engine, unos de los mayores motores gráficos utilizados para crear juegos, rivalizando con los de Microsoft y Valve. Su última actualización, Unreal Engine 5, facilita la creación de juegos play-to-earn, o P2E, basados en NFT.

En una cadena de grandes acuerdos recientes dentro de la industria del juego, Sony adquirió la desarrolladora de videojuegos Bungie, el estudio detrás de la franquicias como Halo y Destiny, por USD 3,600 millones. Este movimiento siguió a la compra por parte de Microsoft de Activision Blizzard, desarrolladora de Call of Duty y Candy Crush, por la enorme suma de USD 69,000 millones.

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