Siguiendo la tendencia mundial de endurecer la regulación de las criptomonedas a raíz de los recientes fracasos del mercado, Francia podría reconsiderar su régimen simplificado de concesión de licencias a los proveedores de activos digitales. Esto pondría en entredicho los esfuerzos del país por presentarse como uno de los más favorables a las criptomonedas en Europa. 

Según el Financial Times, Hervé Maurey, miembro de la Comisión de Finanzas del Senado francés, propuso una enmienda para eliminar una cláusula que permite a las empresas de criptomonedas operar sin una licencia completa hasta 2026. El régimen actual mantiene esta posibilidad incluso después de que los Mercados de Criptoactivos (MiCA) entren en vigor en 2024.

La enmienda de Maurey pondrá fin a la opción de operar sin controles estrictos, ya que obligará a las empresas a obtener una licencia de la Autorité des Marchés Financiers (AMF) a partir de octubre de 2023. En sus palabras, el colapso de FTX supuso un cambio de juego en ese sentido:

"Esto llevó a una serie de actores del sistema francés a considerar que había que supervisar las cosas con más rigor".

En la actualidad, hay al menos 50 empresas registradas que operan en Francia sin licencia de la AMF. Un antiguo miembro del consejo de la AMF, Thierry Philipponnat, considera que el nivel de protección de los inversores dentro de este régimen es "muy ligero, por no decir inexistente". 

La enmienda fue aprobada por el Senado el 13 de diciembre y pasará a las deliberaciones del Parlamento en enero de 2023. La asociación de la industria local, Desarrollo de la Industria Francesa de Activos Digitales (Adan), considera la enmienda como una señal de "abandono de una industria de futuro" por parte de los legisladores franceses.

El Gobierno de Emmanuel Macron, que acaba de iniciar su segundo mandato presidencial, es famoso por su apoyo a la industria de activos digitales. Ya en abril, antes de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, Macron expresó su fe en la necesidad de aumentar el número de unicornios tecnológicos en el país, desarrollar una política de los NFT y el "metaverso europeo." Sin embargo, también compartió su escepticismo hacia el sector financiero autorregulado.

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