Opinión de: Anthony Anzalone, fundador de Xion

Google anunció el lanzamiento de una blockchain de capa 1. Algunos fundadores de Web3 están entusiasmados, mientras que otros están preocupados. Google es bueno para la adopción masiva, pero perjudicial para la descentralización.

Todo el mundo se da cuenta cuando Alphabet, un gigante de 2,9 billones de dólares con más de 5.600 millones de usuarios, entra en un nuevo sector. La blockchain de Google aportará mejoras muy necesarias a la experiencia del usuario. Pero eso no es todo.

Si se mira de la manera correcta, Google trae competencia, que es una forma de colaboración que puede acelerar la innovación al tiempo que aporta legitimidad a la Web3.

Muchos lo ven con escepticismo y plantean preocupaciones sobre la centralización, lo que va en contra del ethos central de la descentralización y plantea preocupaciones sobre la propiedad democratizada. No olvidemos los defectos de la Web2: puntos únicos de fallo, jardines vallados y fosos tecnológicos profundos.

Internet antes era horrible

Ingenieros y científicos informáticos la construyeron y eran las únicas personas que podían usarla. Tenías que programar si querías escribir o compartir algo en línea. La Internet de solo lectura era imposible de navegar hasta que aparecieron los motores de búsqueda.

Google cambió todo al hacer que los datos del mundo fueran accesibles para todos. Cuando necesitamos información, simplemente la "googleamos". Se desbloqueó la usabilidad; ahora el mundo está a tu alcance. 

Lo hicieron tan bien que se convirtieron en un nombre familiar.

Luego, la Web2 llegó con la invención de las redes sociales. Podías crear y curar contenido sin saber una sola línea de código. Las primeras redes sociales entraron en guerra por el dominio al compartir fotos de gatos y memes. Luego, Facebook puso al usuario primero, y el mundo se unió a una red social unificada.

Estamos llegando a uno de esos momentos ahora mismo. El mundo está cambiando de la Web2 a la Web3, pero la blockchain es un juego diferente. Hay disruptores y pioneros dentro del espacio que abstraen la complejidad y se centran en la experiencia del usuario. Muchos otros, lamentablemente, no lo hacen.

Lo que frena a la blockchain no es el potencial, es la fricción. Carteras engorrosas, precios de tokens fluctuantes y un laberinto de reglas en las que nadie se pone de acuerdo han hecho que la Web3 se sienta como un club cerrado para iniciados.

Por eso, algunos expertos en blockchain se han centrado en los puntos débiles más cruciales: sin configuraciones confusas, sin tokens que caen y se disparan de la noche a la mañana, sin frases semilla y sin tarifas de gas misteriosas. Integran stablecoins directamente en sus protocolos, haciendo que las criptomonedas se sientan como efectivo.

Las stablecoins son intuitivas y están valoradas en la moneda que la gente realmente usa. Son una puerta de entrada para poner al usuario primero.

Google tiene el poder de desmantelar más barreras integrando la blockchain en las aplicaciones, pagos y servicios que la gente ya usa todos los días.

Podrían hacerlo, pero no lo hacen. En cambio, Google está creando otra capa financiera. Por un lado, eso es genial porque valida las finanzas descentralizadas. Por otro lado, es aburrido.

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Las finanzas ya se han resuelto, aunque persisten puntos débiles específicos, como los pagos transfronterizos que tardan días a través de SWIFT o el seguimiento opaco de activos. La blockchain de Google se dirige explícitamente a estos con neutralidad y velocidad, posicionándola como un rival de sistemas como las ofertas de Ripple o Circle.

Google, piensa en grande

Las finanzas son solo un caso de uso. Los pagos sin fricciones son una realidad. Eso es fácil. Las blockchains pueden construir un ecosistema de confianza entre los mundos digital y físico. Cuando se vuelve fácil de usar, esto es una revolución silenciosa.

Desde la verificación de registros personales y la confirmación de identidades en línea hasta la protección de datos personales y la creación de mercados de información, se trata de confianza y no de sistemas de pago.

Pensar en grande significa concebir el plan para un futuro basado en la confianza, en lugar de intentar construir un mejor dólar digital. Google tiene lo que se necesita para impulsar la Web3 de maneras asombrosas.

Los OGs corren el riesgo de perder influencia sobre lo que han idealizado desde el génesis de Bitcoin: la descentralización y la democratización. ¿Qué queda? Con suerte, Google seguirá el consejo de ir más allá de los pagos y unirse a la comunidad de la blockchain para crear un futuro mejor. La respuesta es simple: competir para colaborar.

Google y Facebook comenzaron como disruptores, pero ahora son parte de la vieja guardia. La historia de Internet ha demostrado claramente que se producen cambios significativos cuando se desafía el statu quo.

La competencia es colaboración cuando lo miras así. Facebook necesitaba MySpace. Apple necesitaba Microsoft. Google necesitaba Yahoo.

Estas rivalidades no solo eligieron ganadores; cambiaron el mundo al crear grandes cosas y animarse mutuamente a apuntar más alto. Web3 necesita Google.

Está claro que la blockchain se enfrenta ahora a un momento decisivo. ¿Hará la tecnología que las finanzas sean un poco más fáciles, o cambiará el mundo creando una capa universal de confianza para todos? Para aquellos que priorizan genuinamente la UX y la UI, es esto último.

Esto no se trata de criptomonedas; se trata de construir los cimientos del próximo Internet. Esperemos que Google quiera pensar más allá de los pagos. Web3 está lista para competir y colaborar.

Opinión de: Anthony Anzalone, fundador de Xion.

Este artículo tiene fines de información general y no pretende ser ni debe tomarse como asesoramiento legal o de inversión. Las opiniones, pensamientos e ideas expresadas aquí pertenecen únicamente al autor y no reflejan ni representan necesariamente las opiniones e ideas de Cointelegraph.