Autor: Javier Caudet

Ok, sé lo que es el Bitcoin y casi entiendo cómo funciona. Me he informado por internet porque cada vez más sale el tema en la tele y el otro día todos los medios no paraban de hablar del supuesto creador de Bitcoin con gran excitación. Vale, ahora quiero bitcoins, quiero saber cómo conseguir bitcoins.

No sé porque los quiero exactamente, supongo que por estar en el ajo, por ser partícipe de este experimento tan fascinante, para, por una vez, callarle el domingo la  boca a mi cuñado hablando de un tema que él no controla. No sé para que los quiero: ¿dónde puedo pagar con bitcoins?, ¿qué puedo hacer con ellos? Pero los quiero

Como mínimo, parece que se revalorizan con el tiempo, aunque también puede caer su valor. Es una faceta especulativa que me inquieta un poco. Pero gane o pierda no será mucho, solo quiero unos pocos bitcoins para probar.

Tres formas básicas de conseguir bitcoins

Un amigo entendido me explica que se pueden conseguir monedas virtuales básicamente de dos maneras. Una es poniendo nuestro ordenador al servicio de los procesos criptográficos que permiten que el sistema de transacciones y pagos funcione. Esto se conoce como ‘minar’, y cada vez hay más personas y empresas especializadas en ello, con lo que poner un ordenador doméstico estándar a minar monedas no rinde prácticamente beneficio.

La otra opción para obtener bitcoins es cambiándolos por euros a través de una de las muchas casas de cambio o empresas intermediarias. Esto puede hacerse en un cajero automático específico  (y escasos aún  fuera de las grandes ciudades) o a través de internet.

La tercera posibilidad es la de la compraventa entre personas, a través de las redes p2p. Webs como Localbitcoin.com ponen en contacto directo a personas interesadas en comprar o vender moneda. Una vez puestos en contacto, los usuarios pueden elegir hacer el intercambio por la red o de forma presencial. Esta es la vía más descentralizada, directa y sin intermediarios de conseguir bitcoins.   

Así que quedo con mi amigo entendido, quien a su vez ha traído a otro amigo que trae consigo otro amigo… Somos cinco personas reunidas por un interés mayor o menor por este mundillo de las criptomonedas. Formamos una extraña excursión que destila excitación y nervios de camino al cajero.

Lo primero que necesitamos, me explican, es un monedero electrónico para guardar los bitcoins. Los hay de muchos tipos: para móvil, para el escritorio del ordenador, otros a los que se accede vía web e incluso algunos en formato hardware que no requieren ni conexión a internet ni ordenador. Las diferencias entre unos y otros radican en cuestiones de seguridad y de preferencia de soporte. Incluso hay uno que funciona a través de conversaciones de Telegram.

Como en el grupo hay varias personas vírgenes en el tema de las divisas virtuales, elegimos la opción fácil: el Bitcoin Wallet de la Play Store. Aparece en mi móvil con un triste a la vez que esperanzador mensaje: ‘Todavía no se han recibido bitcoins’. Pero a eso vamos.

El cajero automático

Finalmente nos hemos decantado por la opción del cajero porque es más sencillo y no te piden datos personales. Tan solo hay que meter los euros y escanear el código QR de tu monedero electrónico para recibir en él los bitcoins. Incluso puedes pasar del móvil y pedir un monedero en papel; entonces, el cajero te imprimirá un ticket con una clave. Eso es dinero también.

Llegamos al local donde está instalado el único cajero de mi ciudad. Lo gestiona Bitchain y se encuentra en una antigua copistería, con una maquinaria y un dependiente tan antiguos que nos hacen dudar respecto a una posible conexión con el mundo de las criptodivisas.

-Buenos días, ¿tienen bitcoins?

La pregunta la hacemos sospechando que nos hemos equivocado de lugar y que el dependiente nos  va mirar con una cara de estupefacción digna de un record Guinness. Pero sorprendentemente el dependiente nos señala el cajero, nos dice que está fuera de servicio y que no nos puede explicar nada más porque ‘estos temas los lleva el informático y ahora no está’.

Compra por internet

Así que volvemos cada uno a su casa con los ánimos de capa caída y yo me dispongo a conseguir mis bitcoins por vía telemática. Mi amigo entendido me recomienda hacerlo a través de la web Bitnovo. Entro y pulso ‘comprar bitcoins’. Tras una media hora de registros en el sistema de transferencias intermediario, confirmaciones de pedido, verificaciones de teléfono y  correo electrónico (etc. etc.), finalmente aparecen los bitcoins en mi monedero electrónico. Es una cantidad irrisoria pero me hace  ilusión.

No ha sido tan difícil. Los registros son inevitables la primera vez, pero el proceso es sencillo, rápido y seguro. Si sois muy novatos es recomendable tener alguien que os guíe en el proceso, aunque lo conseguiréis igualmente buscando la información por internet. Podéis encontrar la localización de los cajeros o comparar las condiciones que ofrecen las distintas casas de cambio. Así que no lo dudéis y zambulliros en el fascinante mundo de las criptodivisas.