Según un estudio publicado por el Fondo Monetario Internacional, una moneda digital del banco central (CBDC) puede afectar a la política monetaria al aumentar la velocidad del dinero, la desintermediación, la volatilidad de las reservas bancarias, la sustitución de divisas y la alteración de los flujos de capital, incluso cuando no está diseñada para ello. El impacto involuntario de una CBDC puede sentirse de forma especialmente aguda en el sistema bancario islámico.

El sistema financiero islámico representa menos del 2% de las finanzas mundiales, pero está presente en 34 países y tiene importancia sistémica en 15 jurisdicciones. Solo dos países, Irán y Sudán, tienen sistemas bancarios plenamente islámicos. Según el documento, diez países con presencia financiera islámica, entre ellos Irán, están estudiando la posibilidad de crear CBDC.

El diseño de las CBDC se complica por las prohibiciones de la ley islámica sobre la usura y la especulación. Esto afecta mucho a la gestión de la liquidez:

“Los mecanismos convencionales de gestión de liquidez (mercado interbancario, instrumentos financieros del mercado secundario, ventana de descuento del banco central y prestamista de último recurso (LOLR)) que se basan en intereses no están permitidos para los bancos islámicos”.

La prohibición de la especulación también "implica que una CBDC no se puede utilizar para transacciones de derivados de divisas". Mientras tanto:

“Los instrumentos islámicos de gestión de liquidez […] continúan desarrollándose lentamente debido a las regulaciones poco favorables, las complejidades del cumplimiento de la sharia, la estandarización limitada, la pequeña cantidad de bancos islámicos y los sectores financieros subdesarrollados en muchos de los países”.

En muchos países falta infraestructura para la banca islámica, lo que hace que los bancos islámicos tengan un exceso de efectivo. Como ni los depósitos en bancos de financiación islámicos ni las CBDC halal (conformes a la ley islámica) pagarían intereses, aumenta el riesgo de desintermediación bancaria, según el estudio.

La reacción a la criptomoneda en el mundo islámico no ha sido uniforme. La región de Oriente Medio y Norte de África ha experimentado un rápido crecimiento de la adopción de criptomonedas en algunos países y un estancamiento en otros. Las opiniones varían incluso entre los eruditos islámicos. Por ejemplo, el Consejo Asesor de la Sharia de la Comisión de Valores de Malasia consideró admisible el comercio de criptomonedas, mientras que el Consejo Nacional de Ulemas de Indonesia llegó a la conclusión contraria. Los intereses empresariales de Irán también han apoyado la adopción de las criptomonedas para el comercio exterior.

Si te interesa el tema. Este informe del FMI acaba de salir. Implicaciones de política monetaria de CBDC

Perspectivas sobre Jurisdicciones con

Sistemas bancarios convencionales e islámicos.

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