La política monetaria de la Reserva Federal (Fed) es, sin duda, el factor individual más influyente sobre los mercados financieros globales. La expectativa de un recorte de veinticinco puntos base en las tasas de interés ha dominado la conversación entre analistas e inversores, convirtiéndose en el escenario base que la mayoría de los actores da por sentado. La gran pregunta que asalta a los mercados de acciones y, de manera notable, al ecosistema de criptomonedas, es si esta anticipación ya ha sido completamente absorbida por los precios de los activos, o si todavía queda espacio para una reacción significativa el día del anuncio.
Para abordar esta cuestión, es esencial examinar cómo los mercados descuentan la información, la diferencia entre la probabilidad y la certeza, y el conocido fenómeno de "comprar el rumor y vender la noticia".
Los mercados de capitales, especialmente los de gran liquidez como el estadounidense y el de criptomonedas, se consideran notablemente eficientes a la hora de procesar información. El precio de un activo en cualquier momento refleja la suma de todas las expectativas, miedos y datos disponibles.
Cuando un evento se vuelve altamente probable, como lo es la rebaja de tasas en el entorno económico actual, los operadores comienzan a actuar con semanas o meses de anticipación. Un recorte de tasas tiene un efecto bien conocido: abarata el costo del endeudamiento, estimula la inversión y hace que los activos de riesgo, como las acciones y Bitcoin, sean relativamente más atractivos que los activos de renta fija (como los bonos).
En el caso particular de Bitcoin y las criptomonedas, un entorno de tasas más bajas implica una mayor inyección de liquidez en el sistema. El capital fluye más fácilmente hacia activos percibidos como escasos o de alto crecimiento potencial. Por meses, la expectativa de esta "expansión" monetaria ha servido como un fuerte motor alcista. Las subidas observadas en los índices bursátiles y en los precios de las criptomonedas ya incorporan, en gran medida, la probabilidad de que la Fed actúe.
El problema radica en que el precio, en este momento, refleja la probabilidad, no la certeza. Si la probabilidad es percibida, por ejemplo, en un noventa por ciento, ese diez por ciento restante de incertidumbre aún mantiene un pequeño premio de riesgo en el mercado.
En este contexto de alta anticipación, el mercado se enfrenta a una situación que a menudo se resuelve a través del patrón "comprar el rumor y vender la noticia".
Comprar el Rumor: Los inversores han estado comprando acciones y criptomonedas durante el periodo en que el recorte era solo una especulación o una alta probabilidad. Han posicionado sus carteras para beneficiarse de la esperada inyección de liquidez.
Vender la Noticia: Una vez que la Fed confirma oficialmente el recorte esperado de veinticinco puntos base, el factor sorpresa desaparece. Los inversores que compraron barato basándose en la especulación ya han obtenido sus ganancias. Para capitalizar esas ganancias, a menudo proceden a vender sus activos en el momento del anuncio, pues la "noticia" ya no ofrece un nuevo catalizador para un movimiento ascendente sostenido.
Es, por lo tanto, altamente probable que el mismo día del anuncio, e incluso inmediatamente después, se observe una "venta de la noticia", causando una caída temporal, o al menos un estancamiento, en los precios de las acciones y, posiblemente, en las criptomonedas. El movimiento más significativo no será impulsado por la acción en sí, sino por el flujo de toma de beneficios de quienes ya habían descontado el evento.
No obstante, el precio no solo internaliza el recorte inmediato de veinticinco puntos base. La reacción del mercado estará determinada por dos factores cruciales que no están completamente descontados: la comunicación de la Fed sobre el futuro y la influencia de la estabilidad global.
Los inversores no solo miran la acción de hoy, sino la trayectoria esperada de la política monetaria. Si el comunicado oficial de la Fed sugiere que este es solo el primero de una serie de recortes, indicando que la desaceleración económica es más profunda de lo que se pensaba, podría generar una reacción negativa. Por el contrario, si el lenguaje es más "neutral" o ambiguo respecto a futuros recortes, el mercado podría interpretar que la Fed será más cautelosa, lo que limitaría el optimismo. La narrativa sobre la salud económica que acompañe el anuncio es tan importante como el recorte en sí.
Además de la política de la Fed, la otra gran variable descontada por los mercados es la reducción de la incertidumbre global, potenciada por la tregua comercial entre Estados Unidos y China. Si bien ambos eventos (el recorte de la Fed y la tregua comercial) sugieren un entorno de mayor liquidez y menor fricción económica, la suma de ambos efectos podría haber sido descontada de forma incompleta.
La tregua comercial reduce los costos de producción (por aranceles más bajos), lo que disminuye la presión inflacionaria. Esto, a su vez, facilita el trabajo de la Fed para inyectar liquidez. Si los mercados internalizan que la baja inflación y la política monetaria expansiva se refuerzan mutuamente, el impacto de liquidez para activos escasos como Bitcoin podría ser más profundo y duradero que una simple reacción al anuncio puntual. En un entorno donde todo parece probable, la magnitud del efecto combinado sigue siendo una fuente de potencial sorpresa.
Existe una posibilidad que se desvía del escenario general de la venta de la noticia. Generalmente, se asume que un recorte de tasas es un evento alcista para los activos de riesgo. Sin embargo, la Fed solo recorta las tasas de interés cuando considera que la economía se está debilitando y necesita un estímulo. Si el lenguaje que acompaña el anuncio enfatiza un deterioro significativo en las perspectivas de crecimiento o un aumento en el riesgo de desempleo, el recorte podría ser interpretado por los mercados como una confirmación del miedo a una recesión inminente, y no como un regalo de liquidez.
En este escenario, los inversores podrían ignorar el beneficio inmediato de tasas más bajas y, en cambio, centrarse en el riesgo de una caída en las ganancias corporativas o una contracción económica global. Este cambio en la percepción llevaría a los inversores a vender activos de riesgo, incluyendo acciones y criptomonedas, y a buscar refugio en bonos o en el dólar (a pesar del recorte), demostrando que la razón del recorte (la debilidad económica) puede ser más poderosa que el efecto del recorte (la liquidez). La reacción final del mercado dependerá de si ve la acción de la Fed como una señal de control proactivo o de pánico reactivo.
Aclaración: La información y/u opiniones emitidas en este artículo no representan necesariamente los puntos de vista o la línea editorial de Cointelegraph. La información aquí expuesta no debe ser tomada como consejo financiero o recomendación de inversión. Toda inversión y movimiento comercial implican riesgos y es responsabilidad de cada persona hacer su debida investigación antes de tomar una decisión de inversión.
