En la ciudad de Cúcuta, de lado colombiano de la frontera con Venezuela, el contrabando es moneda corriente. La política venezolana de controles de precios ha creado una oportunidad muy lucrativa para quienes pueden acceder a los productos bajo ese régimen. Compran barato en Venezuela y venden a precios de mercado en Colombia. Arbitran los precios dispares. 

Lejos de la frontera, algunos venezolanos han encontrado en la minería de Bitcoin otra forma de arbitraje. Con un precio promedio de 0,02 euros por kilovatio el precio de la energía eléctrica en Venezuela torna la minería en una actividad muy lucrativa. Los mineros utilizan energía a precios subsidiados y generan Bitcoins que luego pueden vender al valor de mercado en Venezuela y el resto del mundo. Para ellos la minería es una de las pocas salidas de la crisis terminal que vive el país.

Sin embargo, los desafíos para los mineros venezolanos no se reducen a inconvenientes con el hardware, problemas con la refrigeración de los equipos de minería o la importación de nuevos equipos, como podría suceder en cualquier otra parte del mundo. Quienes se arriesgan a aportar poder de cómputo a la red Bitcoin pueden enfrentar la cárcel.

En marzo de este año José Perales y Joel Padrón recibieron que no esperaban en la propiedad que montaron una granja de minado. Agentes del Servicio Bolivariano de Inteligencia arrestaron a los dos mineros luego de que trabajadores de la empresa proveedora detectaran un alto consumo de energía en la propiedad. Padrón pasó más de tres meses y medio bajo arresto y cree que Perales escapó del país tras su liberación, según un reportaje publicado por la revista Reason.

Minar Bitcoins no es un delito en Venezuela, por ese motivo el fiscal debió recurrir a otras figuras legales para arrestarlos. En la causa figura que los mineros incurrieron en el delito de contrabando por no tener los certificados de importación de los equipos de minería, aunque Padrón dice tenerlos, y “robo de electricidad. Por supuesto, los mineros también fueron señalados como autores de “causar los cortes de suministro eléctrico”, y así pasaron a engrosar la lista de los señalados por las autoridades como responsables de los problemas que ellos mismos generan. 

En la entrevista con Reason, Padrón sostiene que su arresto fue un medio para enviar un mensaje a la comunidad Bitcoin venezolana. Y el mensaje fue recibido. Desde entonces, los administradores del grupo de Bitcoin más numeroso en Facebook se ha convertido en uno que requiere autorización para ingresar, y este es solo el grupo secundario de uno más grande al cual puede accederse una vez que se ha comprobado la buena fe del miembro. 

Padrón nunca recuperó los equipos que le fueron confiscados, sin embargo, un mes después de ser arrestado recibió una alerta en su correo electrónico que los equipos estaban funcionando y conectados a la red de Bitcoin. “Creo que los agentes [que me arrestaron] han empezado a minar Bitcoins”, le dijo a Reason.

Y así como una de las políticas socialistas del gobierno venezolano hacen que minar una moneda que no puede ser controlada por ningún gobierno sea rentable, el músculo del régimen mientras se ocupa de ejecutar la represión económica vigente en el país, ahora se beneficia de una moneda que fue creada para evitarla.