Todas las semanas indirectamente hablo de Paco, el dueño del bar desde donde escribo, dónde han corrido litros y litros de cafés mientras intento conocer un poco más del Bitcoin.
Pero resulta que Paco no utiliza Bitcoin y aún no puedo pagar directamente con mi wallet, así que hoy me acerco a la barra para conversar con él sobre la moneda.
¿Has oido hablar del Bitcoin?
-Lo que me contáis vosotros. Dijo mirándonos a Enric y a mi.
¿Y a parte, en la televisión, otra persona aquí en el bar?
-Nunca, aquí (se refiere al pueblo dónde vivimos) eso no se oye.
¿Qué tendría que pasar para que utilizaras el Bitcoin?
-Nunca he visto utilizarlo, primero tendría que ver cómo se usa y comprenderlo. Tenéis que darlo más a conocer, aunque supongo que no conviene. Se ríe de manera pícara refiriéndose a los bancos.
¿Y para que lo aceptes aquí en el bar?
-Yo lo veo complicado para cantidades pequeñas, imagínate si se me junta en la barra un montón de gente y a unos les tengo que cobrar en euros a otros si pasa el móvil, yo que sé. Lo veo muy complicado.
¿De lo poco que has escuchado, qué es lo mejor que encuentras del Bitcoin?
-Que lo que hay, hay, es decir, La transparencia.
¿Y lo peor?
-Es muy abstracto, es difícil de entender, por ejemplo ¿Qué pasará cuando estén todos los Bitcoin minados? ¿Cómo se van a hacer las confirmaciones? ¿Y estos mineros? Son intermediarios o qué son.
Nos interrumpieron. Llego alguien a pedir un café “cortado” ( No soy la única que toma café ).Me quedé mirando a Paco, tanto tiempo escribiendo junto a él y no me había sentado a explicarle con paciencia el funcionamiento. Así que me propuse contarle lo que alcanzara antes de que nos interrumpieran.
Comencé desde el principio: ”El Bitcoin es una moneda digital creada en el año 2005 que hasta hace poco se consideraba una tontería de frikis, pero que en el último año ha empezado a cobrar importancia y, tras la crisis de Chipre, se ha empezado a considerar un valor refugio”.
Paco me miró y me respondió ¿No fue en el 2009?. Sonreí, me di cuenta que mi amigo sí nos ha escuchado en nuestras largas conversaciones. Pero lo que realmente necesita es confianza en la criptomoneda. Al poco rato ya estaba preguntándome sobre la seguridad de las wallet en los móviles y las claves privadas y públicas...
Siempre digo y hago alegoría de lo imprecindible de educar a quienes nos rodean sobre la importancia de saber lo suficiente del Bitcoin como para elegir si utilizarlo o no. Y yo, no me había sentado con él, el tiempo necesario para aclarar sus dudas.
Las interrupciones continuaron. Entre vinos, cafés y “cañas” yo respondía sus preguntas. Pero con eso no basta para que surja la confianza. La confianza es algo que se gana lentamente y por partes. Así que, si quiero que una persona más se sume a la comunidad Bitcoin, despertar su interés, me tengo que poner en marcha y comprometerme, así que me comprometí a que mi futura compra con Bitcoin, la realizaría desde su bar, para que él lo vea.
Y pregunté ¿Qué harías si alguien quiere pagar con Bitcoin?
Paco respondió encogiendose de hombros. Llamaros.
Cogí mi cuaderno y me marché a casa. ¿Cuantos cafés he descrito en Cointelegraph? Y siempre ha estado detrás Paco. Creo que ya es hora de seguir mis propios consejos y no permitir que exista una brecha entre la gente de mi pueblo o cualquier zona rural una zona rural y el resto del mundo, un mundo que avanza hacia las criptomonedas.