El CEO de Nvidia, Jensen Huang, afirmó que la inteligencia artificial (IA) permite que cualquiera sea un programador solo con hablarle al computador. Nvidia es la empresa de semiconductores más valiosa del mundo y provee chips y sistemas para IA. Huang habló en el foro Computex en Taipei sobre la revolución de la computación que implica la IA. También mostró ejemplos de lo que puede hacer la IA, como escribir una canción pop o generar contenido publicitario. ¿Será esto verdad? Y si lo es, ¿qué implicaciones tiene para programadores y no programadores?

En el mundo de hoy, programar (escribir código) es prácticamente un superpoder. Los que saben programar pueden crear aplicaciones, sitios web, videojuegos y muchas cosas más. Los que no saben programar se quedan atrás, sin poder aprovechar las oportunidades que ofrece la tecnología. A esto se le llama la “división digital”. Pero ahora, con la llegada de los chatbots generativos de lenguaje, como ChatGPT, parece que la situación ha cambiado.

Ahora bien, el CEO de Nvidia, Jensen Huang, dice que la inteligencia artificial (IA) permite que cualquiera sea un programador solo con hablarle al computador. Es como si fuera el personaje de Gusteau en la película Ratatouille, que decía: “Cualquiera puede cocinar”. Pero ahora Huang dice: “Cualquiera puede programar”. ¿Será esto una buena noticia para los que no saben programar? ¿O será una amenaza para los que sí saben? ¿O será una mentira para vender más chips?

¿Te has preguntado cómo se crea una obra literaria? ¿Cómo surge la imaginación de un escritor? ¿Cómo se construye un mundo ficticio hecho de palabras? Pues bien, no es tan fácil como parece. El escritor de literatura no es un mago que saca sus ideas de la nada. En la mayoría de los casos, se apoya en sus experiencias personales, en sus escritores favoritos y en conversaciones con sus amigos. Además, recibe ideas de su editor, su corrector y, seguramente, de algún ayudante e incluso de alguien que puede hacer de ghost writer. O sea, el escritor es más una empresa colectiva de lo que se piensa. Y el escritor utiliza un conjunto de herramientas y apoyos para construir ese mundo ficticio hecho de palabras. Por ejemplo, puede usar diccionarios, enciclopedias, libros de consulta, programas informáticos, otras personas, y hasta chatbots generativos de lenguaje.

Recordemos otra vez la frase de Gusteau en la película Ratatouille: “Cualquiera puede cocinar”. Pues bien, eso no significa que todos podamos ser chefs de alta cocina. No basta con tener los mejores ingredientes, los utensilios más sofisticados y las recetas más detalladas, o incluso que un chef prepare la comida por nosotros. Siempre hará falta algo más: el talento, la creatividad y el gusto. Lo mismo pasa con otras actividades artísticas, creativas o técnicas. Por ejemplo, tener una cámara y un editor no te convierte en un director de cine. No es suficiente con tener los mejores recursos a tu disposición, siempre necesitarás algo más: la visión, el estilo y el mensaje. Es decir, por muchos recursos que tengas a tu disposición, esa orquesta siempre requerirá un director. Y siempre habrá oportunidades de que alguien haga un mejor trabajo que otro, a pesar de que se utilicen las mismas herramientas. 

¿Crees que es solo cuestión de que un chatbot escriba el código por ti? Pues no, eso no es suficiente. Ser programador es también ser creativo. Es saber resolver problemas. Es crear mundos virtuales con lógica y coherencia. No basta con hablarle al computador y esperar que él haga todo el trabajo. Esos mundos necesitan un arquitecto humano de criterio para supervisar el trabajo y mantener todos los recursos alineados a los objetivos. La inteligencia artificial puede ser una gran ayuda, pero no puede sustituirte. La responsabilidad final de la obra recae en el creador, no en las herramientas o los ayudantes que utiliza.

¿Quién crees que podría ser un mejor programador? ¿La persona común sin ningún entrenamiento previo que utiliza un chatbot para crear un software? ¿O un programador experto que utiliza la misma herramienta? Pues bien, la respuesta no es tan obvia como parece. No podemos pretender que todos con una bicicleta puedan realizar las mismas hazañas. Tarde o temprano, nuevas divisiones surgirán, porque siempre habrá personas mejores que otras usando las mismas herramientas. La inteligencia artificial puede ser una gran aliada para democratizar el acceso a la programación, pero no puede garantizar la calidad ni la originalidad de los resultados. Al final, lo que cuenta es el talento, la experiencia y el esfuerzo de cada uno.

¿Te has preguntado qué consecuencias no esperadas tienen las nuevas tecnologías? ¿Crees que todo es maravilloso y que nos hacen la vida más fácil? Pues no, eso no es tan cierto. Las nuevas tecnologías siempre tienen un lado oscuro, un efecto boomerang, una paradoja. Por ejemplo, algunos asumen que ahora todos serán programadores o escritores gracias a la inteligencia artificial. 

Eso es como asumir que la amistad se ha fortalecido con las redes sociales. En algunos aspectos sí, en otros no. O es como decir que ahora todos somos más sabios gracias a Google. En algunos aspectos sí, y en otros no. En muchos sentidos, estas tecnologías nos han prometido una cosa, pero nos han dado otra muy distinta.

Por ejemplo, el hecho de que cualquiera pueda subir contenido ha deteriorado mucho la calidad del mismo. Y ahora que podemos estar conectados con nuestros conocidos o no conocidos todo el tiempo a través de un dispositivo móvil, en muchos casos nos ha alejado de los demás. Y el hecho de que haya tanto conocimiento a nuestro alcance ha hecho que las personas piensen que todo lo saben después de ver un par de videos de YouTube. Francamente, no sé si “cualquiera puede cocinar”.

¿Crees que cualquiera puede hacer el trabajo de los expertos con una herramienta adecuada? Pues cuidado, eso puede conducir a la ignorancia confiada. Esa ignorancia confiada puede hacer que un terraplanista crea saber más de la Tierra que un astrónomo después de ver un par de videos en YouTube. Esta actitud de que “cualquiera puede cocinar” es buena, porque nos motiva a aprender y superarnos, pero no para menospreciar el talento y el esfuerzo. Es un error pensar que cualquier mono con un martillo y un cincel puede superar a Miguel Ángel. No es tan fácil. Me atrevo a decir que en el futuro las personas con mayor talento y capacidad para aprovechar mejor las herramientas de IA obtendrán resultados superiores a las personas con menos talento y capacidad. Creando así una nueva división.

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