Según los autores de un boletín del Banco de Pagos Internacionales (BPI), la necesidad de un oráculo en las finanzas descentralizadas (DeFi) es un gran impedimento para su adopción en el mundo real. Los problemas con los oráculos son tanto prácticos como de principios, y los autores del estudio no vieron una forma de superarlos.

Un oráculo es una tercera parte que proporciona datos del mundo real que fluyen hacia o desde un protocolo DeFi. Un oráculo es centralizado por naturaleza, y su presencia significa que un protocolo no es completamente descentralizado, si eso se tolera, entonces se pierde la falta de confianza, según afirmaron los autores. Eso es probable que sea una falla fatal para su uso con activos del mundo real, escribieron los autores.

La descentralización de un oráculo podría implicar verificación, un sistema de reputación y múltiples fuentes, especularon los escritores. Eso agregaría capas de complejidad y disminuiría la eficiencia del sistema. Los problemas de confianza y gobernanza seguirían existiendo.

La naturaleza anónima de las DeFi dificulta la identificación de actores maliciosos en casos de manipulación de oráculos, y:

“La solución obvia de aumentar la regulación y supervisión va en contra del ethos de descentralización que sustenta a DeFi en cripto.”

Además, la regulación no está en vigor en ningún caso en la actualidad, señalaron los autores. La irreversibilidad de las transacciones en DeFi también aumenta la cantidad de riesgo en el sistema.

Los problemas de confianza no son una cuestión de principio para los oráculos. Los hacks de manipulación de oráculos ocurren de manera regular. Se observó uno recientemente en agosto en el rug pull de Magnate Finance.

Una solución al problema del oráculo es crear un “sistema centralizado cuyo fundamento sea la confianza”, según indicaron los autores, pero “cuando se entiende este compromiso, el futuro de DeFi en su sentido más puro parece sombrío”.

El estudio señaló que empresas como Chainlink proporcionan información a los protocolos DeFi. Chainlink afirma haber desarrollado “una red de redes de oráculos descentralizados” con medidas de seguridad adaptadas a cada caso de uso. Sin embargo, su Cross-Chain Interoperability Protocol (CCIP) utiliza la infraestructura de mensajería centralizada de la red Swift para conectarse con los clientes.

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