La Asociación Española de Fintech e Insurtech (AEFI) y Pinsent Masons presentaron el primer Libro Blanco del Wealthtech, que realiza un profundo análisis sobre el sector en España. Así lo informaron desde AEFI a Cointelegraph en Español, el 19 de febrero, a través de un comunicado.

El libro blanco incluye una serie de propuestas de cambio con el objetivo de mejorar la regulación, construir puentes para acercar el sector a las autoridades de supervisión y buscar la protección del usuario de estas compañías, que ofrecen servicios financieros relacionados con el ahorro y la inversión a corto, medio y largo plazo, empleando tecnología y nuevos modelos de negocio.

Sebastián Albella, presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), estuvo en la presentación y dijo:

“El desarrollo del WealthTech permite que nuevos colectivos puedan disfrutar, gracias a la tecnología, de servicios hasta ahora reservados a los clientes con mayor capacidad económica”.

Además, destacó la apuesta del regulador con iniciativas como un portal Fintech e hizo una valoración positiva del proyecto de creación del sandbox que ayer aprobó el Gobierno. Por otro lado, comentó:

“En España hay talento en calidad y en cantidad suficiente para participar en el desarrollo del sector sin ningún tipo de complejo y la CNMV, como supervisora de los mercados, quiere contribuir a que nuestro país destaque en innovación WealthTech aplicando tres principios básicos: neutralidad tecnológica, proporcionalidad e integridad del mercado”.

Educación, democratización y ahorro

Según el comunicado de AEFI, El Libro Blanco del WealthTech apunta a la educación financiera, la democratización de los servicios financieros, el ahorro sostenible, el uso de tecnologías disruptivas y la digitalización como los pilares básicos del sector.

Rodrigo García de la Cruz, presidente de AEFI, expresó:

"Las startups WealthTech han llegado para acelerar la educación, mejorar la transparencia, hacer las finanzas más sostenibles, facilitar el acceso a productos y servicios de ahorro y el asesoramiento tanto para los clientes finales, como para las propias entidades financieras”.

Por otra parte, Asier Uribeechebarría, vocal de la vertical de WealthTech de AEFI, dijo: 

“La democratización financiera proporciona soluciones de manera más rápida y efectiva además de asegurar unos costes más bajos; teniendo siempre en cuenta las necesidades de los clientes. Pero además el uso de la tecnología en el asesoramiento financiero da lugar a la adquisición y conocimiento de un mayor número de datos y, por lo tanto, incrementa el valor de la información proporcionada por los usuarios o clientes”.

Además, consideraron que la digitalización y el uso de tecnologías disruptivas como la Inteligencia Artificial y el Blockchain, que permite la eliminación de intermediarios y la interacción peer to peer, que podría derivar en una simplificación de procesos, así como en la descentralización de la gestión y la reducción de costes, se configuran como otros pilares para el WealthTech.

Idoya Arteagabeitia, socia de Pinsent Masons, manifestó:

“La cooperación entre entidades tradicionales y las FinTech permitirán implementar nuevos modelos de negocios, ajustados a las necesidades del mercado, que desarrollarán unos servicios financieros más accesibles y personalizados que se ajusten al perfil de cada cliente”.

La regulación como punto clave

El Libro Blanco de WealthTech apunta a la regulación como uno de los aspectos fundamentales para el desarrollo de las nuevas plataformas de inversión y asesoramiento. La Comisión Europea y la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés) publicaron en el año 2018 sus planes de acción, fijando una hoja de ruta hasta mediados del año 2019. Por su parte, el Departamento del Tesoro de EE.UU., elaboró recientemente un informe sobre financiación no bancaria, FinTech e innovación a modo de introducción a la regulación y armonización de la tecnología financiera.

Según AEFI, en España los principios en los que se basa la regulación sectorial del mercado de valores son neutrales a la tecnología que empleen los diferentes agentes involucrados: entidades, mercados o inversores. "Lo importante es si la actividad que realiza la empresa FinTech se considera dentro del ámbito de los servicios de inversión o está sujeta a alguna otra reserva de actividad como, por ejemplo, la actividad de las plataformas de financiación participativa. En estos casos, independientemente de la tecnología que se utilice, la empresa en cuestión necesitará la correspondiente autorización y registro, además de estar sujeta posteriormente a supervisión para operar en el mercado español", detallaron en el comunicado.

"En función del modelo de negocio que desarrollen, y en el supuesto de que ese modelo de negocio coincida con el propio de una actividad regulada, las entidades WealthTech deben contar con autorización y licencia previa para iniciar su actividad y poder prestar sus servicios", añadieron.

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