Mucho se habla de la rentabilidad de un minero y más en estos tiempos post halving cuando los ingresos merman por la reducción del suministro -o recompensa- y de los precios ‘bajos’, siendo éste último subjetivo.

Sin embargo, la actividad a pesar de que muchos consideran muy compleja, es bastante sencilla de cuantificar, en lo que a rentabilidad se refiere. La minería de Bitcoin o criptomonedas en general, depende básicamente de tres factores que influyen en la ecuación para determinar si es posible o no ejecutar la actividad: el costo energético de tener los equipos funcionando, el hardware a utilizar y el software para funcionar.

Recuerde que la ‘minería’ de criptomonedas bajo protocolos Proof of Work «PoW» o derivaciones, requiere de un poder cómputo para poder ‘extraer’ bloques y obtener una recompensa por ello.

Lo anterior básicamente consiste en dejar encendido un equipo las 24 horas del día, los 7 días de la semana para que a través de un programa informático específico realice automáticamente su tarea de ‘extraer’ bloques en una Blockchain en particular, léase Bitcoin, Ethereum, etc.

Por ello, el establecimiento de los ‘mineros’ en un país u otro, dependerá básicamente del costo energético que suponga mantener los equipos encendidos todo el día, y por supuesto del mantenimiento de temperatura óptima de trabajo para evitar daños en los mismos. 

Los otros dos factores antes mencionados, son sujetos las capacidades de cada quien, ya que uno es gratis y el otro depende de la disponibilidad de fondos para invertir.

Y precisamente en base a esta combinación de temperatura-costo energético, es que recientemente Norse Corp ha señalado los mejores países para la minería de criptomonedas en todo el planeta, y en este post le daremos un vistazo a ello.

1.- Canadá

El país de américa del norte declaró recientemente que los mineros de Bitcoin eran ‘esenciales’ para la lucha contra el COVID-19, lo cual emite una gran señal de apoyo a estos actores importantísimos del ecosistema Blockchain.

Canadá posee una de las mejores condiciones del planeta para desempeñar la actividad minera de criptomonedas en general: bajas temperaturas, energía barata gracias a la abundante energía hidroeléctrica que posee el país y regulaciones escasas en contra de los mineros.

Según el reporte de GlobalPetrolPrices sobre el costo de la electricidad en determinados países, Canadá es el sexto país mejor rankeado y el primero de las naciones más desarrolladas con un costo energético bajo, unos 0.086 centavos de dólar por kilovatio hora para la tarifa comercial.

Con este conjunto de factores positivos y aunado a que posee abundante espacio para el establecimiento de granjas, además de ser un país altamente desarrollado, no cabe duda que es el mejor lugar para establecer operaciones a pequeña y gran escala.

Canadá posee además la granja de minería de Bitcoin más popular entre los mineros, la empresa canadiense DMG, un establecimiento que cuenta con más de 10,000 mineros -todos de Bitmain-.

En enero de este año, DMG anunció que instaló 1,000 nuevas máquinas mineras de Bitcoin en sus instalaciones, con un consumo total de energía de aproximadamente 1,5 megavatios.

Las opciones favorables para el desarrollo de la actividad han permitido al país posicionarse como uno de los favoritos por los grandes mineros, el cual posee además tres granjas de minería entre las primeras 20 del mundo.

2.- Islandia

Este hermoso país lleno de excelentes paisajes naturales ha sabido aprovechar muy bien su excedente energía geotérmica e hidroeléctrica para el bien de la minería de Bitcoin y otras criptomonedas.

Además de su barata y abundante energía, las regulaciones no son un problema para los mineros, las cuales son bastante escasas y permiten un ambiente legalmente amigable para ejecutar la actividad.

Si a lo anterior le sumamos sus excelentes temperaturas para el funcionamiento de equipos informáticos que permite dispersar el calor eficazmente sin inversiones costosas para su enfriamiento, Islandia se convierte en el segundo mejor destino para la minería de criptomonedas en general.

Ya en el 2018 el país era el nicho de grandes empresas del sector como Genesis Mining, la cual cuenta con más de 10,000 equipos ASIC minando continuamente día y noche, gracias a las heladas temperaturas que favorecen un excelente intercambio de calor que no requiere de inversiones adicionales muy altas para mantener la temperatura óptima de funcionamiento de estos equipos.

La actividad minera de Islandia si bien ha decaído un poco debido a los precios ‘bajos’ de Bitcoin y el mercado en general, creó nuevas oportunidades para utilizar las infraestructuras construidas durante la fiebre de la minería de BTC para ayudar al país a orientarse hacia el negocio de las cadenas de bloques.

3.- Georgia

Es uno de los principales países amigables con las criptomonedas. Su actitud a favor de la minería llega al punto de ser usado como mecanismo de financiamiento para un partido político dentro del pequeño país europeo.

No hay cargas impositivas por la minería de criptomonedas y bajas regulaciones gubernamentales al respecto, además de poseer energía hidroeléctrica y gas natural en abundancia para alimentar cualquier actividad de este tipo.

En el 2018 el país llegó a ser el segundo epicentro de minería del mundo, con la mayor cantidad de mineros de criptomonedas y el tercer productor mundial de este sector, especialmente de Bitcoin.

Bitfury tiene dos centros mineros ubicados en Gori y Tbilisi, y según datos del 2017, aproximadamente el 15 por ciento de la minería de Bitcoin se llevó cabo en Georgia.

El interés en el país de los inversionistas extranjeros por la producción de criptomonedas proviene de los bajos impuestos para compañías que han recibido el estatus de entidad virtual, las bajas tarifas de electricidad de origen hidroenergético y los subsidios gubernamentales.

4.-China

Con abundante recursos hidroeléctricos y una energía extremadamente económica, China desde sus inicios ha adoptado muy bien la minería de Bitcoin y de las criptomonedas en general.

A principios del 2020, la nación asiática se hizo con el hashrate de la criptomoneda líder, en un 65 por ciento del total, según un estudio realizado por el Centro de Finanzas Alternativas de la Universidad de Cambridge.

Con tres grandes piscinas de minería BTC dominando casi el 40 por ciento del hashrate de toda la red Bitcoin, China ha sido uno de los países contradictoriamente más proclives a la minería de Bitcoin.

Con zonas económicas especiales que no apuntan en contra de la actividad, un alto desarrollo económico y tecnológico, además de poseer las principales empresas productoras de equipos integrados para la minería, China tiene un alto conjunto de factores que lo han hecho desde sus inicios proclive a la minería de Bitcoin principalmente.

Además el gigante asiático tiene una buena tarifa energética, con apenas USD 0.095 por kilovatio hora, el precio de la electricidad a nivel comercial.

Sin embargo, su actividad ha intentado ser ofuscada en numerosas oportunidades, con algunos mensajes turbios de parte del gobierno hacia las criptomonedas, pero amigables con la tecnología Blockchain que han puesto en duda hasta qué punto se puede invertir en el país para esta actividad.

A pesar de lo anterior, China sigue siendo hoy por hoy, el centro minero más grande del mundo de Bitcoin y de muchas otras criptomonedas principales del mercado.

5.- Rusia

Mucho se dice de la ‘trama rusa’ alrededor de las criptomonedas y sus intenciones en beneficio de las mismas. Lo cierto es que con sus bajas tarifas energéticas y un gran parque industrial abandonado de la extinta U.R.S.S., el país ha sabido aprovechar ambas cualidades para generar incentivo suficiente para el parque minero en su territorio.

En ese sentido, Siberia destaca como el lugar predilecto para las empresas que buscan establecer operaciones en el país con una minería de doble propósito que busca la relación mutuo beneficio similar a lo que ocurre en Islandia.

En noviembre del 2017, la Asociación Rusa de Criptomonedas y Blockchain recibió 40 solicitudes de compañías y particulares para ejecutar operaciones en la zona, al mismo tiempo que los legisladores buscaban regular la actividad legalmente en la región.

Hace seis meses, la Corporación de Energía Atómica del Estado de Rosatom informó de la apertura de una granja minera cerca de una central nuclear, con una inversión estimada en unos USD 4.8 millones de dólares para la instalación de 30 megavatios.

El caso se une a la fiebre observada en Rusia por los mineros ávidos de energía eléctrica para sus operaciones, que han visto en las antiguas propiedades soviéticas un salvavidas para sus actividades. 

Por ahora la industria espera fortalecerse en el país, con la entrada en vigencia hace cinco días de la nueva Ley de Criptomonedas que entró en vigor en el territorio ruso, la cual esperan detengan los desmantelamientos de granjas mineras de Bitcoin catalogadas de ilegales por la policía rusa.

El Caso Venezuela

La nación sudamericana ha recorrido mucho desde su minería clandestina del 2012 hasta nuestros días. Con grandes recursos energéticos en abundancia en el pasado, muchos venezolanos usaron la minería de Bitcoin y otras criptomonedas como medio de subsistencia en un país donde la energía eléctrica es, en la práctica ‘regalada’.

Para colocar en contexto con números lo antes mencionado, Venezuela tenía una tarifa promedio en el 2018 del precio de la electricidad, de 0.033 ¢/Kwh, 191 veces más bajo que Paraguay, el segundo más económico de la región de América Latina, según la infografía presentada a continuación por Nelson Hernandez con datos de Orsinergmin.

En vista de lo rentable que puede ser la actividad en el país, el gobierno ha decidido establecer sus propias granjas de minería ‘secretas’ en sedes de organismos oficiales, según las declaraciones emitidas por un ex- alto funcionario del gobierno venezolano.

Sin embargo, a diferencia de las opiniones generalizadas en torno al problema de suministro eléctrico y de acceso a Internet que tiene Venezuela, el gran problema para el establecimiento de inversiones a gran escala para la minería en el país, reside fundamentalmente en el tipo de gobierno establecido.

Con una falta de claridad sobre el accionar hacia las inversiones privadas por parte del modelo de gobierno estatista establecido hace dos décadas y una política amigable en el papel hacia la minería de parte del gobierno, pero en la práctica totalmente contradictoria, amén de un historial negativo desde el 2003 de expropiaciones y desalojos de la propiedad privada, el país ve perder una excelente oportunidad para tener una industria altamente competitiva puertas adentro.

Quizás es el factor más limitante para su expansión a gran escala. Tal como ha sucedido en innumerables oportunidades, desde el 2016 se han conocido los casos de persecución y extorsión que han tenido los mineros en Venezuela por dedicarse a la actividad bajo artilugios legales, algo reconocido en enero del 2018 por el entonces Superintendente de Criptoactivos del país, Carlos Vargas, en un programa de televisión.

Bajo unas condiciones políticas distintas, el país podría ser un gran referente para la minería a gran escala, dado la capacidad de generación de energías alternativas que pueden alimentar dicha actividad, que van desde la solar hasta la alimentación por generadores a gas natural.

Si bien su acceso a Internet es limitado, existen opciones satelitales que siguen siendo muy económicas en la nación en comparación con otras latitudes, además de poder solventar los problemas de temperatura que pueden presentarse en algunas zonas por un costo mínimo de inversión que es compensado con el costo energético casi nulo y una mano de obra calificada excepcionalmente barata.

Sin embargo, a pesar de todo el panorama negativo alrededor del país sudamericano, no cabe duda que Venezuela es otro país que podría ser una gran opción para los mineros de Bitcoin, aún cuando las noticias negativas de incautación de equipos no paran de surgir. Después de todo, quizás su alta rentabilidad lo hace bastante atractivo para asumir el riesgo.

Lo anterior parece estar muy claro para muchos mineros de bajo perfil dentro del país, los cuales distribuyen sus máquinas en varios centros de datos a lo largo de la geografía para evitar por un lado, la extorsión, y por otro lado, la censura a la cual son objeto muchas veces las zonas comerciales y residenciales con el internet del proveedor gubernamental, responsable del 90 por ciento del país -algo que con una vpn es perfectamente eludible-.

Los puntos de vista y opiniones expresados aquí son únicamente los del autor y no reflejan necesariamente los puntos de vista de Cointelegraph. Cada inversión y movimiento comercial implica riesgos, debes realizar tu propia investigación al tomar una decisión.

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