He aquí el detalle con las noticias. La verdadera causa de una caída es la sobrevaloración. Es decir, la sobrecompra. Se crea una burbuja. Pero es mayormente FOMO. A veces el precio de Bitcoin crece de la noche a la mañana y todos nos alegramos. Pero, ¿qué tan serio y comprometido es ese nuevo capital entrante? En los periodos de alta codicia, hasta el portero quiere invertir en criptomonedas. Sin embargo, ante el más mínimo revés, recuerda que necesita ese dinero para pagar la renta del mes que viene.

Los tutis manipuladores de Elon Musk y las nuevas arremetidas en China no causaron el colapso per se. En realidad, fueron las últimas gotas de un vaso ya bastante lleno. Gritaron: ¡Fuego!, dentro un salón atiborrado de gente. El pánico se genera cuando las condiciones están dadas. Las mismas noticias en otras circunstancias no habrían tenido el mismo efecto. He ahí el detalle. Bitcoin es más peligroso mientras más sube de precio. Me refiero obviamente a su volatilidad. 

¿Crisis u oportunidad? Mientras unos lloran, otros compran. Pero, ¿acaso se terminó el ciclo alcista? Es posible, pero poco probable. Una corrección del 50% desde el máximo no solo era necesario. Es saludable. Todavía quedan muchos meses para fin de año. La corrección afortunadamente se dio temprano. Lo que nos podría estar indicando que la fiesta aún no ha terminado. En fin, preparemos para lo peor, esperemos lo mejor y aceptemos lo que venga. 

Ahora bien, hablemos de las criptonoticias más importantes de la semana. 

El interés abierto en futuros de Cardano (ADA) se acerca a los 1,000 millones de dólares, ¿se avecina otra caída del precio? 

La caída fue total durante esta semana. Y la cosa va más allá de lo que ocurrió o no en el mercado de futuros. La caída de Bitcoin impulsó la caída de todas las altcoins. Así de sencillo. Todas las plataformas inteligentes se derrumbaron. Ethereum, Cardano, etc. Lo que ocurre es que las altcoins suelen crecer en períodos de optimismo. Aunque parezca increíble, Bitcoin es el activo “conservador” de este espacio. Y las altcoins son los activos “riesgosos”. Entonces, en tiempos de alta especulación, los inversores se olvidan un poco de Bitcoin en busca de retornos más ambiciosos en el mundo de las altcoins. Sin embargo, en tiempos de pánico, las altcoins caen más duro. 

El problema está en la retórica oficial de Bitcoin que, por razones ideológicas, ignora por completo los conceptos de riesgo y volatilidad. Se insiste en la idea de presentar a Bitcoin como un “oro digital” estable, seguro y protector para vender la utopía libertaria. Hablo de la doctrina del “refugio seguro”. Ahora bien, ¿Qué “refugio seguro” pierde 50% de su valor en menos de un mes? Señores y señoras, las criptomonedas son activos de alto riesgo. Altamente especulativos. Sumamente volátiles. No coman cuento. Aquí lo que hay es una gran inestabilidad. Los altos retornos tienen un costo: La volatilidad. 

Los datos muestran que las ballenas de Bitcoin compraron la caída y el precio de BTC podría alcanzar los 83,000 dólares

Por alguna extraña razón, en lo que se refiere a los activos financieros, a la gente le encanta comprar caro. Los nuevos inversores de Bitcoin siempre aparecen durante las alzas. Siempre quieren comprar después de un rally alcista, cuando el precio está por las nubes. Uno se cansa de explicar la ironía. Sin embargo, es como hablar con la pared. A la gente le gusta comprar lo más tarde posible. Le gusta comprar caro. Y le gusta escuchar las mentiras de los supuestos influencers. Pero, como con toda fe fanática, en el fondo, es una fe muy insegura. Entonces, en la eventualidad de una caída, estos “optimistas empedernidos” son los primeros en vender a pérdida. 

Por supuesto, la gran culpa siempre es de Bitcoin. Todavía me topo con personas que aún están molestas por comprar caro en diciembre del 2017 y vender barato en el 2018. Bitcoin no tiene la culpa de nada. El problema yace en el inversor ingenuo que compra con el corazón. Son las falsas expectativas. El error es la película que se forman en la cabeza. Compran en $60K. Y, en un par de meses, triplicarán su inversión. Listo. Sencillo. Ahora son unos genios de las finanzas. Las ballenas, por otro lado, operan de manera muy distinta. No es física cuántica. El truco es comprar barato y vender caro. Pero hay que tener paciencia. 

La caída del precio de Bitcoin desde los USD 64,000 se compara con la del Jueves Negro, pero los flujos de salida de Coinbase indican una acumulación

Bueno, no todas las caídas son iguales. Y resulta evidente que esta caída es diferente. A diferencia de la caída del 2018, y la de Jueves Negro, esta caída está emitiendo señales mucho más alcistas. De hecho, se parece bastante a la caída de mediados del 2017. Todo, al parecer, indica que esta caída se generó por el lado de los minoristas inexpertos. O sea, los nuevos. Pero las instituciones, las ballenas, y los más duchos siguen acumulando. Ahora, gracias al pánico, a mejores precios. 

¿Elon Musk tuitea que el precio de BTC ha tocado fondo? 5 cosas a tener en cuenta esta semana 

Elon Musk es un mal actor. El supuesto genio de todo lo que ha hecho es manipular y sabotear el mercado. Lo mejor que podemos hacer es ignorarlo por deshonesto. Sus tuits son ambiguos, contradictorios y cambiantes. Lo que lo convierten en un agente de inestabilidad debido a su gran carisma. El problema es que muchos le creen. Están enamorados del sujeto. Muchos piensan que es un genio y todo lo saben. Entonces, por estar bailando a su ritmo, se genera caos. Un caos temporal, por supuesto. Pero caos, al fin y al cabo. 

Un indicador del precio de Bitcoin muestra que “comprar la caída” en el mínimo de USD 42,000 es una oportunidad excepcional

Lo mejor que puede hacer un inversor es comprar en tiempos de pánico. He ahí la importancia de acumular fiat durante las alzas para poder responder durante las caídas. Mucha gente vendió a pérdida por caer víctimas del miedo. Mal por ellos. Buenísimo por los demás. En el mundo de las inversiones, no hay nada más lucrativo que comprarle a los pesimistas y venderle a los optimistas. Los mercados son así: “Nacen en el pesimismo, crecen en el escepticismo, maduran en el optimismo y mueren con la euforia”.