“Hasta la luna”, suelen decir los entusiastas del Bitcoin para referirse a su cotización. Y aunque el precio esté lejos de alcanzar al satélite de la Tierra, este martes el Bitcoin rompió la barrera de los $781 para superar el valor máximo de este año que se había registrado en junio de 2013. Con una cotización de 741,34 euros por Bitcoin, la moneda digital además volvió a los mismos niveles de febrero de 2014.
Pese a un año tumultuoso para la criptomoneda, que incluyó el robo a una de las casas de cambio que maneja uno de los volúmenes más grandes de transacciones, Bitfinex, y el estancado debate en torno a la escalabilidad, Bitcoin cerrará el año de forma positivo. En lo que va del año el precio acumula un incremento del 80%, pasando de valer 404 euros en enero a 740 al momento de escribir esta nota.
El rally alcista de Bitcoin obedece a un conjunto de factores económicos y políticos, dijo Charles Hayter, CEO de CryptoCompare.com a la publicación financiera Finance Magnates. “Desde la confusión que siembra Donald Trump con su política exterior, la continua devaluación del Yuan chino, y la avanzada de India y España sobre el dinero en efectivo”.
“Junto con esto, también se esta viendo que Bitcoin está siendo aceptado a regañadientes por sus detractores y una luz al final del túnel respecto del aumento de la capacidad de transacciones con SegWit y un hardfork para el próximo año”, agrega Hayter.
Pero según un informe del banco danés Saxo Bank, Bitcoin está para más. La semana pasada el banco publicó informe en el que pronostica un aumento del 165% en el valor del Bitcoin para 2017 y alcanzar los 1880 euros ($2000). ¿La causa? Un eventual “despilfarro de fondos estatales” por parte del presidente electo de Estados Unidos Donald Trump.
Las políticas de Trump, dice el informe, podrían acelerar la inflación en el país y llevar a la Reserva Federal a aumentar más rápido la tasa de interés. El fortalecimiento del dólar podría llevar a los mercados emergentes a explorar otras alternativas.
“Esto crea un efecto dominó en las economías emergentes y en China en particular, llevando a la gente a buscar formas alternativas de divisas y sistemas de pago que no estén atadas a bancos central que ya han agotado sus políticas monetarias, a gobiernos corruptos que están aplican represión financiera, ni a sistemas de transacciones que hace largo rato esperan una revolución”, escribió Steen Jakobsen, economista en jefe del Saxo Bank.