Con la reunión de la Reserva Federal (Fed) a la vuelta de la esquina (30 y 31 de julio), los inversores se encuentran en una situación de alta expectativa, sopesando los diversos escenarios posibles y preparándose para cualquier resultado.
Las decisiones de la Fed se toman durante las reuniones del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC). Aunque nadie sabe con certeza cuál será el resultado final hasta el anuncio oficial, el mercado inevitablemente se crea expectativas. Estas expectativas podrían incrementar la volatilidad en los mercados y, por ende, afectar el sentimiento de los inversores.
En primer lugar, los participantes del mercado analizan los mismos datos económicos que la Fed, como los índices de inflación, producción y empleo. Además, semanas antes de la reunión, los miembros del FOMC suelen ofrecer declaraciones públicas que brindan pistas sobre sus posturas y preferencias en materia de política monetaria.
Es durante estas reuniones donde los miembros oficializan sus posiciones y votan sobre las medidas a implementar. Sin embargo, es precisamente en el momento del anuncio cuando se conoce la decisión final y se comunica al público en general.
Expectativa: Sin cambios.
Se espera que se mantenga la tasa actual, pero que Powell dé señales sobre si habrá recortes en septiembre.
La Reserva Federal (Fed) se encuentra en una encrucijada crítica, enfrentando la tarea de equilibrar la estabilidad económica con la necesidad de mantener la inflación bajo control. A pesar de la disminución de la inflación en el segundo trimestre y un mercado laboral que muestra signos de debilitamiento, la Fed parece inclinada a mantener su tasa de interés en el nivel más alto en 23 años durante la próxima reunión de política monetaria.
Esta postura cautelosa refleja la complejidad de las condiciones económicas actuales y la importancia de tomar decisiones informadas que no solo respondan a las presiones inmediatas, sino que también consideren las implicaciones a largo plazo.
El mercado financiero, por su parte, está anticipando una posible reducción de las tasas de interés en septiembre, manteniendo una mirada atenta a cualquier indicio que la Fed pueda ofrecer sobre el calendario de estos recortes. La presión para reducir las tasas proviene de varios sectores, con algunos economistas argumentando que ahora es el momento adecuado para tal acción.
Sin embargo, la mayoría de los participantes del mercado parecen creer que aún es prematuro, sugiriendo que la Fed podría esperar al menos una reunión más para confirmar que la inflación no experimentará un repunte inesperado.
El dilema de la Fed es mantener un delicado equilibrio: por un lado, tasas altas sostenidas podrían perjudicar el mercado laboral y socavar la confianza de consumidores y empresas; por otro lado, una reducción prematura de las tasas podría reavivar la inflación.
Y, en efecto, la reunión de julio podría servir como una plataforma para la Fed para señalar su intención de reducir las tasas en septiembre, aunque sin comprometerse oficialmente a tal curso de acción.
Ahora, si la Fed decide (como se espera) mantener las tasas sin cambios en julio, la reunión de septiembre podría convertirse en un punto de inflexión en su estrategia para combatir la inflación, posiblemente marcando el inicio de un ciclo de reducción de tasas. Aunque la inflación ha disminuido desde su pico, todavía se encuentra por encima del objetivo de la Fed, y el mercado laboral, aunque no tan robusto como antes, sigue mostrando fortaleza.
El presidente de la Fed, Jerome Powell, ha manifestado su preocupación tanto por la inflación como por el empleo, lo que sugiere una posible inclinación hacia políticas que apoyen el crecimiento económico sin descuidar el objetivo de estabilidad de precios.
La decisión de la Fed será crucial, ya que no solo afectará las expectativas del mercado sino que también tendrá un impacto significativo en la economía global. Los analistas y participantes del mercado estarán observando de cerca, ya que las señales proporcionadas por la Fed podrían determinar la dirección de las políticas monetarias y económicas en los próximos meses.
La Fed y Bitcoin
La relación entre las tasas de interés y Bitcoin es, en efecto, más estrecha de lo que comúnmente se percibe. Los activos de riesgo, como Bitcoin, tienden a ser sensibles a las políticas monetarias debido a su influencia en la liquidez del mercado y la disposición al riesgo de los inversores.
Un entorno de tasas de interés bajas puede conducir a una mayor disposición a invertir en activos de mayor riesgo, buscando rendimientos más altos, lo que potencialmente aumenta la demanda y el precio de activos como Bitcoin.
Por otro lado, un aumento en las tasas de interés suele fortalecer la moneda fiduciaria, haciendo que los activos de riesgo sean menos atractivos y posiblemente conduciendo a una disminución en su valor.
Los recortes en las tasas de interés pueden generar un sentimiento alcista en el mercado, ya que los inversores anticipan un crecimiento económico estimulado por el crédito más accesible y barato. Esto puede resultar en un aumento en la valoración de activos como Bitcoin.
Es importante notar que Bitcoin ha mostrado una cierta independencia de las tasas de interés, en ciertas ocasiones, sugiriendo que otros factores internos como la adopción institucional, la regulación y la innovación tecnológica también juegan un papel importante en su valoración. Sin embargo, el poder de la Fed es innegable.
Conclusión
La Reserva Federal (Fed) debe equilibrar cuidadosamente la lucha contra la inflación con el riesgo de causar una recesión. Las expectativas de los inversores apuntan a un posible recorte de tasas en septiembre, lo cual podría ser insinuado en la próxima reunión de la Fed.
La Fed podría señalar la posibilidad de una baja en las tasas para septiembre, aunque aún no es seguro y depende de la evolución de la inflación hacia el objetivo del 2%.
La incertidumbre política y los riesgos de menor crecimiento también son factores que la Fed debe considerar en su toma de decisiones. Si la Fed decide no recortar las tasas en las próximas reuniones, los mercados podrían experimentar volatilidad debido a la desilusión de los inversores.
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