Warren Buffett ya envió su carta anual a los accionistas. El anticipado documento ha sido publicado este pasado sábado. Y ahora podemos reflexionar al respecto. A pesar de las pérdidas, el legendario inversor se mantiene optimista mientras reconoce la importancia de la paciencia. Entre otras cosas, la carta cubre temas como la recompra de acciones (los buybacks), impuestos, contabilidad corporativa y su optimismo a largo plazo sobre la economía estadounidense.

Buffett tildó de “analfabetas económicas o unos demagogos” a los críticos de los buybacks. El uso de estos calificativos de alto impacto podría parecer un poco excesivo. Sin embargo, Buffett, en este caso, no deja de tener mucha razón. Los buybacks son una manera de premiar a los inversores por su inversión. Debemos recordar que las empresas venden sus acciones en busca de financiamiento. Y los inversores compran acciones en busca de lucro. La recompra de acciones (el buyback) beneficia a los accionistas. Después de todo, se trata de un negocio.  

En la opinión de Buffett y en la mía propia, las empresas deben conservar la libertad de repartir sus ganancias de la manera que ellos consideren más apropiada. Pueden invertir en el negocio. Pueden realizar adquisiciones. Pueden repartir dividendos. Pueden establecer un programa de buybacks. Y pueden implementar todas las anteriores al mismo tiempo. 

Esta flexibilidad beneficia al mundo corporativo. Porque ofrece opciones. Hay empresas, por ejemplo, que escogen no repartir dividendos. Sin embargo, pueden sentir (en caso de que las acciones estén a buen precio) la necesidad de utilizar el exceso de efectivo en recompras. Las recompras reducen el número de acciones. Por ende, cada acción gana valor. La acción es la misma. Pero la participación accionaria se incrementa porcentualmente. Por otro lado, el precio de la acción normalmente aumenta debido a la demanda. En fin, hay razones por las que los buybacks son tan populares entre accionistas y las corporaciones.

Ahora bien, en este debate, también hay un contraargumento. Muchos consideran injusto que las inyecciones de liquidez realizadas por la Reserva Federal de los Estados Unidos y hechas con el principal propósito de estimular la economía toda terminen beneficiando de un modo tan desproporcionado a personas como Warren Buffett. Es decir, la Reserva baja los costos de crédito y compra deuda (pública y privada) con la intención de estimular la economía para el beneficio de todos. Sin embargo, de algún modo, los grandes beneficiados resultan siendo los grandes propietarios.

¿Cómo funciona? La Reserva inyecta liquidez para subir la demanda. Lo que, en el fondo, se quiere es que el dinero se invierta en actividades productivas. De esta forma, la intención es aumentar el empleo y, al mismo tiempo, bajar el precio de los bienes y servicios. Sin embargo, las corporaciones no siempre utilizan este dinero para invertir en la economía. En muchos casos, se utiliza el dinero para comprar instrumentos financieros (como acciones de la misma compañía: buybacks). El precio de la acción sube. Los dueños aumentan su riqueza. Pero no hubo inversión real. No aumentó el empleo. Y no hubo mayor producción.

En lo personal, no estoy en contra de los buybacks. Sin embargo, hay algo bastante incómodo con la idea de que el dinero público inyectado para beneficiar a toda la sociedad, en realidad, beneficie principalmente al %1. ¿Cuál es la solución? La izquierda insiste en que la solución es la prohibición y los impuestos. De hecho, la Ley de Reducción de la Inflación podría reducir la actividad de recompra de acciones corporativas mediante el uso de impuestos. Eso puede llevar a las empresas a preferir los dividendos a las recompras. Por eso, muchos interpretan esto de “analfabetas económicas o unos demagogos” por parte de Buffett como un ataque a Biden. Pienso que sí es un ataque. Pero es un ataque dirigido mayormente a la izquierda radical. Aquí, el resentimiento y la envidia es el enemigo.

La solución a esta desigualdad, en mi opinión, no yace en eliminar y desalentar los buybacks. Yo me inclino más a pensar que la solución podría encontrarse en una mejor coordinación entre la política fiscal y la política monetaria. Con una política fiscal más justa, responsable, eficiente, coherente y estratégica, la política monetaria no tendría que cargar con tanta responsabilidad. El problema es que el presupuesto es aprobado por un ente esencialmente político. Entonces, no es fácil obtener verdadera efectividad.

En relación a la carta de Buffett, la prensa se enfocó mayormente en el tema de los buybacks. En consecuencia, en este artículo, escogimos los buybacks como lo principal. Pero, en la carta, se tocaron otros temas. Los impuestos, por ejemplo. Warren Buffett, un demócrata, ha expresado en numerosas ocasiones sus deseos de pagar su cuota justa de impuestos. Al parecer, Buffett siente que los “ricos” no están pagando lo suficiente. En la práctica, (se insinúa) están tomando más de lo que aportan. Por supuesto que este tema es sumamente complejo. Y muchas reformas son necesarias. Sin embargo, la reforma debe realizarse desde la justicia y el bien común, no desde el resentimiento y la envidia.

Buffett también criticó la contabilidad engañosa en el mundo corporativo. Se refirió a la práctica demasiado común entre muchas corporaciones de manipular la contabilidad para representar una realidad maquillada. Lamentablemente, esto se ha convertido en el pan nuestro de todos los días. La realidad se fricciona a conveniencia.

Warren Buffett, a pesar de todo y pese a las pérdidas del año pasado, mantiene su optimismo en los Estados Unidos. O, dicho de otro modo, todo pasa. Y lo malo también pasa. Lo que, ciertamente, es verdad. La economía es cíclica. Hay ciclos bajistas. Y hay ciclos alcistas. Sin embargo, todavía podemos confiar que tendrás crecimiento en el largo plazo. O sea, el tiempo, tarde o temprano, favorece a los alcistas. Francamente, (todavía) no hay razones para pensar que los Estados Unidos no seguirá creciendo en el futuro. Claro que ahora tiene más competencia. Pero eso no quiere decir que el crecimiento llegará a su fin. En muchos sentidos, el optimismo de Buffett no es del todo insensato.

La trayectoria de Buffett nos recuerda la importancia del tiempo. En retrospectiva, uno podría decir que el tiempo ha sido su principal aliado. Básicamente, su éxito se basa en saber esperar. Todo pasa. Lo malo pasa. Y los ciclos bajistas también pasan. 

Aclaración: La información y/u opiniones emitidas en este artículo no representan necesariamente los puntos de vista o la línea editorial de Cointelegraph. La información aquí expuesta no debe ser tomada como consejo financiero o recomendación de inversión. Toda inversión y movimiento comercial implican riesgos y es responsabilidad de cada persona hacer su debida investigación antes de tomar una decisión de inversión.

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