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Gustavo GodoyGustavo Godoy

Por qué la volatilidad de Bitcoin es aceptable para las grandes empresas

¿Cómo la volatilidad de Bitcoin se alinea con la gestión de capital a largo plazo de las grandes empresas?

Por qué la volatilidad de Bitcoin es aceptable para las grandes empresas
Opinión

El panorama financiero corporativo está en constante evolución, obligando a las grandes empresas a reevaluar sus estrategias de tesorería y gestión de capital. Durante décadas, los activos tradicionales como los bonos, los instrumentos de renta fija y la recompra de acciones han dominado las carteras de inversión de las corporaciones con excedentes de capital. 

Sin embargo, en un entorno económico caracterizado por la incertidumbre monetaria y las presiones inflacionarias, una nueva clase de activo ha captado la atención de las corporaciones más progresistas: Bitcoin (BTC). A primera vista, la marcada fluctuación de su precio a corto plazo podría parecer un riesgo inasumible para la gestión prudente de los fondos corporativos. No obstante, un análisis más profundo revela por qué, para algunas empresas, esta volatilidad podría representar un costo aceptable para las empresas que adoptan una visión de largo plazo y buscan soluciones alternativas de inversión. 

Para entender la justificación de la inversión corporativa en Bitcoin, primero debemos examinar cómo las empresas manejan sus ingresos. Las corporaciones, una vez que cubren sus gastos operativos esenciales –como nóminas, alquileres y el servicio de sus deudas–, algunas de ellas, se encuentran con un excedente de capital. Este capital no se mantiene inactivo. Una parte se destina a la inversión en crecimiento, incluyendo fusiones, adquisiciones y desarrollo de nuevos productos. En muchos casos, otra porción significativa se utiliza en programas de recompra de acciones o se devuelve a los accionistas mediante el pago de dividendos.

Una vez atendidas estas prioridades y aún quedando capital disponible, la tesorería corporativa busca dónde colocar este dinero para que mantenga o incremente su valor. Tradicionalmente, se opta por activos de renta fija con alta liquidez y bajo riesgo. Sin embargo, en el actual clima de bajos tipos de interés reales, estos instrumentos a menudo ofrecen rendimientos que apenas superan, o incluso quedan por debajo, de la tasa de depreciación de la moneda fiduciaria debido a la inflación. En este contexto, el costo de oportunidad de no invertir en activos con mayor potencial de crecimiento se vuelve significativo.

Bitcoin entra en juego como una opción de alto potencial para el capital que la empresa no necesita en el corto plazo. La aceptación de su volatilidad se basa en una premisa fundamental: el dinero invertido en BTC es capital paciente. Estas empresas tienen la capacidad financiera para soportar las fluctuaciones de precios sin que afecte sus operaciones diarias. Para ellas, la volatilidad no es un defecto; es simplemente una característica inherente al mercado de un activo en una fase temprana de adopción masiva, cuya principal promesa radica en una tendencia alcista histórica y demostrada a largo plazo.

La diversificación es un pilar de la gestión de riesgos en cualquier cartera de inversión. La inclusión de un activo con una baja correlación respecto a los mercados tradicionales puede amortiguar el impacto de una caída generalizada en las acciones o los bonos. Bitcoin, como activo digital descentralizado, ofrece esta cualidad. No está sujeto a las políticas monetarias directas de un único banco central ni a los riesgos de contraparte asociados a las instituciones financieras tradicionales. Esta naturaleza no correlacionada lo convierte en una herramienta efectiva para reducir el riesgo sistémico de la cartera corporativa global.

Más allá de la diversificación, la principal motivación a largo plazo para las corporaciones es el potencial de crecimiento. El dinero en efectivo, incluso en grandes cantidades, se deprecia con el tiempo debido a la inflación. Al ser un activo con una oferta programáticamente limitada –una característica clave de su diseño– y con una demanda corporativa e institucional en constante aumento, Bitcoin se posiciona como inversión a largo plazo prometedora en el análisis de muchas empresas. 

Para estas corporaciones, la variación de precio de BTC en un día, una semana o incluso un trimestre es secundaria a su capacidad de mantener y aumentar su valor durante periodos de cinco, diez o más años. La volatilidad, vista desde esta perspectiva de largo aliento, es el precio que se paga por acceder a un activo con un potencial de apreciación que no se encuentra en las opciones tradicionales.

La decisión de incluir Bitcoin en la tesorería corporativa es un reflejo de una visión audaz sobre el futuro financiero. Las empresas que se sienten atraídas por BTC suelen tener la fortaleza de balance y el exceso de liquidez que les permite adoptar este activo. Esta estrategia es adecuada para aquellas corporaciones cuya filosofía de inversión les permite esperar a que el potencial completo del activo se materialice. No es un movimiento para todas las empresas, sino para aquellas cuyo perfil de riesgo y horizonte temporal se alinea con las características únicas de Bitcoin.

Al final, la volatilidad de Bitcoin es aceptable porque se evalúa en el contexto de una estrategia de gestión de capital sofisticada y paciente. Es un costo operacional asumido para obtener beneficios estratégicos clave: diversificación y potencial de crecimiento a largo plazo. Para estas corporaciones, el mayor riesgo no es la volatilidad a corto plazo de Bitcoin, sino el riesgo de la inacción –permanecer exclusivamente en activos de bajo rendimiento que garantizan la erosión de su poder adquisitivo a largo plazo.

A pesar de la lógica empresarial que justifica la aceptación de la volatilidad de Bitcoin, es crucial reconocer un factor limitante para su adopción masiva: la naturaleza del ciclo de desarrollo de mercado. Si bien la tendencia de Bitcoin a largo plazo es innegablemente alcista, su capacidad para funcionar como una moneda transaccional cotidiana o para servir como una garantía para préstamos a corto plazo, todavía está en sus primeras etapas. La gran fluctuación en su precio no solo implica riesgo para el inversor, sino que también crea problemas logísticos y contables para una corporación que necesite utilizar sus tenencias de BTC para cubrir obligaciones de flujo de caja inmediatas.

Si una empresa tuviera que liquidar una parte significativa de sus tenencias de Bitcoin en un momento de mercado a la baja inesperada, la volatilidad que acepta por motivos de preservación de valor a largo plazo podría comprometer directamente sus objetivos de liquidez a corto plazo. Por lo tanto, mientras que para el capital excedente y paciente Bitcoin es un activo estratégico, su integración total y generalizada como una herramienta de tesorería de primera línea para todas las necesidades financieras corporativas sigue limitada por la inmadurez relativa del mercado y la persistente variabilidad de su valoración. Esto significa que, hasta que su liquidez y estabilidad se desarrollen aún más, Bitcoin seguirá siendo una inversión de reserva antes que una herramienta operativa fundamental para la mayoría de las corporaciones.

Aclaración: La información y/u opiniones emitidas en este artículo no representan necesariamente los puntos de vista o la línea editorial de Cointelegraph. La información aquí expuesta no debe ser tomada como consejo financiero o recomendación de inversión. Toda inversión y movimiento comercial implican riesgos y es responsabilidad de cada persona hacer su debida investigación antes de tomar una decisión de inversión.