La escasez es un concepto fundamental en la economía. Se refiere a la limitación de los recursos disponibles para satisfacer las necesidades y deseos humanos. La escasez implica que hay que hacer elecciones y que existe un costo de oportunidad. La escasez también determina el valor de las cosas: cuanto más escaso es algo, más valioso se vuelve.
Pero, ¿qué pasa cuando hablamos de la escasez en el mundo digital? ¿Es posible que algo sea escaso en un ámbito donde todo se puede copiar, replicar y distribuir sin límites? ¿Qué sentido tiene hablar de escasez digital cuando la información es abundante y accesible?
La escasez artificial
En teoría, la información digital es infinita y no puede agotarse. Es diferente al mundo concreto que se caracteriza por la escasez. En el mundo digital, todo es reproducible. En el mundo real, todo es único y las copias son ilusorias.
La manera de crear escasez en el mundo digital es artificialmente. Por ejemplo, los números son infinitos. Sin embargo, es posible tomar un libro y escribir una lista de números finitos y diferenciarlos con una especie de certificado de autenticidad. Básicamente, ese es el principio de la escasez digital y así funciona la tecnología blockchain.
El blockchain es un sistema que permite crear y verificar registros digitales de forma descentralizada, segura y transparente. Cada registro, llamado bloque, contiene una serie de datos, como transacciones, contratos o identidades, que se enlazan con los bloques anteriores mediante una función criptográfica. Así se forma una cadena de bloques que es inmutable y verificable por todos los participantes de la red.
El blockchain permite crear escasez digital porque cada bloque tiene un límite de espacio y requiere un trabajo computacional para ser generado. Además, cada bloque tiene un identificador único, llamado hash, que lo distingue de los demás. De esta forma, se evita la duplicación y la falsificación de los datos.
El ejemplo más famoso de escasez digital creada por el blockchain es el de Bitcoin. Bitcoin es una moneda digital que se basa en el blockchain para funcionar como un medio de intercambio, una unidad de cuenta y una reserva de valor.
Bitcoin tiene una oferta limitada de 21 millones de unidades, que se van liberando gradualmente mediante un proceso llamado minería. La minería consiste en resolver problemas matemáticos complejos para generar nuevos bloques y obtener una recompensa en bitcoins. La dificultad de la minería se ajusta periódicamente para mantener la escasez y la estabilidad de la moneda.
La escasez relativa
Pero esta escasez artificial creada por el blockchain, ¿es comparable a la escasez de la realidad física? Una vida, por ejemplo, es única. Me refiero a un ser humano. Pero no es único en el mismo sentido que un NFT.
Pero, ¿qué hace que un NFT sea valioso? ¿Es solo la escasez artificial que le otorga el blockchain? ¿O hay otros factores que influyen en su valoración? La respuesta es que la escasez digital no es suficiente para determinar el valor de un activo digital. También se necesita la demanda.
La demanda es la cantidad de un bien o servicio que los consumidores están dispuestos a comprar a un determinado precio. La demanda depende de varios factores, como las preferencias, los ingresos, los precios de otros bienes y las expectativas. La demanda es lo que impulsa el mercado y lo que determina el precio de equilibrio.
La escasez digital, por sí sola, no genera demanda. La demanda se genera por la utilidad, el deseo o la necesidad que satisface el activo digital. Por ejemplo, Bitcoin tiene una demanda porque sirve como una alternativa al dinero fiat. Bitcoin ofrece una mayor libertad, seguridad y transparencia a sus usuarios. Bitcoin también tiene una demanda porque sirve como inversión debido al potencial financiero que ofrece.
Pero la demanda no es fija ni garantizada. La demanda puede variar según las condiciones del mercado, las tendencias, las modas y las expectativas. La demanda puede aumentar o disminuir según la oferta y la competencia. La demanda puede ser racional o irracional, basada en la evidencia o en la emoción.
La escasez digital no es una garantía de valor. La escasez digital es una condición necesaria, pero no suficiente, para que un activo digital tenga valor. El valor depende de la demanda, y la demanda depende de la utilidad. Claro, esta utilidad puede ser física, social o psicológica.
La escasez ilusoria
La escasez digital es ilusoria porque depende de la confianza y de la fe. Lo que es escaso por creencia puede ser abundante por duda. Lo que es escaso por reputación puede ser abundante por escándalo. Lo que es escaso por promesa puede ser abundante por incumplimiento. La escasez digital no es una realidad objetiva, sino una expectativa subjetiva.
La escasez digital es una paradoja. Es una contradicción entre lo que parece ser y lo que es. Es una tensión entre lo que se desea y lo que se tiene. Es una ilusión entre lo que se cree y lo que se sabe.
La escasez digital es un desafío. Es un reto para la economía, que debe adaptarse a un nuevo paradigma de valor. Es un reto para la sociedad, que debe asumir las consecuencias de una nueva forma de escasez. Es un reto para la humanidad, que debe cuestionar los fundamentos de su existencia. La escasez digital es una oportunidad. Es una oportunidad para la creatividad, que debe explorar nuevas formas de expresión y de valor. Es una oportunidad para la innovación, que debe desarrollar nuevas soluciones y aplicaciones. Es una oportunidad para la educación, que debe fomentar el pensamiento crítico y objetivo.
La escasez digital es una realidad. Es una realidad que nos afecta a todos, como usuarios, como productores y como ciudadanos. Es una realidad que nos plantea preguntas, como ¿qué es el valor?, ¿qué es la utilidad?, ¿qué es la escasez?
La escasez digital es una paradoja. Y como toda paradoja, nos invita a la reflexión y al debate. Nos invita a cuestionar nuestras creencias y nuestros supuestos. Nos invita a buscar respuestas y a generar conocimiento.
Aclaración: La información y/u opiniones emitidas en este artículo no representan necesariamente los puntos de vista o la línea editorial de Cointelegraph. La información aquí expuesta no debe ser tomada como consejo financiero o recomendación de inversión. Toda inversión y movimiento comercial implican riesgos y es responsabilidad de cada persona hacer su debida investigación antes de tomar una decisión de inversión.