¿Qué es IOTA?
El mundo de las criptomonedas se caracteriza por una volatilidad tan alta que día tras día ocurren cambios cada vez más innovadores y revolucionarios. Uno de estos cambios ha sido IOTA, un nuevo giro en la cadena de bloques que permite gestionar las transacciones en la economía digital del llamado Internet of things (“Internet de las cosas” en español).
Representado por las siglas IoT, la internet de las cosas hace referencia a que cualquier objeto puede ser conectado a Internet. De ahí el nombre de esta criptomoneda IOTA. Se estima que para 2020 habrá miles de millones de objetos conectados a la red.
IOTA data del año 2015, cuando un equipo detrás de la plataforma fundó una startup que quería desarrollar un microprocesador para este denominado Internet de las cosas.
Con la expansión de Internet, habrá cada vez más necesidad de compartir recursos por la gran red madre. Es allí donde IOTA pretende ser la columna vertebral que permita a las empresas explorar nuevos modelos de negocios B2B, al convertir cada recurso tecnológico en un servicio potencial para ser negociado en un mercado abierto en tiempo real y sin cargos.
La principal innovación detrás de IOTA es el Tangle. Se trata de un gran libro contable distribuido, distinto a Blockchain, que por primera vez permite transferir valor sin cargo alguno. Lo más destacable de esta nueva tecnología es que se puede escalar infinitamente, hacer transacciones mucho más rápidas y seguras que las actuales, y, lo mejor de todo, libre de comisiones. De esta forma, los dispositivos pueden intercambiar cantidades exactas de recursos bajo demanda, almacenar datos de sensores y registrar datos de forma segura y verificados en el libro mayor.
¿Pero de quién fue la idea de crear una tecnología más efectiva que Blockchain y libre de costos? Hagamos un breve repaso a continuación sobre el origen de IOTA.
¿De dónde nace IOTA?
IOTA fue creada en el año 2015 por David Sønstebø y sus compañeros Sergey Ivancheglo, Dominik Schiener y el Dr. Serguei Popov. Estos desarrolladores buscaban crear un nuevo tipo de microprocesador para permitir el funcionamiento de IOTA. Sin embargo, se dieron cuenta de que primero era necesario crear una red segura en la cual una economía entra máquinas fuese posible.
La primera novedad de esta red fue que IOTA no se podía minar. Por tal razón, Sønstebø y compañía realizaron una ICO (Initial Coin Offering, por sus siglas en inglés) para así recaudar fondos para su ambicioso proyecto. La recaudación fue todo un éxito. Muchos inversionistas apoyaron el proyecto por su revolucionario concepto y por la confianza que inspiró el hecho de que ninguno de sus creadores se quedaría con alguna de sus monedas.
De esta forma, los desarrolladores lograron que mientras ellos seguían realizando investigaciones y pruebas ya los usuarios de IOTA estaban apoderándose de la criptomoneda, lo que generaba una entidad que después se encargaría de promover este proyecto bajo la figura de la hoy llamada “Fundación IOTA”.
Finalmente, IOTA fue lanzada el 11 de julio de 2016 bajo la fundación que lleva su mismo nombre. Esta es una organización sin fines de lucro con sede en Alemania, que se convirtió en la primera en su estilo en ser financiada mediante criptomonedas desde esa nación europea.
Actualmente la Fundación IOTA tiene acuerdos con distintas Organizaciones No Gubernamentales (ONGs) y también tanto con entidades privadas como con gubernamentales con el fin de promover el desarrollo y la adopción del proyecto. Esta organización se financia con donaciones de gobiernos, empresas o particulares y con los tokens que dona la comunidad o quedaron sin ser reclamados en la oferta inicial.
Los objetivos de la Fundación IOTA son investigar y asegurar la capa del protocolo fundamental; desarrollar el software listo; educar y promover la tecnología, y estandarizar para asegurar la adopción del Internet de las cosas.
En su estructura interna hay una especie de “separación de poderes”, al estilo de los sistemas democráticos. Existe una Junta de Directores, que establece las prioridades a la hora de desarrollar el proyecto; la Junta de Supervisión, que se encarga de vigilar y seguir las tareas externas de la fundación, y un Consejo Asesor, para asesorar independientemente a los directores.
El equipo creador de IOTA organizó el lanzamiento del proyecto en tres etapas. Así como lo explicó en su momento su principal fundador, David Sønstebø:
“La primera etapa tiene que ver con el núcleo de IOTA. Es el lanzamiento de la red IOTA principal, con lo que se pone en marcha el protocolo y se vuelven posibles las transacciones, dado que la red Tangle está operativa. IOTA es un proyecto continuo y perpetuo. Nunca estará terminado. La idea es seguir haciéndolo crecer”.
Tras la primera semana de lanzamiento, el equipo de desarrolladores tuvo la tarea de afinar todos los detalles técnicos. Posteriormente, salió a los mercados de la casa de cambio. Para la segunda etapa fue planificada la ampliación de las utilidades de IOTA y la apertura de nuevos ámbitos de oportunidades para todas las partes involucradas.
La tercera y última etapa tiene que ver con el desarrollo del hardware que inspiró a IOTA. Aquí buscan retomar los fundamentos para la creación de aquel microprocesador sustentado sobre un sistema Blockchain. Con él se pretende incluir la capacidad de solucionar problemas en la propia red.
El Tangle, más allá de Blockchain
Ya comentamos que la clave del proyecto IOTA es el Tangle ledger (Libro mayor de Tangle), una tecnología que en vez de usar cadenas de bloques, como el resto de las criptomonedas, se basa en el algoritmo DAG (Direct Acyclic Graph). Este sistema también es descentralizado pero es más rápido, escalable y permite realizar muchas transacciones de forma simultánea.
Gracias al Tangle hoy tenemos la posibilidad de administrar cualquier cosa que esté conectada a Internet, desde un auto inteligente hasta una red de Wifi. Todo lo que posea un chip ahora podrá ser usado o alquilado por una persona en cualquier parte del mundo y en tiempo real. Asombroso, ¿no?
En el fondo, esta nueva tecnología quiere que la gente pueda ganar dinero de una forma segura al permitir que otras personas, de cualquier parte del mundo, accedan a la capacidad de sus dispositivos que están conectados a internet y que no es empleada a plenitud cuando realizan actividades como navegar en la web o revisar correos electrónicos. Es decir, podríamos beneficiarnos por alquilar o ceder el poder de nuestras máquinas mientras las usamos para tareas más sencillas.
Como Tangle es un libro mayor que no usa bloques, es totalmente escalable, liviano y rápido. Esto le permite realizar transacciones en simultáneo y sin ninguna tarifa. A diferencia de Blockchain, el consenso en Tangle es parte intrínseca del sistema: los usuarios tienen que aprobar algunas transacciones antes para poder realizar la suya libre de costo. Así tenemos con IOTA una red descentralizada, autorregulada y cuyo funcionamiento es de igual a igual.
Esta novedosa criptomoneda cuenta con el respaldo de inversores y empresas de primer nivel mundial como Microsoft, Fujitsu, Bosch, Cisco, Deutsche Bank Telekom, Orange o Samsung Artik.
Para algunos autores, IOTA va un paso más adelante de Bitcoin u otros sistemas que usan Blockchain. Incluso con esta criptomoneda se habla de una nueva revolución tecnológica. Pero, ¿cuáles son las diferencias más importantes entre IOTA y Bitcoin?. Veamoslas en detalle.
Diferencias entre IOTA y Bitcoin
Como ya dijimos, el mayor sello de distinción de IOTA es el Tangle, que potencia las posibilidades que actualmente ofrece la Blockchain de Bitcoin.
La Fundación IOTA expone en su página web oficial cómo su servicio puede solucionar los problemas actuales de la cadena de bloques.
“La tecnología Blockchain prometía una visión convincente: las redes descentralizadas permiten la innovación abierta y las transacciones de igual a igual sin intermediarios ni aranceles. En última instancia, nunca se construyeron para ejecutarlo en su totalidad, debido a fallas técnicas inherentes en su diseño. A medida que la adopción de blockchain se ha incrementado en la última década, los primeros usuarios se vieron afectados por los lentos tiempos de las transacciones y los aumentos de las tarifas. A medida que las recompensas financieras por validar las transacciones de blockchain se volvieron cada vez más competitivas, sus redes también se han centralizado cada vez más alrededor de unos pocos actores poderosos. Pero la necesidad de sistemas descentralizados y sin permisos se mantiene, y solo ha aumentado en los últimos años. Al resolver las ineficiencias de Blockchain, IOTA, basada en la revolucionaria tecnología de contabilidad distribuida, Tangle, es el eslabón perdido de Internet of Everything y la Web 3.0. Alimentar una capa de liquidación de transacciones segura, escalable y de gran alcance, IOTA permitirá a las máquinas y los seres humanos participar en nuevas economías florecientes sin permiso, la más importante es la Economía de la Máquina que estamos construyendo”.
Podemos resaltar en los siguientes puntos las diferencias entre IOTA y Bitcoin:
· En Blockchain (original de Bitcoin) existen bloques que se entrelazan de forma cronológica y lineal. Por lo tanto, cada nuevo bloque se vincula con el bloque inmediatamente anterior y posterior. En Tangle (tecnología propia de IOTA) no existen bloques. Las operaciones se entrelazan y validan entre sí, construyendo una relación topológica y no cronológica.
· La validación de las transacciones en IOTA se puede hacer con cualquier smartphone u ordenador. No se necesitan enormes granjas de minado o tarjetas gráficas de alta gama para estas tareas. Así se desaparece el gasto energético que supone la minería de Bitcoins.
· El número de transacciones de IOTA por segundo está alrededor de 500, lo que la posiciona por encima de los tiempos y capacidades de Bitcoin (7), Ethereum (20), Dash (28) o Litecoin (56).
· IOTA no tiene costes de transacción para operar en su red ni necesita ser extraído. Bitcoin, en cambio, paga una recompensa para los mineros que colaboren con el registro de sus bloques. El único “sacrificio” que deben hacer los usuarios de IOTA para poder ejecutar sus transacciones es validar antes algunas operaciones ajenas.
· IOTA no solo es empleada como una criptomoneda, sino que se centra sobre todo en un protocolo de interoperabilidad (protocolo de intercambio mutuo y/o comunicación) que resuelve problemas para el internet de las cosas.
· IOTA está enfocado en la machine economy (comunicación de máquinas, dispositivos o nodos sin una intervención humana), no en el depósito o intercambio de valor de persona a persona propuesto por Bitcoin.
· IOTA cuenta momentáneamente con la figura del “coordinador”, un ente que vela por la seguridad de la red hasta que se llegue a un número significativo de usuarios que blinden el sistema contra ataques externos.
· Ambas criptomonedas fijaron su número de emisión: Bitcoin espera minar hasta 21 millones de monedas e IOTA se estableció con poco más de 2.700 millones de tokens. Todos los IOTA que existirán fueron creados en el bloque génesis. La oferta monetaria total de 2.779.530.283.277.761. Esta cantidad nunca aumentará ni se reducirá, además está optimizada para la computación ternaria.
La tecnología detrás de IOTA también propone soluciones interesantes como micro-transacciones, para generar nuevas oportunidades de negocio entre dispositivos inteligentes; transferencias de datos, que son inmunes a cualquier tipo de ataques; prestación de servicio de cualquier cosa que lleve un chip integrado para que sea usado por otra persona en tiempo real, y mensajería enmascarada, que permite el intercambio de datos de máxima sensibilidad sin la posibilidad de ser rastreados.
¿Cómo comprar MIOTA?
El token aliado a IOTA solo cambia su nombre por una letra adicional: MIOTA. Como se trata de una criptomoneda todavía joven, las opciones para conseguir MIOTA aún son menores si se comparan con otras monedas de mayor edad. Sin embargo, cada vez se van sumando más alternativas para poder hacernos con algunos tokens.
Por ahora, es necesario tener Bitcoins para comprar MIOTA de forma segura. Una de las mejores opciones es comprar Bitcoin en Coinbase (mediante transferencia o tarjeta de crédito) y de allí transferirlos a las dos plataformas que dan soporte a la compra-venta de MIOTA: Binance y Bitfinex. Otra buena opción es CEX.IO, una exchange que también permite comprar BTC con tarjetas Visa o Mastercard en América Latina.
Las proyecciones de IOTA son infinitas. Su ambicioso proyecto de conectar todos los dispositivos a esta nueva gran red madre y ofrecer su valor a cualquier persona y en tiempo real le ha permitido contar cada vez más con el apoyo tajante de muchos optimistas del mundo cripto. Por esto no es casualidad que hoy (el día cuando redactamos este artículo) IOTA se ubique entre las 20 mejores opciones de criptomonedas, según el ranking de CoinmarketCap, a solo menos de tres años de su creación.
Aunque el valor actual de un MIOTA se ubica en solo 0,282 dólares en este mismo ránking, es una criptomoneda cuya cotización se multiplicó más de 15 veces solo en 2017. Precisamente su precio bajo en la actualidad la proyecta como una inversión potencial a largo plazo. Por eso recomendamos realizar sus propios análisis y tomar la decisión de cómo invertir en IOTA y sumarse a este cambio revolucionario del mundo cripto. ¿Está listo?