En los últimos dos años, hemos visto un gran interés por parte de los bancos centrales y los gobiernos en el mercado de las stablecoins. El motivo es el desarrollo de las monedas digitales de los bancos centrales, o CBDC.

La idea de emitir una alternativa digital al dinero en efectivo es una gran motivación para los bancos centrales. Les permite obtener un mayor control sobre el movimiento y procesamiento de las transacciones sin efectivo, que actualmente se supervisan de forma indirecta a través de procesadores de pagos y bancos privados.

Ha habido una serie de proyectos piloto de CBDC e iniciativas ya lanzadas por varios bancos centrales, y hay más por venir. Sin embargo, es importante tener en cuenta que las CBDC no tienen nada que ver con las criptomonedas ni con las conocidas stablecoins de la comunidad de cripto: no están pensadas para ser utilizadas en gran medida en el comercio; algunas de ellas ni siquiera se intercambiarán por cripto. Las CBDC son una mera alternativa digital al efectivo, y están totalmente controladas por los bancos centrales.

Las CBDC y stablecoins

Surge una pregunta razonable: Si las CBDC y las stablecoins centralizadas resuelven diferentes necesidades del mercado, ¿por qué no pueden coexistir? En principio, podrían, pero a un precio muy alto para estas últimas.

Cuando se trata de ejercer el control sobre el dinero en cualquiera de sus formas, los bancos centrales son bastante estrictos y directos: si quieres un trozo de él, tienes que estar muy regulado. Cuando los bancos centrales entren en el mundo de las monedas digitales, aplicarán los mismos principios a cualquier participante del mercado existente.

Un gran ejemplo de este enfoque se puede encontrar en un proyecto de ley presentado en el Congreso de EE.UU. a finales de noviembre de 2020, llamado Ley de Clasificación y Regulación de Stablecoin de 2020. Según el proyecto de ley:

  • Una stablecoin sólo puede ser emitida por una institución depositaria asegurada que sea miembro del Sistema de la Reserva Federal.
  • Para emitir stablecoins o prestar cualquier servicio relacionado con ellas, se requiere una aprobación por escrito de la agencia bancaria federal correspondiente y del Sistema de la Reserva Federal.

En resumen, el proyecto de ley pretende aplicar la regulación bancaria a los emisores centralizados de stablecoins, lo que podría tener un gran impacto en las stablecoins actualmente presentes en el mercado. Algunas de ellas no están reguladas en absoluto, mientras que otras sí. Sin embargo, no son tan fuertes como sugiere el proyecto de ley.

Sin entrar en los detalles de cada jurisdicción en particular ni en el futuro de las iniciativas legislativas singulares, está bastante claro que los reguladores de fuera de EE.UU. podrían adoptar un enfoque similar.

¿Están las stablecoins descentralizadas destinadas a sustituir a las antiguas?

También está claro que la industria moderna de las criptomonedas no puede imaginarse sin las stablecoins, y la posible desaparición de las stablecoins centralizadas, a partir de ahora, podría tener un impacto irreversible en el mercado. Sin embargo, este impacto podría mitigarse mediante la transferencia de liquidez a stablecoins descentralizadas, que pueden representar una alternativa competitiva y, al mismo tiempo, quedar fuera del ámbito de las regulaciones de los bancos centrales.

El principal problema de las stablecoins descentralizadas es de carácter conceptual: la ausencia de un emisor conlleva automáticamente la ausencia de estabilidad, garantías, responsabilidades legales y gobernanza. En la actualidad, existe un gran número de protocolos descentralizados que tratan de resolver este problema delegando la gobernanza en la comunidad y garantizando la total transparencia y el control de las garantías, que están representadas por criptomonedas u otras stablecoins.

A pesar de resolver parte de la cuestión, lo anterior deja en el aire el problema de la estabilidad. El uso de criptomonedas como garantía es la solución más obvia para los protocolos descentralizados en términos de transparencia, pero al mismo tiempo, puede ser difícilmente competitiva con las stablecoins vinculadas al dólar estadounidense en términos de estabilidad (sí, DAI, estamos hablando de ti).

Así pues, parece que una solución perfecta podría ser una stablecoin descentralizada gestionada por la comunidad, conectada con activos del mundo real de valor estable: moneda, obligaciones de deuda u otros. La aparición de este tipo de soluciones podría tener un impacto significativo en la industria actual de las stablecoins, proporcionando a los traders una alternativa estable y transparente a las stablecoins centralizadas existentes en la actualidad, que están al borde de la eliminación bajo la presión de los reguladores y bancos centrales.

Los puntos de vista, pensamientos y opiniones expresados aquí pertenecen únicamente al autor y no reflejan ni representan necesariamente los puntos de vista y opiniones de Cointelegraph.

Artem Tolkachev es el fundador y CEO de Tokenomica. Desde 2011, ha sido abogado y empresario de propiedad intelectual y tecnologías de la información. En 2016, Artem fundó y dirigió el Deloitte CIS Blockchain Lab. Como parte de esa iniciativa, dirigió una serie de proyectos innovadores que incluían la implementación de soluciones empresariales de blockchain, la tokenización de activos del mundo real, la estructuración fiscal y legal de las ofertas de tokens de valores, el desarrollo de criptomonedas y la legislación de la tecnología Blockchain.

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