Siempre se escuchan predicciones sobre el precio de Bitcoin, pero rara vez se soportan. Nadie sabe cómo algunos expertos sacan sus números. Muy pocos dan explicaciones. Se lanzan montos como dardos, pero parecen más deseos que análisis serios. Llevamos años escuchando pronósticos que no se cumplen. Ya la gente está empezando a dudar de estas bolas de cristal que hablan mucho, pero aciertan poco. Bien sabemos que algunos mineros están teniendo dificultades para cubrir sus gastos con el precio de hoy. Sin embargo, los fabricantes están vendiendo más máquinas que nunca y algunos de ellos han pronosticado tiempos mejores para subir los ánimos. ¿Están vendiendo ilusiones para poder vender más máquinas antes del halving

En toda fiebre del oro, las personas que hacen más dinero son las que venden las palas. El fabricante de palas gana dinero antes que todos. Él gana hoy, mientras que los mineros ganan mañana. El minero puede ganar o puede perder. Pero el fabricante de equipamiento ya ganó. De hecho, comprar una pala es, primero que nada, un acto de fe. La compra es impulsada por la motivación, no por los resultados. Algo similar ocurre con la minería de Bitcoin. Un minero de bitcoin instala una operación minera basado en la esperanza de que minar bitcoins es más rentable que simplemente comprarlos y esperar. La rentabilidad yace entre el costo y el precio. Se asume, por supuesto, que el precio del mercado es superior al precio de producción. En teoría, es un negocio sencillo. Sin embargo, en la práctica, es mucho más complicado. El minero debe bajar los costos y vender a un precio mucho mejor para poder obtener ganancias. He ahí el detalle. Eso a veces no es tan fácil como suena. 

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El sistema Bitcoin fue ideado para ser un sistema descentralizado. Sin embargo, la minería, irónicamente, parece estar diseñada para estimular la centralización. Nos guste o no, la minería es una jungla que favorece al más apto. Eso resulta evidente cuando vemos el alto grado de concentración en el sector. En el principio, era relativamente fácil minar porque cualquiera podía hacerlo desde su computadora. Sin embargo, con el tiempo, los equipos mineros especializados se apoderan de la industria. Esto estimuló la creación de una industria dominada por los actores más grandes. Es decir, los peces grandes se fueron comiendo a los pequeños porque las condiciones están dadas para que esto sea así. La fabricación de equipos mineros es prácticamente el monopolio de una sola compañía, Bitmain. Y para nadie es un secreto que la producción está dominada por un puñado de pools que básicamente poseen casi toda la tasa hash del sistema entero. Entonces, la minería obviamente crea gigantes y margina a los enanos. 

Claro que esto no se debe ninguna malvada conspiración. No se trata del lado oscuro de la fuerza que quiere dominar a toda la galaxia para esclavizar a sus habitantes. Es probable que esta situación es el resultado involuntario de una intención más elemental. Simplemente el sistema necesita que minar bitcoins sea difícil. Se necesita poder de cómputo, pero el suministro de nuevos bitcoins debe mantenerse limitado. El sistema debe recompensar a los mineros por su trabajo, pero no puede diluir el valor de Bitcoin premiandolos en exceso. Esto nos lleva a la paradoja de la minería dentro del sistema Bitcoin. Los mineros son necesarios para que el sistema funcione, pero generan una presión bajista en el precio. Sin embargo, la minería para ser rentable necesita precios altos. He ahí el gran dilema de la minería. 

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Bitmain, como fabricante de equipos mineros, ha logrado posicionarse como el líder indiscutible del mercado porque, en gran parte, goza de una ubicación privilegiada. China es un lugar ideal para tener una fábrica. También es un sitio perfecto para tener una granja minera porque los costos operativos son relativamente bajos en comparación a la media mundial. Me refiero a la electricidad y a la mano de obra barata. Así como sus conocimientos técnicos para la tarea. Son grandes porque pueden ser grandes. No es un accidente que tengan las fábricas más grande y los pools más grandes. Muchos en la comunidad Bitcoin los ven como el villano de la película. Pero lamentable ha sido un mal necesario. Es cierto que son responsables de centralizar el sistema. Sin embargo, también es cierto que son creación del sistema mismo. Con otro algoritmo, Bitmain no tendría razón de ser. 

Hace poco se reportó en los medios de comunicación que muchos mineros tendrían que apagar sus equipos, si el precio sigue bajando. La tasa hash ha venido rompiendo sus récords históricos, pero eso implica que la dificultad también ha venido aumentando. Han salido equipos más potentes, pero los modelos más viejos todavía representan casi la mitad de la industria. Es probable que muchos mineros con el nivel de dificultad actual y el precio en estos momentos están cerca de registrar pérdidas. Los fabricantes están en su mejor momento, porque los mineros están comprando como locos los equipos nuevos para ponerlos a producir antes del halving del próximo año. Estamos en la recta final. Y muchos quieren producción ahora porque después del halving las recompensas se verán reducidas a la mitad. Si el precio de Bitcoin no sube significativamente para entonces, el halving será devastador para muchos mineros. Solo los más grandes podrán sobrevivir. 

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Los mineros más pequeños tienden a tener altos costos de producción y deben vender parte de los bitcoin que producen para cubrir sus costos en dinero fíat. Si producir un Bitcoin hoy cuesta $6.000 en promedio, después del halving podría costar $12.000. Eso claro que depende de muchos factores, tal vez sea menos. Aquí estoy generalizando para ilustrar un punto. En otras palabras, los números simplemente no cuadran con el precio de hoy. Con estas condiciones, para algunos mineros sería mejor apagar las máquinas y esperar mejores tiempos. Los mineros más grandes tienen la ventaja de tener costos operativos más bajos y suficiente dinero fíat de reserva para cubrir sus gastos. Ellos pueden producir y esperar que el precio mejore antes de vender. 

El halving es positivo para el sistema porque disminuye el suministro y convierte a Bitcoin en un activo más escaso. De hecho, el evento estimula el alza del precio a mediano y largo plazo. Sin embargo, es despiadado con los mineros pequeños en el corto plazo. Comprar Bitcoin como inversión es diferente. Uno compra Bitcoin y espera por el precio justo el tiempo que sea necesario antes vender. Sin embargo, los mineros tienen gastos iniciales y de producción relativamente altos que, en muchos casos, deben cubrir en un lapso relativamente corto. Dependen del precio durante ese lapso y muchas veces el precio de Bitcoin no es el ideal en lapsos cortos. Si el precio se comporta como se ha comportado después de los dos halvings anteriores, es posible que en los próximos años alcance los 100 mil dólares por unidad. Pero los mineros deben hacer sus cálculos muy bien. El negocio es delicado y cualquier error implicaría pérdidas importantes. ¿Minar o no minar? He ahí el dilema. Supongo que, a veces, es cuestión de fe.