Los mercados fluctúan todo el tiempo. Las cosas cambian. Van y vienen. Las noticias son importantes, pero no tanto. Mucho más importante es lo subjetivo: las emociones. Me refiero a las emociones del mercado. Para el inversor, la percepción es realidad. Las interpretaciones de los hechos importan más que los hechos en sí. El miedo, el escepticismo, el optimismo, la codicia y la euforia. Se compra cuando se piensa que las cosas serán mejor en el futuro. Se vende cuando se piensa que las cosas serán peor. En este sentido, los rumores son más poderosos que las noticias. Las noticias son eventos objetivos. Pero, en el caso de los rumores, la imaginación es más libre, porque poco es concreto. Si Amazon aceptará o no Bitcoin es irrelevante, el punto es que ese rumor desató una gran ola de optimismo. 

Lo que realmente se sabe es muy poco. Tenemos un anuncio ambiguo que busca expertos. Y la supuesta confirmación de un “insider” anónimo. Nada oficial. Pero precisamente eso es lo más jugoso del rumor. Parece un secreto. Para un inversor, lo transcendental aquí no es el hecho de que se puede comprar cosas en Amazon con criptomonedas. Después de todo, en la actualidad, es muy sencillo comprar tarjetas de regalo de Amazon con criptomonedas. Si bien es cierto que es un modo indirecto de compra, para efectos prácticos, viene siendo casi lo mismo. Aquí lo importante es el reconocimiento. Amazon es una de las compañías más grandes del mundo. Y no simplemente eso. Amazon es el pilar del comercio en línea. Nadie puede negar su relevancia en la economía digital. 

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Internet comenzó como una revolución esencialmente informática. Es decir, datos y más datos. En un primer momento, no tomó en cuenta el elemento económico. Sin embargo, no podemos olvidar que el dinero es básicamente un sistema de información. ¿Qué es un billete de papel? Un código. ¿Qué es una moneda de metal? Un código. ¿Qué es un código? Un sistema simbólico. Es conjunto de cosas que significan otras cosas. Un idioma. No podemos confundir la forma con el fondo. En otras palabras, no podemos confundir el sustrato o canal del símbolo con el significado del símbolo. Las palabras “money”, “soldi”, “argent”, “Geld” y “dinero” pertenecen a distintos sistemas simbólicos, pero comparten el mismo significado. El papel, el metal, o el código digital son simples canales, no contenido o mensaje. 

No es sorpresa que el dinero encaje muy bien en un mundo digital. Después de todo, el dinero es una forma de comunicación. No es una casualidad que el lenguaje escrito y las matemáticas comenzaron en ciudades comerciales. De hecho, los primeros escritores no fueron los poetas. Fueron los contadores. Ahora bien, por esta razón, no debe sorprendernos que todas las Big Tech tengan ambiciosos proyectos fintech. Y, por otro lado, los grandes bancos están buscando ser más “tecnológicos”. Si enlistamos a las compañías más grandes del mundo, nos tomaremos con dos grandes sectores: Tecnología y finanzas. Tenemos dominio y fusión. 

Durante la pandemia, Big Tech se desempeñó muy bien, porque la situación de encierro colectivo benefició la actividad digital. Sin embargo, durante el proceso de recuperación, en la medida que las cosas van volviendo poco a poco a la normalidad, los mercados experimentaron una rotación. Esto de “rotación” significa que el sector tecnología retrocedió un poco y el sector valor comenzó a subir. Por ejemplo, Amazon se desempeñó muy bien durante la pandemia, porque las compras en línea se dispararon. La acción, obviamente, subió bastante. Últimamente, sin embargo, Amazon no ha crecido al mismo ritmo que antes, porque los inversores están invirtiendo en otros tipos de acciones. En el sector energético, por ejemplo. 

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Claro que durante las últimas semanas la situación del sector tecnológico ha cambiado bastante debido a los muy alentadores reportes de ingresos corporativos. Más allá de las preocupaciones en torno a la inflación, los posibles recortes de la FED, y la variante Delta del coronavirus, ingresos son ingresos. Si el negocio está generando ingresos, los inversores están contentos. Y ese es precisamente el caso. Las Big Tech están haciendo dinero. Todo lo demás es secundario. 

¿Cómo encaja Bitcoin en todo esto? Bitcoin es parte de esta tendencia que fusiona lo digital, lo tecnológico y el financiero. Si bien es cierto que Bitcoin es un activo, en términos generales, no correlacionado, es evidente que Bitcoin desempeña muy bien con un Wall Street en risk-on. O, mejor dicho, Bitcoin es un activo que prospera en tiempos de optimismo. Eso contradice directamente esa idea de que Bitcoin es un refugio seguro. Los “refugios seguros” como el oro, los bonos del Tesoro o el efectivo prosperan en tiempos de miedo. Un activo seguro por lo general es estable, aburrido, y poco rentable. Un activo de riesgo es volátil, dinámico y muy rentable, pero inestable. Esto vincula a Bitcoin más con Silicon Valley que con el oro. 

A las pruebas me remito, una cosa es lo que diga el dogma y otra muy distinta es lo que digan los hechos. En las gráficas, se puede apreciar con absoluta claridad. El optimismo tecnológico beneficia a Bitcoin. Los analistas coinciden que el precio de Bitcoin sube debido a los rumores en torno a Amazon. ¿Acaso es casualidad que la subida de Bitcoin llegue en un momento de optimismo tecnológico?  Las publicaciones de los reportes corporativos de este trimestre crearon una oleada alcista para las Big Tech. Todas las Big Tech tienen proyectos Fintech. Y la mayoría de estos proyectos de algún modo u otro incluyen Bitcoin. El inversor promedio se entusiasma. Siente optimismo con el futuro de Bitcoin y compra. Por ende, el precio sube. 

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Al igual que pasó con Paypal, el día que Amazon comience a aceptar criptomonedas en su plataforma, lo más seguro es que nada suceda. Aquí lo más importante es el rumor que se desata antes del evento. ¿Por qué? Porque un rumor despierta más emociones y expectativas que cualquier otra cosa. Nos guste o no, el inversor promedio le teme a la volatilidad de Bitcoin. El mercado necesita generar el suficiente optimismo como para que el inversor, tímido por naturaleza, sienta la confianza de comprar. A nadie le gusta poner en riesgo su dinero. Y no todos somos grandes idealistas que estamos dispuestos a perder un dinero que tanto nos ha costado producir por un dogma. 

No es física cuántica. El optimismo ayuda a Bitcoin. El pesimismo, no. Los criptolibertarios heredaron su narrativa de los libertarios que promueven el oro. Los libertarios siempre están hablando del eventual colapso de un sistema corrupto. El oro es una cobertura contra dicho sistema. Se vende el miedo. Y el oro es un activo de miedo. Bitcoin no lo es. Pero algunos siguen usando la vieja narrativa de los libertarios para hablar de Bitcoin. He ahí la confusión. Es la política la que complica el asunto. Sin embargo, el inversor tiene la libertad de ignorar los discursos políticos y observar los hechos directamente. Seamos optimistas.