Desde que bitcoin (BTC) se convirtió en moneda de curso legal en El Salvador en 2021, el debate sobre su adopción ha girado no solo en torno al uso cotidiano, sino también a la seguridad y control de los fondos. La autocustodia, es decir, que cada persona tenga las llaves privadas de su monedero bitcoin sin depender de terceros, se ha convertido en un tema central para quienes buscan independencia financiera.
Ronny Avendaño, salvadoreño de origen pero criado en Canadá, llegó al país justo antes del anuncio presidencial que puso a BTC en el mapa mundial. Tras involucrarse con comunidades y proyectos educativos, detectó una carencia: “No había un lugar donde aprender y adquirir dispositivos técnicos como nodos o billeteras de hardware para bitcoin”, remarcó.
Junto a Jamie Robinson, con experiencia en el ecosistema desde 2013, fundó en 2024 The Bitcoin Hardware Store, ubicada en Playa El Zonte. Más allá de la venta de productos, el propósito ha sido ofrecer un espacio físico para resolver dudas técnicas, generar confianza y acercar a la población a herramientas de autocustodia.
Avendaño enfatizó que la filosofía de la tienda y sus talleres semanales es centrarse exclusivamente en bitcoin.
“Queremos que la gente entienda primero qué es bitcoin, por qué es distinto y cómo mantenerlo seguro. Solo así se logra soberanía financiera”, afirmó.
La oferta incluye dispositivos de código abierto como Blockstream Jade, SeedSigner o Foundation Passport, además de nodos, mineros y accesorios para respaldo seguro de llaves privadas.
El interés por la autocustodia, según Avendaño, creció tras el anuncio del cierre de operaciones de la aplicación Chivo, la wallet lanzada por el Gobierno salvadoreño en 2021. “Muchos salvadoreños que usaban Chivo para ahorrar buscaron alternativas. Llegan a la tienda diciendo: ‘No quiero perder mi bitcoin, ¿cómo lo guardo yo mismo?’”, explicó. Hoy calcula que el 30 % de sus clientes son salvadoreños, un cambio respecto al inicio, cuando predominaban los extranjeros.
Uno de los retos que identificó es el acceso económico. “Con un mes de ahorro se puede adquirir lo básico para autocustodiar bitcoin. Un dispositivo de hardware puede costar desde USD 100, y un nodo básico, alrededor de USD 250. No es una compra para especular, es una inversión en seguridad a largo plazo”, sostuvo.
La visión de Avendaño va más allá de una sola ubicación. Aspira a que en los próximos cinco años haya al menos una tienda física en cada departamento del país, acompañada de comunidades locales que fomenten la educación y el uso responsable de bitcoin. “Bitcoin no va a desaparecer; al contrario, cada vez más personas se darán cuenta de que es más seguro, barato y eficiente que los sistemas de pago tradicionales”, aseguró.
Mientras tanto, el equipo ofrece clases gratuitas todos los sábados en español y los lunes en inglés, abordando desde lo básico hasta temas avanzados, como la herencia de bitcoin. Para Avendaño, la clave está en que el salvadoreño promedio entienda que, con poco dinero y las herramientas adecuadas, puede tener el control total de un activo que, a su juicio, marcará el futuro del sistema monetario global.
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