En Colombia avanza una iniciativa que combina innovación ambiental y tecnología blockchain. Horeb Mining, empresa fundada por un grupo de desarrolladores y entusiastas de bitcoin (BTC), ejecuta un proyecto piloto que transforma el gas metano liberado por los vertederos de basura en energía eléctrica utilizada para minar BTC. La propuesta busca demostrar que la minería puede coexistir con prácticas energéticas sostenibles.
El proyecto se desarrolla en un relleno sanitario tecnificado en el Parque Tecnológico Ambiental Guayabal, de la ciudad de Cúcuta, operado por la multinacional francesa Veolia. Allí, Horeb Mining logró aprovechar el biogás que se genera naturalmente por la descomposición de residuos orgánicos y que usualmente se quema para cumplir con normas ambientales. “Nos acercamos a Veolia y su gerente regional, Humberto Posada, y les propusimos aprovechar el biogás que ellos capturan, y normalmente queman para reducir emisiones, para alimentar un centro de datos de bitcoin. Era algo disruptivo, y el gerente regional vio potencial y aceptaron hacer una prueba piloto”, explicó Arley Lozano, director operativo de Horeb Mining, en conversación con Cointelegraph en Español.
La planta piloto comenzó operaciones en octubre de 2024 y actualmente genera 1 megavatio (MW) de energía mediante la conversión del biogás capturado en el vertedero. Ese combustible contiene entre 45% y 65% de metano, gas que antes se quemaba en antorchas y ahora se utiliza para encender generadores adaptados especialmente. “El biogás pasa por filtros químicos y de carbón activado para limpiarlo, luego se inyecta a los generadores, y de ahí sale la energía que alimenta nuestras máquinas ASIC”, detalló Lozano.
El piloto, que se extenderá hasta febrero de 2026, ya produce los primeros satoshis. Actualmente Horeb Mining opera 186 equipos con una potencia total de 19,5 petahash (PH/s), y espera escalar a 13 MW, lo que equivaldría a unos 250 PH/s de poder computacional. “Si todo avanza según lo planeado, para mediados de 2026 tendremos las 13 megas encendidas, generando energía y brindando servicios de hosting a otros mineros”, afirmó el ejecutivo.
Además del impacto económico, el componente ambiental es clave. Cada unidad de energía generada reduce las emisiones de metano, uno de los gases con mayor efecto invernadero. “Cada vez que minamos bitcoin con biogás, evitamos que toneladas de CO₂ y metano lleguen a la atmósfera. Estamos convirtiendo basura en satoshis, contaminación en seguridad para la red”, recalcó Lozano.
El modelo también es replicable. Colombia tiene una nueva normativa que exige la tecnificación de los vertederos de basura antes de 2029, lo que abre la posibilidad de que más municipios adopten este tipo de proyectos. “Sólo con los vertederos del país podríamos generar cientos de megas con biogás. Y no sólo con basura: la palma aceitera y otros residuos orgánicos también producen biogás en grandes volúmenes”, explicó.
Lozano considera que el proyecto coloca a Colombia en el mapa global de la minería verde y demuestra que Bitcoin puede impulsar soluciones climáticas:
Bitcoin no es un parásito energético. Es una herramienta que puede aprovechar los desechos y transformarlos en valor. Eso cambia toda la narrativa
Horeb Mining ya está en conversaciones con inversionistas de Estados Unidos y Europa interesados en escalar la operación. “Este proyecto es 100% hecho en Colombia y financiado por bitcoiners. Nadie aquí duda del futuro del sector”, concluyó Lozano.
Si se cumple el cronograma, en 2026 Cúcuta podría albergar una de las primeras plantas del mundo en convertir emisiones de metano en hashrate, marcando un precedente en la convergencia entre energía limpia, innovación tecnológica y minería de bitcoin.
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