La importante firma consultora estadounidense Boston Consulting Group (BCG) ha publicado un informe en profundidad el 16 de agosto, que califica de "verificación de la realidad" para el uso de la cadena de bloques en la industria del comercio de productos básicos.

Para el comercio de materias primas, BCG argumenta que existe un fuerte argumento a favor del uso de la cadena de bloques, a la vez que hace un balance de los "inconvenientes significativos en varios frentes". El informe aborda tanto el "bombo" como muchas de las "percepciones erróneas" negativas que distorsionan la visión de la gente sobre la tecnología.

Según BCG, a primera vista, la cadena de bloques parece ser "una solución natural para el negocio de las materias primas".

Su poder para registrar de forma inmutable y transparente las transacciones complicadas y realizar un seguimiento de las mercancías podría reducir significativamente los riesgos de entrega física y mejorar la confianza, la estandarización y la eficiencia, especialmente en el caso de transacciones complejas y con múltiples contrapartes, señala el informe de BCG.

La cadena de bloques también podría beneficiar la supervisión regulatoria, eliminando la necesidad de presentar manualmente los informes de cumplimiento y permitiendo a los reguladores utilizar "la información más precisa, oportuna y granular en el libro mayor[a fin de] hacer... intervenciones más eficaces".

No obstante, BCG señala que si bien una mayor transparencia "llevaría a precios más justos... también podría ser una "mala noticia" para algunos, en particular para aquellos comerciantes cuyos beneficios "dependen de la ineficiencia de los precios para ganar dinero".

BCG también hace un balance de los obstáculos del mundo real que podrían interponerse en el camino de la adopción masiva, como dijo el coautor del informe Antti Belt a Reuters:

"La gente ha gastado millones, a veces más de 100 millones de dólares, en un sistema de TI, ¿quieren hacerlo de nuevo?"

BCG entonces aborda varias percepciones erróneas que cree que la gente transpone desde el espacio de criptomonedas a la tecnología subyacente misma. Entre ellas se incluye la naturaleza de la tecnología, que consume mucha energía y que, según señala, se aplica principalmente a las cadenas de bloqueo públicas que se basan en algoritmos de consenso intensivos en computación, como la prueba de trabajo (PoW), para lograr la seguridad.

Las cadenas de bloques permitidas -las que se utilizarían para el comercio de productos básicos- por el contrario "conllevan una mayor confianza entre los participantes", de modo que la verificación de las transacciones sería más rápida, menos costosa y menos hambrienta de energía.

BCG también perfora las percepciones de "deficiencias de complejidad" relacionadas con las aplicaciones de cadena de bloques, argumentando en cambio que:

"La tecnología permite que varios ledgers (activos, posiciones de tesorería y valores) interactúen entre sí. Esto puede resultar en un grado de transparencia y enriquecimiento de los datos a través de las cadenas de valor que sería imposible lograr de otra manera".

Independientemente de que se adopte o no la cadena de bloques a escala, BCG concluye que la tecnología disruptiva podría, no obstante, dar forma al futuro de la industria al "actuar como un caballo de Troya" que desencadenaría discusiones sobre la mejora de la transparencia y la estandarización de los términos y mecanismos comerciales.

Un informe reciente publicado por la firma de auditoría y consultoría "Big Four" Deloitte hizo una evaluación similar amplia del impacto potencial de la cadena de bloques, esta vez para la industria minorista y de bienes de consumo envasados (CPG).

A la vez que enfatizaba que los actores individuales deberían evaluar si sus objetivos estratégicos realmente justifican la inversión en la cadena de bloques, Deloitte propuso que aquellos que no la consideran al menos están "en riesgo de quedarse atrás".