El pasado sábado luego de dos días altamente agitados bajo el húmedo calor del verano en las costas de Miami (que no impidió la convocatoria de aproximadamente 18.000 personas) se daba por finalizada Bitcoin2021, la conferencia tan esperada por Bitcoiners de todo el mundo que buscábamos finalmente volver a reunirnos, compartir experiencias, reír y olvidar al menos por un breve momento toda la situación surrealista que hemos padecido desde comienzos del último año. Para mejorar aún más la situación, la conferencia terminó con un gran revuelo y emoción luego del discurso entre lágrimas de Jack Mallers donde anunciaba algo que a muchos nos tomó por sorpresa, pero que sin dudas todos en la comunidad esperábamos desde hace años incluso con más ansias que la convención misma: Por primera vez un país soberano propone aceptar y reconocer a nivel nacional a Bitcoin como moneda de curso legal.  

Como era de esperarse al comienzo fue pura emoción y alegría. Estamos hablando de un hito trascendental en la historia de la tecnología y su legitimación como sistema de transferencia de valor mundial, descentralizado y transparente. Sin embargo, no tardaron en aparecer cuestionamientos y escepticismo principalmente entre quienes tienen una mirada más crítica a la situación del país centroamericano, hoy presidido por Nayib Bukele. Por lo que, una vez pasada la exaltación de la noticia, nos parece un buen momento para parar la pelota y analizar con mayor detenimiento estos planteos y qué escenarios podemos esperar a futuro.

Los principales argumentos giran en torno a si El Salvador es realmente un país significante como para afectar el panorama comercial a nivel global y si esta noticia no es solamente una movida populista para mantenerse en el poder realizada por un gobierno que en algunos casos ha sido incluso considerado hasta con un preocupante tinte dictatorial.

Personalmente no poseo suficiente información para dar una opinión formada sobre la situación socio-política de dicho país, por lo que me limitaré a hablar desde el lado de un entusiasta de esta tecnología y su comunidad, refiriéndome siempre de manera hipotética a la visión que se pueda tener sobre el gobierno.

Empecemos por examinar si El Salvador es un país económica y políticamente relevante a nivel mundial como para justificar tanto regocijo. 

El Salvador es un país de 6.5 millones de habitantes con un GDP que lo ubicaba en el 2019 entre los puestos 104 y 106 según estudios realizados por instituciones como el International Monetary Fund, World Bank o las Naciones Unidas, sobre una lista de 195 países analizados, por lo que a simple vista supondría que realmente no tiene una relevancia significativa como para cambiar el panorama del comercio mundial.

Pero a su vez El Salvador es un país soberano, reconocido tanto por las Naciones Unidas como el resto de las instituciones internacionales que regulan los acuerdos comerciales entre casi todos los países del mundo.

Analicemos entonces qué significa este último punto.

En un primer lugar y probablemente el más importante de todos, significa que al haberse aprobado este proyecto de ley y de adoptarse Bitcoin como una Moneda de curso Legal, en cualquier otro país del mundo que se rija bajo los mismos tratados, Bitcoin podría considerarse como moneda extranjera. Reconociendo así a Bitcoin una posición similar a las monedas FIAT del mundo.

A su vez, la ley permitiría al gobierno de El Salvador, en todos sus niveles, almacenar Bitcoins como vehículo de resguardo de valor para para sus tesoros, tanto municipales como el tesoro nacional, ubicando a la criptomoneda en el mismo escenario que el oro, los bonos soberanos y otros instrumentos utilizados por los gobiernos para proteger la economía de sus ciudadanos. 

Este último punto podría desencadenar un efecto interesante donde los bancos centrales de otros países comiencen una “carrera por no ser el último”, apresurándose a legislar la aceptación de Bitcoin en condiciones similares y poder así aprovechar al máximo, por ejemplo, la situación que se generaría por el repentino aumento en la demanda. De hecho, ya contamos con ejemplos, a menos de dos días del anuncio de El Salvador, de oficiales del gobierno de Paraguay quienes publicaron que están trabajando para presentar propuestas semejantes al respecto.

Entonces pasemos ahora al siguiente punto importante: ¿Es realmente una medida tomada en beneficio del pueblo Salvadoreño, o simplemente una movida Marketinera para intentar mantener al gobierno en el poder? En realidad, a mi criterio personal, no importa.

Bitcoin fue creado como un sistema de la comunidad y para la comunidad que fue marcado a fuego incluso desde sus inicios, cuando Satoshi Nakamoto incluyó en el bloque Génesis la tapa de un diario que anunciaba el segundo salvataje a los bancos de Estados Unidos mientras cientos de miles de familias perdían todos sus ahorros luego de la crisis económica del 2008. Por lo tanto, el objetivo último del sistema es darle la libertad económica y devolverle el poder sobre el valor monetario a los ciudadanos. 

Cualquier gobernante que intente utilizar la tecnología para fines “autoritarios” (por llamarlo de una manera) se encontrará caminando un terreno muy delicado, aun obviando las trabas que se presentaron debido a cómo está diseñado el sistema, una vez que se le da el poder a la gente volver a intentar acapararlo puede convertirse en una tarea significativamente más difícil - y peligrosa - de lo que parece.

Citando a Jack Mallers en el escenario de la conferencia: “Este es un pequeño paso para Bitcoin pero un gigantesco salto para la humanidad” en camino a la descentralización y a una economía más transparente donde si hay alguien que tiene todo por ganar, es el pueblo.

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Juan Manuel Domínguez es Director y Fundador de CadenaMKT, Agencia de Marketing Digital especializada en brindar servicios integrales a proyectos de la industria Blockchain. Su experiencia en el mundo Bitcoin y Crypto se remonta al año 2011, cuando comenzó a relacionarse con el ecosistema como minero de bitcoin, transformándose en un profesional especializado. Fue integrante del equipo fundador de Koibanx. Es miembro activo de la ONG Bitcoin Argentina, en la que colaboró como Coordinador de la Comisión de Eventos como así también del equipo organizador de LaBitconf. Internacionalmente se desempeñó en proyectos como Torus Solutions y BlockConf Digital. Licenciado en Gestión de Medios y Entretenimiento y docente de la Escuela Argentina de Finanzas Personales donde brinda cursos sobre criptomonedas.