Bitcoin ha vuelto a capturar la atención del mundo financiero. En una jornada histórica, la criptomoneda más conocida superó su máximo histórico anterior, llegando poco menos de 112.000 dólares y abriendo la puerta a una nueva fase de especulación, análisis y proyecciones de largo alcance. Sin embargo, lo más relevante no es la cifra alcanzada, sino el contexto macroeconómico y financiero que podría estar marcando el comienzo de algo mucho más grande. Según Simon Peters, analista de criptoactivos en la plataforma de inversión y trading multiactivo eToro, la actual dinámica del mercado podría estar configurando un entorno especialmente favorable para que Bitcoin no sólo consolide su valor actual, sino que continúe en ascenso durante los próximos meses.

El rol de la liquidez global: una marea que levanta a todos los barcos

Uno de los principales factores que Peters destacó es el incremento proyectado de la liquidez global. Este concepto hace referencia a la cantidad de dinero en circulación en la economía mundial, una variable que históricamente ha mostrado una correlación notable con el comportamiento del precio de Bitcoin.

Con una economía global aún ajustándose tras ciclos prolongados de inflación y tasas de interés elevadas, muchos bancos centrales han comenzado a relajar sus políticas monetarias. China, Reino Unido, Europa y Australia ya han dado pasos en esa dirección, reduciendo tipos de interés y suavizando condiciones financieras. Estos movimientos, diseñados para estimular el crecimiento económico, también suelen tener como consecuencia directa un aumento de la liquidez, lo cual tiende a beneficiar a los activos de riesgo, entre ellos las criptomonedas.

Estados Unidos y el dilema de la deuda

Señaló que un punto clave en este escenario es la situación fiscal de Estados Unidos. La reciente rebaja de su calificación crediticia y la enorme cantidad de deuda pública que debe refinanciarse este año están generando incertidumbre en los mercados.

Si la demanda por bonos del Tesoro estadounidense disminuye, es decir, si no hay suficientes compradores en las subastas, la Reserva Federal podría verse obligada a intervenir, adquiriendo parte de esa deuda y, en consecuencia, expandiendo su balance. Históricamente, cada vez que la Reserva Federal ha tomado esta ruta, los activos escasos como Bitcoin han registrado subidas significativas.

Este posible escenario refuerza la idea de que el entorno macroeconómico podría estar configurando un contexto extremadamente favorable para que Bitcoin consolide su posición como activo refugio alternativo y vehículo de preservación de valor.

Oferta fija, demanda creciente: una ecuación potente

Más allá del contexto económico, existe una dinámica interna del ecosistema cripto que también impulsa al alza el precio de Bitcoin: su naturaleza deflacionaria.

Con una oferta máxima limitada a 21 millones de unidades, Bitcoin no puede ser “impreso” al ritmo que los gobiernos emiten dinero fiduciario. En un contexto de aumento de liquidez y desconfianza en las monedas tradicionales, esta característica se vuelve cada vez más atractiva para inversores institucionales y corporativos.

Empresas que cotizan en bolsa han comenzado a adoptar estrategias de tesorería en bitcoin, destinando parte de sus reservas a la criptomoneda como forma de protección ante la depreciación del efectivo. Además, los ETF de bitcoin al contado están funcionando como puerta de entrada para inversores más tradicionales, incluyendo fondos de pensiones y fondos soberanos, que anteriormente se mantenían al margen, explicó el analista.

Este fenómeno está generando una presión constante sobre la oferta disponible en el mercado. Cuando actores con grandes volúmenes de capital absorben activos escasos, el efecto sobre los precios suele ser directo y sostenido.

¿Cuál es el techo? Una pregunta aún sin respuesta

Aunque el precio actual de Bitcoin ya representa un nuevo récord, la pregunta que flota en el aire es hasta dónde puede llegar en este ciclo alcista.

Simon Peters advirtió que aún es pronto para definir un techo, pero planteó una idea poderosa: “si Bitcoin llegara a consolidarse como un activo de reserva global, su capitalización de mercado debería ser mucho mayor a los actuales 2,2 billones de dólares”. En otras palabras, el valor actual podría representar tan solo una fracción del potencial de esta criptomoneda en un mundo cada vez más digitalizado y escéptico del dinero fiduciario.

Conclusión: ¿el inicio de una nueva era para Bitcoin?

La coyuntura actual está marcada por una serie de factores que podrían actuar como catalizadores para una nueva fase de crecimiento para Bitcoin. El aumento de la liquidez global, las tensiones en los mercados de deuda soberana, la adopción institucional y la escasez inherente de la criptomoneda están configurando un escenario que va más allá de una simple euforia pasajera.

Si bien la volatilidad seguirá siendo una constante, cada vez más analistas coinciden en que estamos ante un cambio estructural en la forma en que los grandes actores del sistema financiero global perciben a Bitcoin. Lejos de su pasado marginal, hoy se posiciona como un posible pilar de las finanzas del futuro.

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