La semana pasada dos importantes medios de comunicación publicaron artículos críticos sobre Bitcoin en medio del auge alcista que estamos experimentado. El Financial Times dedicó su editorial del 19 de noviembre a Bitcoin con el titular: “La elusiva promesa de Bitcoin”. Y, luego, unas horas después, aparece otro artículo en Fox Business News, llamado “Bitcoin no es rival para el oro en el mundo del coronavirus”, afirmando que Bitcoin no cumple su promesa como almacén de valor. Analicemos estos argumentos.

El Financial Times se centró principalmente en la volatilidad de Bitcoin, cuestionado su estatus de “refugio seguro” afirmando que este supuesto estatus es solo teórico. Bueno, me temo que Bitcoin sí es un activo sumamente volátil. Y sería muy insensato presentar un activo tan volátil como seguro. En mi más sincera opinión, no veo falla en esa lógica. Claro que eso no implica que Bitcoin sea una mala inversión. Lo único que significa es que la narrativa del “refugio seguro” es solo hipotética y no se basa en la actualidad.

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En este caso, yo diría que el Financial Times está usando la fuente equivocada para hablar de Bitcoin. Es decir, lo que en realidad está criticando es una narrativa. Supongamos que un reportero del Financial Times va a comprar una bicicleta y el vendedor de la tienda, en su lugar, le vende una motocicleta. Tanto el reportero como el vendedor hablan de una bicicleta, ignorando por completo que en realidad se trata de una motocicleta. Hacen la transacción. Y el reportero, una vez en su casa, sale a pasear en su nueva “bicicleta”. De inmediato, se da cuenta que la supuesta "bicicleta" no funciona como decía la promoción y el idiota asume que se trata de una mala bicicleta. Ese día, decide escribir un artículo titulado: “Las elusivas promesas de las bicicletas”.

En lo personal, no conozco a nadie que busque Bitcoin por su estabilidad. La gran mayoría de los inversores buscan Bitcoin por la posibilidad de grandes ganancias. La recomendación es no utilizar crédito para comprar Bitcoin. No utilizar dinero necesario a la hora de una emergencia. Y lo mejor es inversión a largo plazo para poder ignorar los vaivenes temporales. ¿Por qué? Bueno, porque Bitcoin es un activo de alto riesgo (volátil). Y la razón por la cual las personas están dispuestas a asumir este riesgo es la posibilidad de grandes retornos.

Si decimos que Bitcoin es un activo especulativo sumamente volátil que ha demostrado ser muy rentable para miles de personas, sería muy difícil perder este argumento. Por otro lado, si decimos que es un activo muy estable e ideal para ser usado como una protección en tiempos de inestabilidad financiera, sería casi imposible ganar ese debate.

Volvamos a los ejemplos. Supongamos que tenemos como negocio principal una fábrica de ventanas. La mayoría de nuestros pasivos están en dólares, porque muchos de nuestros proveedores son importadores. Tenemos, también, varias obligaciones con bancos en el extranjero. Sin embargo, la mayoría de nuestros ingresos son en moneda local.

Ahora resulta que el Gobierno está pensando en devaluar la moneda y ya se está sintiendo el pánico en la calle. Por suerte, un constructor muy importante nos quiere comprar todo nuestro inventario y nos presenta tres alternativas como forma de pago. La primera opción sería varios pagos en moneda local. La segunda opción sería varios en dólares. Y la tercera opción sería varios pagos en Bitcoin. Claro que las cifras exactas deben ser acordadas con anticipación. ¿Cuál sería la opción más segura?

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El problema es que tenemos una legión de criptoinfluencers en Twitter diciendo que Bitcoin es un refugio seguro. Entonces, el fabricante de ventanas puede llegar a pensar que en su caso lo mejor es hacer el acuerdo en Bitcoin para “protegerse” de la devaluación. Pero sabemos que esto podría terminar en desastre. Sería una operación muy riesgosa. En la eventualidad de una crisis, lo sensato es protegerse con activos estables para poder cumplir con nuestras obligaciones. En el caso de nuestro fabricante de ventanas, la opción más segura sería la segunda opción. Es decir, hacer el acuerdo en dólares. Esos dólares se podrían colocar en un instrumento de renta fija por un tiempo para luego pagar las obligaciones en las fechas correspondientes.

Una vez que todas las obligaciones hayan quedado saldadas y se repartan las utilidades a fin de año. No estaría mal invertir un porcentaje en Bitcoin. Pero ese riesgo se puede asumir por el simple hecho que podemos asumir ese riesgo. En otras palabras, estamos hablando de un capital especial para ello. Se podría decir que es un capital de riesgo. Porque Bitcoin debe ser tratado así. Y me atrevo a decir que la mayoría de inversores tratan a Bitcoin de esta manera, pese a la confusa narrativa de “refugio seguro” que tanto circula en las redes sociales. 

Ahora bien, siguiendo las críticas sobre Bitcoin en el Financial Times. En particular la frase: “No hay fundamentos en los que basar un juicio sobre el valor de Bitcoin”. Bueno, eso quiere decir que Bitcoin es un activo fiduciario. No es “fiat” como el dólar, porque su valor no parte de un decreto gubernamental. Pero es “fiduciario”, porque no tiene valor intrínseco como en el caso de las mercancías. El valor de Bitcoin yace el efecto Tinkerbell. Bitcoin vale solo porque la gente cree en su valor. Es la misma lógica circular de las promesas o la palabra empeñada. El mercado de los coleccionables y el del arte, por ejemplo, conocen bastante bien el efecto Tinkerbell. El efecto red es su fundamento. 

El dólar es un activo estatal, pero Bitcoin es un activo ciudadano. El dólar se apoya en la fuerza de la ley, la infraestructura del Gobierno de los Estados Unidos, la red de bancos y la sociedad. Bitcoin se apoya en los mineros, la red de nodos, desarrolladores, criptoempresas y la comunidad de usuarios. Su adopción es voluntaria. Pero este es un hecho político. En su esencia, ambos instrumentos (Bitcoin y el dólar) son formas de dinero fiduciario. Nota: “Fiat” y “fiduciario” no son sinónimos. Usar esos términos de manera intercambiable es un error. Los interesados, por favor, investiguen más sobre el tema. 

Obviamente que la intención del artículo de Financial Times es criticar a Bitcoin. “Bitcoin ha fallado en proveer a inversores con estabilidad y protección”. Esta es la supuesta falsa promesa de Bitcoin. El problema es que los editores de Financial Times leyeron el memo equivocado. Yo tengo 5 años en este espacio y desde mi primera compra lo único que he visto es volatilidad. Sería absurdo buscar estabilidad y protección en Bitcoin. Yo no compro Bitcoin por eso. Yo compro Bitcoin por el alto retorno. Y el riesgo de la volatilidad es un mal necesario que estoy dispuesto a asumir debido al gran rendimiento que ofrece.

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Bitcoin es una motocicleta de carreras. No es una de las máquinas más seguras de este mundo, pero sí es una de las más veloces y temperamentales. El problema con los editores del Financial Times es que están leyendo de otro manual y asumen que la falla está en la máquina. Pero me temo que la falla está en que recibieron el manual equivocado.

Debemos tomar en cuenta que Bitcoin no es una compañía con un departamento de relaciones públicas o mercadeo bien organizado. Lo que tenemos es una comunidad sumamente diversa de individuos hablando diferentes idiomas. Y, en muchos casos, se dicen muchos disparates. Pero eso no es culpa de Bitcoin. El artículo del Financial Times es mala reseña, no porque piensan que Bitcoin es una mala inversión. El artículo es malo por su torpeza. Dieron por hecho que la narrativa de Bitcoin como “refugio seguro” es sinónimo de Bitcoin. E ignoraron las virtudes de Bitcoin tal cual es en realidad. Es un artículo torpe por confundir a una motocicleta de carreras con una aburrida bicicleta de paseo.