Resumen de la noticia

  • Líderes afirman que Bitcoin se ha convertido en un tema político global.

  • Estados Unidos y Europa adoptan posturas estratégicas pro-cripto.

  • Bitcoin deja de simbolizar libertad y se convierte en una herramienta de poder.

Este sábado 25, durante la PlanB Conference, celebrada en Lugano con el apoyo de SmartPay, representantes de diversos países discutieron la adopción de Bitcoin en sus naciones y en el mundo, señalando que el debate sobre Bitcoin y las criptomonedas se ha convertido en un tema político y relacionado con el poder del Estado.

De este modo, Bitcoin nació con el discurso de la libertad financiera, la privacidad y la descentralización. Fue concebido como una alternativa al sistema tradicional, un medio para escapar del control de gobiernos y bancos. Sin embargo, quince años después de su creación, la narrativa ha cambiado completamente. Lo que antes representaba una rebelión contra el poder ahora se ha convertido en una herramienta política, y en muchos casos, un símbolo de poder estatal.

Hoy, el debate sobre Bitcoin y las criptomonedas supera la frontera de la economía. Durante el evento, el excanciller austriaco Sebastian Kurz observa que Bitcoin “dejó de ser solo una cuestión económica y pasó a reflejar valores políticos amplios”. Para él, el debate sobre las criptomonedas se ha vuelto ideológico.

“Partidos de centro y de derecha, que defienden la libertad individual y una menor intervención estatal, tienden a apoyar la innovación cripto. Las formaciones más a la izquierda, en cambio, ven el sector con cautela, por representar una amenaza a la autoridad central”, afirmó.

Kurz destaca que este cambio ideológico se ha vuelto visible en Europa, donde el avance de gobiernos liberales y nacionalistas impulsa la creación de políticas más favorables al sector.

“Hay una transición hacia la derecha en varios países, y esto se refleja en una postura más abierta a la innovación. El discurso político sobre libertad económica y tecnológica es lo que impulsará la adopción de marcos regulatorios modernos”, dijo.

Para él, Bitcoin ahora está en el centro de las decisiones económicas y legislativas, y ya no en los márgenes de la sociedad digital. “La fuerza política que asciende hoy en Europa tiende a impulsar el avance de las criptomonedas, acercándolas al corazón del poder económico”, concluye.

De la persecución a la política de apoyo

En Estados Unidos, la transformación también es evidente. El presidente del Consejo de Asesores de Criptoactivos de Donald Trump, Bo Himes, explicó que el país está revisando su postura frente al sector.

“Durante el gobierno de Biden, el patrón regulatorio de Gary Gensler en la Comisión de Valores estuvo marcado por una política de persecución y hostilidad hacia el sector cripto”, afirmó. “Esta postura contaminó todo el ecosistema y alejó la innovación.”

Himes cuenta que, al asumir, la nueva administración entendió que era hora de romper completamente con el modelo anterior.

“Decidimos construir un nuevo enfoque basado en la educación, la transparencia y el reconocimiento de la innovación. Necesitábamos enseñar a la gente qué es Bitcoin y cuál es el papel de los criptoactivos en el sistema financiero moderno.”

Según él, Bitcoin define el estándar de la descentralización, funcionando como “la commodity digital por excelencia”. Este modelo, argumenta, pasó a ser aplicado en todo el ecocripto.

“Bitcoin es el gran patriarca del sistema financiero descentralizado”, afirmó Himes. “Es como una ‘concepción inmaculada’ del dinero digital, sin control de gobiernos o corporaciones. Este movimiento nace de un punto simple: el sistema financiero tradicional ha fallado a muchas personas durante demasiado tiempo. Esto es lo que impulsa la búsqueda de alternativas, y es aquí donde Tether y Bitcoin entran como protagonistas.

Pero, aunque reconoce el valor de la descentralización, Himes admite que los gobiernos buscan incorporar el sector como herramienta estratégica.

“El gobierno de Estados Unidos reconoce que apoyar la innovación ya no es una elección ideológica, sino una necesidad nacional. Es por eso que esta es una administración pro-cripto, dispuesta a liderar esta revolución con responsabilidad y visión de futuro.”

También señaló que las stablecoins y los activos tokenizados están creando un nuevo paradigma financiero.

“Estamos avanzando hacia un modelo en el que los mercados funcionarán 24 horas al día, con títulos públicos tokenizados y liquidez en tiempo real. Este será el nuevo mundo financiero, más dinámico y accesible que cualquier otro modelo anterior.”

Bitcoin y el poder de los Estados

El príncipe heredero de Serbia, Filip Karadjorjević, también ve el avance político de Bitcoin como inevitable. Para él, “dos ciclos están convergiendo al mismo tiempo: el institucional y el estatal”.

Según el príncipe, las instituciones financieras y los gobiernos finalmente se están encontrando en el camino de la adopción de Bitcoin. “Los fondos de pensión están empezando a estudiar el activo, y los Estados-nación ya lo discuten a nivel político y económico. Estos movimientos se están conectando, y eso lo cambia todo.”

Karadjorjević observa que el ciclo de adopción nacional vendrá después del institucional, pero ya hay señales claras de avance.

“Lo que antes parecía una estrategia aislada, como la creación de reservas nacionales en Bitcoin, se convirtió en una tendencia global. Ahora, la cuestión es política.”

En su visión, los políticos ya no pueden ignorar el peso del sector. “Hoy, hay un bloque político emergente formado por ciudadanos que poseen criptomonedas. Son cerca de 70 millones de estadounidenses con alguna exposición. Ignorar a este grupo puede costar elecciones.”

El príncipe destaca que Bitcoin se ha transformado en tema de campaña y pasó a moldear políticas públicas. “Los líderes que entiendan su impacto económico y social llevarán la delantera. Lo que antes era un tema de nicho ahora moldea el futuro de la soberanía digital.”

Regulación y poder estatal

En otro frente, Zhaslan Madiyev, ministro de Economía de Kazajistán, afirmó que “siempre habrá lagunas e incertidumbres en la legislación sobre criptomonedas”, pero que el gobierno necesita liderar la integración entre política monetaria y tecnología.

“Nuestro país adopta una postura pro-cripto. Presidente y primer ministro trabajan para ajustar las leyes de forma ágil y responsable. Hay un esfuerzo coordinado entre el gobierno y los reguladores para aprobar enmiendas que brinden seguridad jurídica sin sofocar la innovación”, explicó.

Entre los proyectos en curso, Madiyev citó la construcción de una ciudad cripto, una reserva nacional de activos digitales y sistemas de pago en la blockchain para emergencias.

“El objetivo es garantizar que el ecosistema crezca de forma sólida, segura y alineada con el mercado global.”

Para él, la política se volvió inseparable de la tecnología. “Las autoridades entienden que el futuro financiero depende de esta integración. Perder este momento significaría quedarse atrás en la economía mundial.”

Lo que une a estos líderes es la percepción de que Bitcoin dejó de ser una bandera de resistencia. Ya no es el refugio de quienes rechazan el sistema, es la herramienta de quien desea controlarlo.

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